JERURSALÉN, domingo, 23 julio 2006 (ZENIT.org).- El sábado 22 se inauguró inaugurada en el Instituto Pontificio Notre Dame de Jerusalén una exposición permanente: «¿Quién es el hombre de la Sábana Santa?».
La inauguración y bendición fue presidida por el arzobispo Antonio Franco, nuncio apostólico de Benedicto XVI ante Israel y delegado apostólico en Jerusalén y Palestina. Las conferencias magistrales fueron conducidas por el profesor Bruno Barberis, director del Centro Internacional de Sindonología de Turín; y por el profesor Avinoam Danin, eminente especialista en Botánica de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
El discurso de apertura corrió a cargo del padre Héctor Guerra L.C., director del proyecto, quien recordó que el sudario de Turín muestra sufrimientos y padecimientos como la flagelación y la crucifixión de Jesús de Nazaret, que coinciden sorprendentemente con el relato del profeta Isaías y con cuanto mencionan los Evangelios.
Lo más sobresaliente de la exposición es una copia digitalizada de la Sábana Santa tal y como se encuentra en Turín; y una escultura realizada en bronce por el escultor italiano Luigi Mattei quien ha logrado reconstruir en tres dimensiones el cuerpo del hombre de la Sábana Santa. La escultura muestra por primera vez el cuerpo entero impreso en el lienzo.
Encontrándose muy cerca del Santo Sepulcro (frente a la Puerta Nueva), la finalidad principal de esta exposición es ayudar a los miles de peregrinos que pasan por Jerusalén a reflexionar y valorar los sufrimientos de Cristo tal y como constan en los Evangelios y aparecen sorprendentemente documentados en la Sábana Santa.
El acto inaugural, que había sido programado antes de que estallara la actual crisis en Oriente Medio, tuvo una dimensión ecuménica, gracias a la presencia de varios representantes de iglesias cristianas, y contó con la participación de representantes del cuerpo diplomático.
Si bien los estudios científicos realizados sobre la Sábana Santa difieren sobre su autenticidad, en un discurso pronunciado en la Catedral de Turín el 24 de mayo de 1998 Juan Pablo II calificó a este lienzo de «reto a la inteligencia» por la extraordinaria crónica visual que ofrece de la pasión de Cristo.
«Dado que no se trata de una materia de fe, la Iglesia no tiene competencia específica para pronunciarse sobre esas cuestiones. Encomienda a los científicos la tarea de continuar investigando para encontrar respuestas adecuadas a los interrogantes relacionados con este lienzo que, según la tradición, envolvió el cuerpo de nuestro Redentor cuando fue depuesto de la cruz», concluía el pontífice (Cf. Juan Pablo II, Turín, 24 de mayo de 1998).
La exposición estará abierta para los peregrinos todos los días de lunes a sábado, de 9.30 a 12.30 am y de 4.00 a 8.00 pm.
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