Francia: Los obispos animan a trabajar por la cultura de la paz

Declaración sobre los casos de pederastia dentro de la Iglesia

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PARIS, 14 nov (ZENIT.org).- Con motivo de la clausura de la Asamblea plenaria de los obispos franceses, el 10 de noviembre, monseñor Louis-Marie Billé, arzobispo de Lyon y presidente de la Conferencia Episcopal, en su discurso abordó los temas de la paz en el mundo, la mundialización de la solidaridad y Europa, antes de referirse a temas de la Iglesia en Francia.

«Incluso cuando anunciamos el Evangelio a los que están geográficamente más próximos –dijo monseñor Billé– no podemos hacerlo sin tener en cuenta los acontecimientos».

De esta manera monseñor Billé sumaba la voz de los obispos franceses a las voces que en el mundo y en la Iglesia, piden la reanudación de las negociaciones de paz en Medio Oriente. Recordó la posición de la Santa Sede y citó las palabras del patriarca latino de Jerusalén, monseñor Sabbah, como presidente de Pax Christi International: «Es necesaria hoy la referencia a un código de valores morales que sirva de apoyo a todas las negociaciones futuras».

Monseñor Billé recordó que el decenio 2001-2010 ha sido declarado por la Unesco y Unicef como «decenio para una cultura de la paz y de la no violencia para los niños del mundo». Citó al representante permanente de la Santa Sede ante la ONU, el arzobispo Renato Martino, para quien representa un «decenio de la cultura de la paz, cultura que es una cultura de los derechos humanos, basada en la verdad y la justicia, que respeta los derechos de las naciones, que rechaza la lógica de las armas, que se apoya en los jóvenes, que empieza en el corazón del hombre».

Por otra parte, los obispos reunidos en Lourdes han tratado la delicada cuestión de cómo debe actuar la Iglesia ante el caso de sacerdotes acusados de pederastia.

Del debate sobre un informe elaborado por algunos expertos ha salido una Declaración en la que se afirma que «la Iglesia no está exenta de una realidad de la que descubre toda la complejidad». La condena es durísima: «Cuando el agresor es un sacerdote, se realiza una doble traición»: al menor del que se abusa y al Evangelio. También los obispos se sienten «solidarios con las víctimas y sus familias».

En cuanto al sacerdote culpable, los obispos afirman que debe responder ala justicia civil y a la Iglesia, aunque no se debe olvidar que es «una persona que tiene el derecho a nuestro respeto, a nuestro acompañamiento, a nuestra oración».

Si bien los obispos franceses son firmes en condenar estos actos subrayando que afrontan el problema «con la luz y el valor que nos viene del Evangelio», piden al mismo tiempo que «no se deje instaurar un clima de desconfianza generalizada e injusta. Los delitos cometidos por algunos –concluye la Declaración– no deben arrojar descrédito sobre todos».

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ZENIT Staff

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