Fiesta en Birmingham por la primera beatificación en Gran Bretaña

70.000 fieles asisten a la elevación de Newman a los altares

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BIRMINGHAM, domingo, 19 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- El Cofton Park de Rednal se convirtió en un gigante lugar de oración, que reunió a unos setenta mil  fieles provenientes de Gran Bretaña y de diferentes diócesis del mundo para ser testigos de un hecho sin precedentes en la historia británica: la beatificación de uno de sus hijos en una misa presidida por el Papa Benedicto XVI.

A las 10 de la mañana el Papa entró en procesión mientras el coro entonaba la canción Praise to the holiest in the heights, (Alabado sea el santísimo en las alturas n.d.t), cuya letra está inspirada en algunos escritos del nuevo beato, el cardenal John Henry Newman (1801-1890).

Le seguían decenas de obispos de diferentes diócesis de Reino Unido así como decenas sacerdotes. El arzobispo de Birmingham, monseñor Bernard Longley, dio la bienvenida al pontífice señalando que «durante estos días usted ha estado entre nosotros como peregrino, compartiéndonos su propia búsqueda sobre la verdad y la bondad de Dios. Como nuestro supremo pastor, usted nos ha acercado a Jesucristo para actualizarnos desde ‘los manantiales de la trinidad'».

Ahora Santo Padre», prosiguió el prelado, «nos unimos a usted en oración en esta ciudad que ha sido escogida como el lugar adoptivo del venerable Newman. 

«Le pedimimos Santo Padre que nos acerque de nuevo a la presencia eucarística del Señor», dijo el arzobispo «de manera que podamos pronto aclamar al venerable John Henry Newman entre los beatos».

Monseñor Longley hizo entrega al pontífice de una edición del libro Apología pro vita sua, autobiografía del beato y una de sus obras más importantes.

Luego un grupo compuesto en su mayoría por laicos le presentaron al pontífice las reliquias del cardenal Newman. Entre ellos estaban su postulador, el abogado Andrea Ambrosi, así como el diácono que recibió el milagro que fue decisivo para su beatificación, el diácono Jack Sullivan.

Después comenzó el rito de la beatificación en el que fue leída una breve biografía del cardenal. Benedicto XVI pronunció la fórmula de beatificación, y el público comenzó a aplaudir efusivamente, mientras fue descubierta la imagen con el rostro de Newman. Los asistentes comenzaron a enarbolar banderas de los diferentes países de procedencia y también del Vaticano.

Entusiasmo entre los fieles

ZENIT habló con algunos de los miles de participantes de esta ceremonia entre ellos Vicky Birmingham, una de las integrantes del coro que acompañó la celebración: «Nos hemos estado preparando desde mayo, con varios coros hemos practicado alrededor de la diócesis», revela.

Los miembros del coro, dirigido por  el padre Peter Jones, músico y compositor, llegaron desde las 4:30 y vieron el amanecer mientras ensayaban una y otra vez. Provenían de diferentes parroquias de Inglaterra, incluidas el oratorio de Birmingham y de Londres.

Vicky expresó lo que el nuevo beato representa ella: «alguien que admiro mucho porque trajo la paz a los claustros de Oxford, una ciudad tan aturdida y donde él puso su fe en acción».

Dijo que ha sido maravilloso «participar en una beatificación presidida por el mismo Papa, la primera beatificación en Gran Bretaña. El catolicismo inglés por fin ha sido reconocido».

Elizabeth Flynn, otra de las fieles inglesas que participaron en esta ceremonia, compartió también su alegría: «Es hermoso estar con tantos ingleses en un ambiente bien sano, tranquilo. Percibí el mismo silencio de una misa dominical, pero a la vez una gran alegría», dijo a ZENIT, una vez concluida la oración del Angelus.

Para Cecilia Wain, otra de las participantes proveniente de Manchester «esto va a traer mucha gracia a nuestro país».

«Jesús dijo que Él haría nuevas todas las cosas y yo realmente creo que esta visita y esta beatificación representan el comienzo de algo nuevo», concluyó la peregrina.

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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