Francia: Investigación sobre el embrión humano en la Asamblea Nacional

Silencio sobre un escándalo ético, 45.000 ciudadanos exigen un debate

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Mientras que la Comisión des Asuntos Sociales valida el texto, la protesta se hace cada vez mayor. La Fundación Jérôme Lejeune denuncia el ultraliberalismo libertario de los partidarios de esta reforma social inédita y fundamental que hace del embrión un objeto.

Tras escasas audiciones de expertos, organizadas en plenas vacaciones, la Comisión de Asuntos Sociales de la Asamblea Nacional examinó este 20 de marzo la proposición de ley encaminada al levantamiento de la prohibición de la investigación con embriones humanos. En un ambiente tenso en la comisión, el texto acab de ser votado.

Piedra de tropiezo de los debates hace menos de dos años, en el momento de la révision de la ley de bioética, la investigación con embriones pasa en medio de la casi indiferencia las etapas parlamentarias desde diciembre y el voto en el Senado. La última ronda se celebra el jueves 28 de marzo, fecha del examen del texto en sesión pública en la Asamblea Nacional (el voto solemne está previsto para el 2 de abril).

En medio de la indiferencia, por ahora. En razón de la amplitud del cambio, surgen experticias opuestas de peso, apoyadas por la actualidad científica internacional. Hay científicos que denuncian el retraso de la investigación con embriones humanos frente especialmente al espectacular progreso de las células pluripotentes (iPS) del premio nóbel Yamanaka. Hay juristas que subrayan el gran cambio de paradigma que se perfila, sin debate ni por tanto Estados Generales obligatorios. Hay políticos que se oponen al desmoronamiento de la ley de bioética de 2011, al error estratégico de comprometer a Francia en una investigación atrasada e inútil y al antimensaje bioético enviado a los ciudadanos. En conjunto, denuncian el escándalo de la degradación del embrión, transformado en reactivo químico servido por los laboratorios de la industria farmacéutica.

A raiz de estas experticias que se hacen desde hace meses, la Fundación Jérôme Lejeune interpela a los diputados y a los ciudadanos sobre todo a nivel ético. El embrión humano es un ser humano. Esto es una constatación científica, no una opinión o una convicción, cualesquiera que sean las afirmaciones oídas en comisión en la mañana del 20 de marzo, según las cuales el embrión humano sería un amasijo de células. «El fin no justifica los medios y suprimir a un humano para pretender curar a otro es un curioso método», subraya Jean-Marie Le Méné, presidente de la Fundación Lejeune quien añade que «nuestra época es la primera en querer meter mano al humano en este estadio de desarrollo». Además, este cambio se quiere discreto. Cuando los padres abadonen su llamado eufemísticamente  «proyecto parental», en el marco de un consentimiento libre y patente, ya ni siquieran serán informados del uso que se hará de su embrión.

Apoyada por 45.000 firmas contra el texto y de cien mil cartas de protesta destinadas a los diputados remitidas a través de su campaña «¿Usted encuentra esto normal?» la Fundación Jérôme Lejeune no abandona la lucha y llama a los ciudadanos franceses a movilizarse contra esta reforma bioética fundamental, antes de que sea demasiado tarde, firmando la petición y enviándo un correo a su diputado en: www.vous-trouvez-ca-normal.com.

Todas las aportaciones de expertos en los numerosos semanarios de la campaña Vous trouvez ça normal?, se encuentran en línea en el sitio: www.vous-trouvez-ca-normal.com.  

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ZENIT Staff

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