Filipinas: Manos Unidas explica cómo está gestionando la tragedia

Con la depresión tropical Zoraida, son cuatro los tifones y tormentas que han azotado el paí­s en las últimas semanas. Sigue la fase de rescate y auxilio a las ví­ctimas. Serán necesarios unos 300 millones de USD, dice el Gobierno filipino

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Manos Unidas está canalizando la ayuda financiera que se está recogiendo para los damnificados por el tifón Haiyan a través de su socio local, el consorcio BCDI (Bicol Consortium for Development Initiatives), que posee gran experiencia en la realización de proyectos de prevención ante desastres naturales. Su director, el padre Jose Victor Lobrigo, se trasladó la semana pasada a la zona afectada para poner en marcha el plan de emergencia.

El trabajo de esta asociación de la Iglesia en España, a través de su socio BCDI, en esta primera fase de la emergencia está integrado en la operación de rescate y auxilio a las víctimas que están llevando a cabo de forma coordinada la archidiócesis de Manila y el secretariado nacional de Acción Social de la Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP-NASSA).

«Los filipinos que no han sido afectados por el tifón son los primeros que se han movilizando para socorrer a las víctimas. El Gobierno filipino está distribuyendo alimentos durante las 24 horas del día y el obispo de la diócesis de Legazpi –que es donde se ubica la sede de BCDI–, Mons. Joel Baylon, ha establecido que la colecta del domingo de las parroquias de la diócesis se destine a las víctimas. Asimismo, Social Action Center –una de las seis ONG que componen el consorcio BCDI– va a desplazar a la zona afectada un equipo de apoyo psicosocial y espiritual a las víctimas», ha informado Manos Unidas en una nota.

Las parroquias están sirviendo como una excelente base de operaciones para llegar donde no llega nadie, tanto a la hora de valorar daños como de distribuir la asistencia más urgente. Lo ha afirmado recientemente la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA). Esta oficina ha señalado también que en los primeros momentos la coordinación de los diferentes actores es clave para no solaparse y concentrarse excesivamente en unas determinadas zonas, mientras que otras se quedan desatendidas.

Por este motivo, Manos Unidas está coordinando su trabajo en estos momentos con el de las otras organizaciones de la red CIDSE (alianza internacional de organizaciones católicas para el desarrollo) a la que pertenece, que están destinando igualmente fondos para socorrer a las víctimas de esta tragedia.  

Con la depresión tropical Zoraida, son ya cuatro los tifones y tormentas que han azotado el país en las últimas semanas. «Las intensas lluvias producidas por esta nueva tormenta han ralentizado mucho las labores de identificación de daños y rescate de las víctimas», han advertido desde la ONGD católica. «El Gobierno filipino estima que serán necesarios unos 300 millones de USD para reconstruir lo que se ha perdido en esta tragedia», han indicado.

Manos Unidas –que trabaja en Filipinas desde 1987– todavía sigue ayudando a las víctimas de otra catástrofe muy reciente que también ha afectado gravemente a los filipinos: el terremoto de finales de octubre en las islas de Bohol y Cebú, que dejó a 350.000 personas sin hogar. Esta organización de la Iglesia en España ha destinado fondos a construir viviendas para los damnificados por el seísmo.

En todos estos años, esta entidad católica ha apoyado más de 275 proyectos –por un importe superior a los 26 millones de euros– dedicados a apoyar el desarrollo de la gente de Filipinas.

Para más información: http://www.manosunidas.org 

(RED/IV)

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ZENIT Staff

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