Filipinas: Dudas sobre el rescate del misionero italiano

El Gobierno podría haberse pagado a los secuestradores, reconoce un obispo

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MANILA, 11 abril 2002 (ZENIT.org).- Surgen dudas sobre la posibilidad de que instituciones gubernamentales filipinas hayan pagado dinero para liberar al padre Giuseppe Pierantoni, misionero italiano de 45 años, secuestrado en Dimataling (isla de Mindanao, diócesis de Pagadian, Filipinas meridional).

El obispo de Pagadian, monseñor Zacharias Jiménez, que se empeñó particularmente en la liberación del sacerdote, que tuvo lugar el 8 de abril pasado, está tratando ahora de aclarar lo sucedido.

«No es verdad, como se dijo en un primer momento que hubiera un enfrentamiento armado entre los secuestradores y las tropas gubernamentales poco antes de la liberación del padre Pierantoni», ha explicado el prelado a la agencia misionera Misna.

En realidad, afirma el obispo, «el misionero fue llevado a bordo de un automóvil, en torno a las 2 de la madrugada, en Tungawan, en la provincia de Zamboanga Sabugay (antes llamada Zamboanga del Sur), donde fue entregado a las fuerzas de policía nacionales. Pero todo se desarrolló en la tranquilidad».

La cuestión controvertida es la de si hubo o no hubo un pago por el rescate. El Gobierno filipino desmiente haber desembolsado dinero por la liberación (por otra parte la línea oficial de Manila en los secuestros es no pagar nunca rescates), mientras que fuentes oficiosas han hablado de 10 millones de pesos filipinos (unos 200 mil dólares estadounidenses) entregados a los secuestradores.

«Es un problema delicado comenta el obispo–, pero yo sólo puedo decir que los secuestradores, al contactarme por teléfono por primera y última vez el 8 de marzo pasado, me habían pedido justamente 10 millones de pesos, que yo sin embargo no estaba en condiciones de dar».

El otro interrogante se refiere a la identidad de los secuestradores. «Yo creo –subraya monseñor Jiménez– que se trata de un «comando perdido», es decir una facción desviada del Frente de Liberación Islámico Moro (MILF), movimiento guerrillero que está en negociaciones con el Gobierno. Considero que se ha dado la implicación de algunos militares».

Ahora el padre Pieratoni se encuentra en la capital, desde la que viajará a Italia probablemente el sábado o domingo próximos.

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ZENIT Staff

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