Filipinas: La prevención de Caritas funcionó en el tifón Pablo que golpeó Mindanao

Gracias a ello las víctimas fueron menores que en otros desastres naturales

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MANILA, viernes 7 diciembre 2012 (ZENIT.org).- El tifón Pablo arremetió contra Filipinas el martes pasado obligando a la evacuación de 160.000 personas y causando centenares de víctimas mortales. Gracia a la labor preventiva de Caritas Filipinas y el Catholic Relief Services, las víctimas mortales fueron menos de las temidas.

De categoría 5, el supertifón golpeó la zona oriental de la isla de Mindanao, a una velocidad de 160 millas por hora, causando inundaciones y daños en casas, negocios y granjas.

Caritas Filipinas y el servicio caritativo de la Iglesia estadounidense Catholic Relief Services (CRS) enviaron equipos conjuntos a las áreas damnificadas.

El padre Edwin Gariguez, director de Caritas Filipinas, está con uno de los equipos en Suriago del Sur, donde dice que los daños han sido sustanciales. “La mayoría de las áreas costeras han sido afectadas –dijo–. En la ciudad de Nigig, sólo tres de cincuenta familias permanecen allí.”

Caritas afirma que las áreas de Compostela y Davao Oriental tienen las mayores necesidades, tales como ropa de cama, agua y artículos de higiena, y refugios de emergencia. 

“Caritas aquí ha podido canalizar la ayuda a través de las iglesias. Mucha gente se refugia en las iglesias, escuelas e institutos tras ser advertidas”, afirmó el padre Gariguez.

«Empezamos proporcionando arroz y artículos no comestibles básicos a la gente pero necesitaremos más tiempo y esfuerzo para poder ayudar a muchos damnificados».

Los equipos informan de que allí  se necesitarán refugios a largo plazo, especialmente en la provincia de Compostela y en Davao Oriental.

“Sorprendentemente, la situación no es tan mala como se temía, pero los daños materiales y el impacto agrícola del tifón se notarán durante muchos años”, dijo el padre Gariguez.

“La mayoría de los refugios que afrontaron el tifón tienen daños en los tejados pero proporcionan adecuado abrigo a muchas personas”, dijo.

Los refugios construidos por Caritas en partenariado con DSAC en Iligan, por ejemplo, resistieron el tifón.

“Las relativas pocas bajas son el resulyado de las lecciones aprendidas en acteriores desastres naturales –dijo el padre Gariguez–. Las evacuciones preventivas y el sistema de aviso temprano funcionaron. Las autoridades informaron a los alcaldes locales y a todas las comunidades. En algunos casos, los aldeanos no querían dejar sus casas y la policía les obligó a ir a los refugiosd. De manera que la implementación de las fases preparatorias fue un éxito.”

La gente está volviendo a sus casas y se espera que la electricidad vuelva a finales de la semana.

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ZENIT Staff

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