Exámenes de cristianismo en la enseñanza pública iraquí

Explica monseñor Jacques Ishaq, obispo auxiliar de Nisibi de los Caldeos

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TURÍN/ROMA, jueves, 22 noviembre 2007 (ZENIT.org).- En un reciente encuentro, el presidente de la República Iraquí, Jalal Talabani, aseguró al patriarca Caldeo de Bagdad, mar Emmanuel III Delly, que, en las escuelas públicas, los estudiantes podrán examinarse de religión cristiana, declaró monseñor Jacques Ishaq, obispo auxiliar de Nisibi (Irak).

Monseñor Ishaq, que es también rector del Babel College y responsable de Asuntos Culturales del Patriarcado de Babilonia de los Caldeos, hizo estas revelaciones en una entrevista, concedida a Luigia Storti de la Oficina de Pastoral para los Emigrantes de la Archidiócesis de Turín, Italia.

El prelado aludió a que la enseñanza de la religión cristiana debe ser garantizada por ley en las escuelas públicas de su país, en las que los estudiantes cristianos sean al menos el 25% del total.

«El sistema educativo iraquí se basa en la valoración centesimal dada por la suma de las notas finales en cada materia estudiada –explicó el obispo auxiliar–. En muchas escuelas, la única enseñanza religiosa impartida es la islámica y, en consecuencia, a falta de una materia y de su calificación–, para los estudiantes cristianos es muy difícil tener notas finales iguales que las de sus compañeros musulmanes que, en cambio, tienen un examen más».

En el artículo, se revela que antes de la caída del régimen de Sadam Husein, la no admisión de estudiantes cristianos por los directores escolares, que mantenía el porcentaje siempre por debajo del requerido 25%, establecido por un decreto de 1972, podía deberse a la necesidad de no gravar el presupuesto escolar con un sueldo más.

En este sentido, monseñor Ishaq dijo que «no se puede excluir que a veces la exclusión fué dictada más por motivos ‘políticos’ que económicos, y esto a pesar del hecho de que, durante el régimen de Sadam Husein, fue nombrado por el Gobierno un responsable de la enseñanza de la religión cristiana, ligado al Ministerio de Educación, y encargado justo de supervisar que se respetara el decreto de 1972».

«Al lado de este responsable, trabajaba una comisión formada por representantes de todas las iglesias cristianas, en calidad de consejeros –añadió–. Cierto que no era posible controlar la actuación de cada director escolar que declaraba no haber recibido muchas solicitudes de inscripción de estudiantes cristianos».

«En todo caso, si era alto o bajo el porcentaje establecido, no era el único problema. En estos tiempos, por ejemplo, es difícil encontrar profesores capaces de enseñar la religión cristiana», añadió.

«En el pasado –afirmó–, los obispos establecieron que sólo pudieran enseñar laicos con un certificado conseguido tras frecuentar los cursos trienales del Instituto de Ciencias Religiosas del Babel College», que es la única Facultad cristiana de estudios teológicos en Irak, creada en 1991 y, desde 1997, afiliada a la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma.

El Babel College, que cuenta también con un Departamento de Filosofía, tiene hoy 63 estudiantes (caldeos, siro-católicos, desde la Iglesia Asiria de Oriente, la Asiria Antgua de Oriente y la Armeno-ortodoxa) y 35 profesores, seis de los cuales de religión islámica, que enseñan Filosofía).

Pero la inseguridad en Bagdad, sobre todo en el barrio de Dora, al sudeste de la capital, y los continuos secuestros de personal eclesiático, obligaron, en enero de 2007, a trasladar la sede del Babel College –ahora sede operativa de las tropas estadounidenses–, a Ankawa, en el Kurdistán (al norte de Irak), donde desde siempre hubo una mayor presencia de cristianos.

Además, la desaparición del país de estas figuras profesionalmente preparadas se debe imputar también a la huída y exilio forzado de los cristianos, unido al traslado del mismo Instituto al Norte.

«Luego están los problemas del caos que reina en Bagdad, del que no ha escapado el Ministerio de Educación, y el de la pertenencia política de los responsables de tales decisiones que, a veces, puede obstaculizar o ralentizar la puesta en práctica de leyes favorables a la minoría cristiana», subrayó el prelado.

«Todo saben que antes de la nacionalización de las escuelas, por parte del anterior régimen, en 1972, las escuelas cristianas eran consideradas las mejores del país, tanto que las familias musulmanas más conocidas mandaban allí a los propios hijos a estudiar, y algunos de los protagonistas de la actual política iraquí, aunque de fe islámica, estudiaron en ellas», relató.

Esto porque en Irak «los cristianos son todavía percibidos como ‘portadores de cultura’», afirmó.

«Los iraquíes, ‘todos’ los iraquíes, siempre dieron, y a pesar de los problemas, dan una gran importancia a la educación de los hijos, a las nuevas generaciones que son el futuro del país», subrayó el prelado.

Y añadió: «Frente a la violencia que cada día ensangrienta el país y que golpea también a los musulmanes, algunos de ellos empiezan a percibir el elemento cristiano como un elemento de equilibrio, una religión de paz».

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ZENIT Staff

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