Fiesta de fe en la canonización de cuatro santos

Peregrinos tocados por sus vidas

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 12 de octubre de 2008 (ZENIT.org).-Peregrinos con banderas de Ecuador, India, Suiza, Colombia e Italia comenzaron a llegar desde las 7:30 de la mañana a la Plaza de San Pedro. Eran devotos de los cuatro nuevos santos que proclamó este domingo el Papa Benedicto XVI.

Antes de comenzar la misa solemne, en medio de la música india que se escuchaba en el ambiente –ya que Alfonsa de la Inmaculada Concepción es la primera santa de este país– representantes de las naciones de procedencia de los santos leyeron sus biografías, las cuales podían seguir todos los asistentes a la ceremonia en sus misales, así como también algunos textos espirituales escritos por ellos.

Los nuevos canonizados de la Iglesia, además de la santa india, son la suiza María Bernarda Bütler, evangelizadora de Ecuador y Colombia; la ecuatoriana Narcisa de Jesús Martillo Morán; y el sacerdote italiano Gaetano Errico. En la plaza había más de 40 mil peregrinos.

«Me parece genial que mientras esperamos al inicio de la misa podamos leer y conocer la vida de los nuevos santos. Yo vine por Narcisita pero hoy he aprendido y me ha tocado el corazón la vida y la espiritualidad de los otros tres santos. Sus testimonios son hermosos», dijo a Zenit Claudia Merchán una peregrina ecuatoriana.  
 

Testimonio para los napolitanos

Centenares de fieles de la zona periférica de la ciudad de Nápoles, especialmente del barrio Secondigliano, donde vivió, murió y donde se encuentra la tumba de san Gaetano Errico (1791-1860) se congregaron para presenciar la canonización de este sacerdote fundador de los Misioneros de los Sagrados Corazones.

«Teníamos necesidad de un santo como san Gaetano. En nuestra zona vive gente muy maltratada por la violencia y muy necesitada. Su testimonio es para nosotros paz, esperanza, justicia y honestidad. Esperemos que este santo nos lleve mucha prosperidad», aseguró el napolitano Franco Caiezzo, devoto del nuevo santo.

«Andad y fatigaos alegremente por la Gloria de Dios, incentiven al pueblo a amarlo porque si llegaran a quitar aunque sea un pecado, que es una ofensa infinita a Dios habrán hecho un gran bien», dice san Gatetano en uno de sus escritos.  

Santa suizo-colombiana

Santa María Bernarda se convirtió este domingo en un importante punto en común entre Suiza y Colombia. Nacida en Auw, Suiza en 1848, la fundadora de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora, trabajó como misionera durante 29 años en Cartagena, donde murió en 1924 y donde actualmente se encuentra su tumba.

«Para mí esta canonización significa un cambio de actitud, una espiritualidad, un seguimiento hacia una nueva vida superior a la que realmente seguimos. La ceremonia me pareció espectacular porque empieza a encontrarse uno a sí mismo a través de la canonización de no solo la madre Bernarda sino de los demás», dijo a Zenit Gloria Rodríguez, quien vino a Roma desde Bogotá para la canonización y aprovechará junto con un grupo de peregrinos para viajar a Suiza y conocer el pueblo natal de la santa.

«Amar a María es bueno, alabarla y glorificarla es muy bueno; es indispensable pedir todos los días su protección pero una cosa es y será mejor: seguir fervorosamente sus huellas, imitar sus virtudes», escribía la santa en una de sus cartas a sus hermanas de comunidad. 

Una laica entre los santos

La delegación más entusiasta fue la ecuatoriana. Miles de compatriotas de santa Narcisita (1832-1869) cantaban y aplaudían efusivamente cada vez que el Papa Benedicto XVI se refería a ella durante la ceremonia. Igualmente en su santuario en Nobol (Ecuador), centenares de fieles hicieron una vigilia desde la noche del sábado y vieron en la madrugada del domingo la tansmisión en directo desde Roma.

«Es una emoción muy grande para mí ver que Narcisita de Jesús ha llegado hasta el Vaticano, me siento muy orgullosa porque ella ha sido una santa muy especial para el Ecuador y especialmente para Guayaquil», dijo Magdalena Estevez, quien asegura que la santa ha intercedido para que le concedan muchos favores a su familia. 

La primera santa india

La vida de santa Alfonsa de la Inmaculada Concepción (1910 – 1946), religiosa de la Congregación de las Clarisas de la Tercera Orden de San Francisco, estuvo marcada por el dolor que hoy llena de fortaleza a quienes sufren de la persecución religiosa en la India.

«Desde que era pequeña ella tuvo muchos sufrimientos. Apenas nació, su mama murió y su papa no quería que ella fuera religiosa. Santa Alfonsa nos enseña a seguir a Jesús, y si le pedimos ayuda día a día, Él no nos dejara nunca», dijo a Zenit sor Maria Puti, religiosa india de las hermanas de Santa Marta.

«Por cada pequeña falta pediré perdón al Señor y la expiaré con una penitencia. De cualquier tipo sean mis sufrimientos no me lamentaré jamás y cuando deba afrontar cualquier humillación buscaré refugio en el Sagrado Corazón de Jesús», dice la nueva santa en uno de sus escritos. 

Así cuatro vidas diferentes: una laica, dos fundadores de ordenes religiosas y una india, entraron este domingo a formar parte de los santos. «Jesús nos invita hoy a cada uno de nosotros a seguirlo, como estos santos en el camino de la cruz para tener como herencia la vida eterna de la cual el muriendo se hizo don», dijo el Papa Benedicto XVI en su homilía.  

Por Carmen Elena Villa Betancourt

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ZENIT Staff

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