Francia: «Los hijos podrán demandar a los padres por haberles hecho nacer»

Una sentencia indemniza a minusválido por no haber sido abortado

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ROMA/PARÍS, 19 nov (ZENIT.org).- El Tribunal Supremo de Francia dictaminó el viernes pasado que es mejor no nacer que nacer con algún tipo de minusvalía.

La sentencia establece que Nicolas Perruche, de diecisiete años, con una minusvalía grave, sea indemnizado por su venida al mundo.

Nicolas no camina, no oye y está casi ciego. La madre, cuando estaba embarazada, fue al ginecólogo porque su otra hija, de cuatro años, había contraído la rubéola. «Si la he contraído –le dijo claramente al doctor– quiero abortar». La rubéola puede provocar discapacidades en los bebés. Sin embargo, los exámenes médicos no detectaron la rubéola, y la madre continuó con el embarazo.

La Fiscalía se había opuesto a un fallo de compensación de un tribunal inferior, alegando que el pago por daños a Nicolás implicaría que algunas vidas no valen la pena. Asimismo, alegó que sustentar el recurso podría establecer un precedente para que otros niños que se sientan infelices con sus vidas por razones menos graves puedan presentar demandas contra sus padres.

Pero el Tribunal Supremo de Francia, se ha opuesto a estos argumentos, sosteniendo que Nicolas tenía derecho a compensación por daños causados por su condición.

Los padres han perseguido este resultado pues, al tener un coeficiente de inteligencia de 50 o inferior, Nicolas no está mentalmente capacitado para entablar una demanda judicial. De este modo, la compensación será recibida y administrada por ellos mismos.

El caso podría convertirse en un antecedente que promete una lluvia de sentencias del mismo tenor y quizá un escenario de pesadilla: «De ahora en adelante –dijo el abogado del médico que equivocó el diagnóstico– será posible que un hijo denuncie a los propios padres por haberlo hecho nacer. No se puede excluir que encuentre jueces dispuestos a darle la razón».

La sentencia del tribunal ha sido comentada por la edición italiana de «L´Osservatore Romano», diario oficioso de la Santa Sede, en su edición de hoy. El periódico explica que todo ser humano, aunque sufra algún tipo de discapacitación, tiene derecho a la vida. Por este motivo, la decisión judicial es «aceptable si alienta esta interpretación».

Ahora bien, el diario vaticano considera que la sentencia no se puede aceptar «si abre un capítulo de subversión jurídica». Reconoce que, si bien «es verdad que la legislación del Estado sigue sus normas», no hay que olvidar que «quien tiene la conciencia para seguir los principios de la moral universal sabe que no se puede utilizar el diagnóstico prenatal con fines abortivos».

«El hijo ya concebido, independientemente de sus condiciones de salud, tiene que ser aceptado, criado y deben ofrecérsele los tratamientos y atenciones que reclama su dignidad», añade el artículo.

Por su parte, monseñor Elio Sgreccia, vicepresidente de la Academia Pontificia para la Vida y director del Instituto de Bioética de la Universidad del Sagrado Corazón de Roma, en declaraciones publicadas hoy por el diario italiano «Avvenire», considera que la sentencia es «peligrosa», pues «se basa en un principio discriminatorio, según el cual, los minusválidos no tienen derecho a existir».

El obispo considera que esta decisión cancela «lo que hizo Europa a partir de Nuremberg para que la discriminación no se repita y prevalezca el principio de igualdad. Para nosotros la supresión de un minusválido o, peor aún, la condena porque no ha sido «eliminado» antes del nacimiento, es un hecho sumamente alarmante».

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ZENIT Staff

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