Francisco: 'El Camino Neocatecumenal hace un gran bien en la Iglesia'

Audiencia del Santo Padre en el Aula Pablo VI y enví­o misionero de las ‘missio ad gentes’

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El papa Francisco ha recibido este viernes en audiencia a los miembros del Camino Neocatecumenal y les ha instado a «ir en nombre de Cristo a todo el mundo y llevar su Evangelio».

En su mensaje, el Santo Padre ha destacado que «el Camino Neocatecumenal hace un gran bien en la Iglesia» y ha recordado a sus miembros que «con el testimonio de vida manifiestan el corazón de la revelación de Cristo». Es decir, que «Dios ama al hombre hasta entregarse a la muerte por él y que ha sido resucitado por el Padre para darnos la gracia de donar nuestra vida a los demás», ha apuntado. «El mundo de hoy tiene necesidad extrema de este gran mensaje», ha asegurado.

El Pontífice argentino ha entrado en el Aula Pablo VI y ha ido saludando durante varios minutos a los presentes,  entre aplausos y vivas al Papa, mientas se escuchaba una canción a la Virgen María acompañada por guitarras y entonada por Kiko Argüello, iniciador de esta realidad eclesial.

La audiencia celebrada esta mañana ha consistido en una ceremonia con la que el Pontífice ha enviado a 250 familias a realizar la missio ad gentes.

A estas familias el Papa les ha animado a que sigan adelante, confiando en la Madre de Dios, que ha inspirado el Camino Neocatecumenal, y que se se nutran de la Palabra, la Liturgia y la Comunidad.

Francisco ha vuelto a bendecir el carisma que recibieron los españoles Kiko Argüello y Carmen Hernández, que le han regalado un icono como recuerdo de este encuentro. Posteriormente, le han presentado a algunos de estos misioneros que partirán hacia diferentes países de varios continentes.

Las missio ad gentes son uno de los frutos del Camino Neocatecumenal. Desde hace años envía a la misión a familias que se muestran dispuestas a dejarlo todo por la evangelización y que acuden a lugares en los que el propio obispo les haya solicitado. En muchas ocasiones son enviadas a zonas donde la Iglesia no existe o apenas tiene presencia. Esto es precisamente lo que hacen las familias que forman una missio ad gentes.

Cada una de estas misiones está constituida por cuatro familias con numerosos hijos, un sacerdote responsable de la missio y de un “socio” que le acompaña, tres mujeres jóvenes que ayudan a las familias y a sus hijos y una mujer mayor que ayuda a los sacerdotes. En total, cada missio ad gentes está formada por unas 45 personas.

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ZENIT Staff

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