Europa no puede reducirse a intereses económicos; advierte el Papa

Invita a Eslovaquia a ofrecer la contribución de su «rica tradición cristiana»

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BRATISLAVA, 11 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Un fuerte llamamiento a que Europa redescubra los valores que la han fraguado, superando los meros intereses económicos en la promoción de su integración, caracterizó el mensaje que Juan Pablo II dirigió a Eslovaquia al aterrizar en la mañana de este jueves en esta ciudad.

El Santo Padre, con el discurso de bienvenida, que fue leído en parte por un sacerdote colaborador suyo, ha demostrado que quiere ofrecer su propia contribución a la «tercera revolución» que se dispone a vivir esta nación en menos de quince años.

El Papa siguió muy de cerca la desintegración del régimen comunista checoslovaco, como lo demostró en su primera visita de abril de 1990. Acompañó asimismo la pacífica independencia de Eslovaquia, que tuvo lugar en enero de 1993, como quedó claro en su visita de junio y julio de 1995.

Ahora, con su tercera visita, el obispo de Roma ha querido ofrecer su palabra ante la entrada de Eslovaquia en la Unión Europea, el próximo 1 de mayo, junto a Polonia, República Checa, Hungría, las tres repúblicas bálticas –Lituania, Letonia y Estonia–, la república ex yugoslava de Eslovenia y las pequeñas islas mediterráneas de Chipre y Malta.

«Ofreced a la construcción de la identidad de la nueva Europa la contribución de vuestra rica tradición cristiana», dijo el Papa a los eslovacos nada más aterrizar.

«No hay que contentarse sólo con la búsqueda de ventajas económicas. Una gran riqueza puede crear, de hecho, una gran pobreza», advirtió el Santo Padre.

«Sólo construyendo, a pesar del sacrificio y las dificultades, una sociedad que respete la vida humana en todas sus manifestaciones, que promueva la familia como lugar de amor recíproco y de crecimiento de la persona, que busque el bien común y esté atenta a las exigencias de los más débiles, se logrará la garantía de un futuro fundado en sólidos cimientos, rico de bienes para todos», concluyó el Papa.

Los eslovacos aprobaron la entrada de su país en la Unión Europea (UE) por una aplastante mayoría del 92,46% de votos favorables, en un referéndum celebrado el pasado mes de mayo.

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ZENIT Staff

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