Filipinas: Año de oración para promover la participación política laical

Los obispos denuncian la corrupción de la vida política y social

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MANILA, lunes 20 de julio de 2009 (ZENIT.org).- Los obispos filipinos invitan urgentemente a los laicos a comprometerse en la vida social y política, ante la delicada situación del país de cara a las elecciones presidenciales del año que viene.

En este sentido, se está celebrando desde el pasado mes de junio, convocado por la Conferencia Episcopal, un «Año de Oración por la Paz y de trabajo de la Construcción y laicos la participación en el Cambio Social», dedicado al Sagrado Corazón de Jesús y al Corazón Inmaculado de María.

Así lo ha recordado el presidente del Episcopado, monseñor Angel Lagdameo, arzobispo de Jaro, en una carta fechada el pasado 12 de julio, en la que recuerda a los fieles su deber de participar en la vida política, especialmente ante la situación del país, en el que la vida política está corrompida, afirma el prelado.

«A pesar de nuestros esfuerzos en la educación política y la vigilancia de las encuestas, seguimos sufriendo el yugo del clientelismo político, incluso de dinastías familiares en muchos casos», denuncia el prelado, advirtiendo que «nuestros procesos electorales siempre han sido contaminados por la falta de honradez, desde que nos convertimos en nación independiente».

En la carta se denuncia la corrupción de la clase política, así como los «graves atentados contra la vida humana» en forma de violencia e injusticia social.

«Enel último año, más de 50 atentados en Mindanao Central y del Sur han causado muertes sin sentido y han creado inseguridad, si no terror. Emboscadas, secuestros, extorsiones e impuestos revolucionarios se están llevando a cabo sin que se vea una salida», advierte monseñor Lagdameo.

Denuncia también los «inexplicables asesinatos y desapariciones de periodistas, trabajadores, campesinos y dirigentes políticos», mientras que «sólo unos pocos autores son llevados ante la justicia». Acusaciones que extiende a toda la clase dirigente del país sin distinción ideológica.

«La política ha sido siempre un espejo de los desequilibrios en nuestra sociedad entre ricos y pobres. Muchos creen incluso que la política, tal como se practica en nuestro país, es una estructura de pecado», añade.

«Con profunda tristeza y malestar por esta lamentable situación no podemos permanecer en silencio. La santidad de la vida humana en todas las circunstancias debe ser defendida», añaden los obispos.

Ante esta situación, los obispos piden urgentemente «la participación activa de los laicos», y especialmente hacen «un llamamiento a aquellos que son competentes, las personas íntegras, a que se comprometan en participar directamente en los partidos políticos», consciente de que «el bien común está por encima del bien de los intereses creados».

También piden «a todos los líderes religiosos que no dejen de denunciar cualquier abuso, y que no cesen de enseñar al pueblo los mandamientos de no matar, no mentir y no robar».

Junto a ello, ofrecen la ayuda de la Iglesia para asegurar la transparencia del proceso electoral del año próximo, así como a la formación política de los ciudadanos. «Condenamos inequívocamente como una traición a la confianza pública cualquier intento de abortar las elecciones de 2010», advierte la carta.

«Por último, pedimos a todos a seguir el camino de la paz. Esto significa seguir el camino del diálogo y de la apertura. Esto significa seguir el camino del arrepentimiento, del perdón y de la reconciliación. Esto significa seguir el camino del desarrollo y de la distribución equitativa de los bienes».

«En este Año del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María, que nuestro amor por nuestro Señor Jesús y su Madre Santísima mantenga e intensifique nuestros esfuerzos en la construcción de una sociedad justa y pacífica», concluye la carta.

[Por Inma Álvarez]

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ZENIT Staff

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