CASTELGANDOLFO, 7 enero 2002 (ZENIT.org).- Uno de los pioneros del diálogo entre creyentes de las diferentes religiones, Enzo Fondi, falleció a los 73 años de edad, el 31 de diciembre pasado.
Fue también uno de los primeros seguidores de Chiara Lubich en el seno de los Focolares. Era responsable, junto a Natalia Dellapiccola, de la formación espiritual y del diálogo interreligioso del Centro de este Movimiento, que se encuentra en Castelgandolfo (cerca de Roma).
Ha sido un protagonista en las últimas décadas del diálogo interreligioso sin sincrentismo, como han explicado varios de los mensajes escritos por numerosos líderes religiosos.
El cardenal Francis Arinze, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, explica que su secreto estaba en su «calidad de vida espiritual».
«Que nos asista a todos en este desafío de diálogo con el mundo musulmán» ha escrito en una carta dirigida a Chiara Lubich el obispo católico de Trípoli (Libia), monseñor Giuseppe Martinelli, al recibir la noticia de su fallecimiento.
Los miembros del Movimiento de los Focolares en Pakistán, que desde hace quince años comenzaron el diálogo con el Islam, han explicado en un mensaje: «Nos ha unido a Enzo el amor por nuestros musulmanes». Y añaden: «Nos ha ayudado a entenderlos. No ha sido fácil dar la noticia a los musulmanes. Hay quien ha llorado».
Su funeral se celebró el pasado 3 de enero, en Castelgandolfo, con la participación de unos mil quinientos miembros de la familia de los Focolares, entre los que se encontraba Chiara Lubich, así como representantes judíos, musulmanes, y budistas.
Particularmente significativa fue la presencia de Lisa Palmieri, vicepresidente de la sección europea de la Conferencia Mundial de las Religiones para la Paz (WCRP); de un representante de la embajada de Irán; de la teóloga musulmana Shahrzad Husmand; así como la hija del actual presidente del movimiento budista japonés Rissho Kosei Kai, Nichiko Niwano.
Fondi nació cerca de Roma, en Velletri, en 1927. Era médico de una familia acomodada. En 1950 lo dejó todo para entrar en el primer Focolar de Roma.
