Priests attend a mass by Pope Francis at the University campus in Nairobi

ANSA

‘Francisco en Kenia será una nueva primavera de la Iglesia’

Entrevista a Ángel Iglesias Solarano, sacerdote español, desde hace más de 40 años itinerante del Camino Neocatecumenal en África

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

Cuando Ángel Iglesias Solarano, sacerdote español de la diócesis de Madrid, llegó por primera vez a África en el año 1971, le impresionó fuertemente el sufrimiento de la población. En particular la parroquia en Tanzania en la que prestaba servicio con los Padres Blancos, acogía los refugiados de Burundi que huían de las masacres en su país. “Tal experiencia me acercó muchísimo a ellos», cuenta, «me di cuenta, conociendo cada vez más a la gente, que la fe no era vivida de forma madura y que el Señor me llamaba a una misión importante: ayudar a los cristianos a madurar su fe a través de un camino de iniciación cristiana». Ángel pidió a sus superiores continuar el Camino Neocatecumenal, del que forma parte, y ofrecerse para la nueva evangelización. Después de dos años de estudios de teología bíblica en la Universidad de los jesuitas de Madrid, partió como catequista itinerante a Costa de Marfil, Burundi, Zambia, Etiopía, Ruanda y finalmente, desde 1982 a Tanzania y Kenia, donde todavía ahora desarrolla su misión de evangelización.

Precisamente de Kenia habla Ángel con ZENIT, donde ahora se encuentra el papa Francisco, y nos comparte su precioso ‘diario de a bordo’ a lo largo de 30 años, hablando de un país herido y contradictorio por sus enormes riquezas y su profunda pobreza.

En estos años, ¿cómo ha cambiado el rostro de Kenia, recordando también la profunda transición socio-política que ha atravesado en los años 90?
— Padre Ángel: A Kenia llegué en el año 1982. Desde entonces el país ha cambiado a menudo su rostro. No es fácil resumir en pocas palabras toda la historia de este país en los últimos años, que es una de las naciones con la economía más dinámica del continente africano. Kenia presenta fuertes contradicciones: por un lado la extrema riqueza, manifestada en los altos rascacielos, en el centro que se parece a las grandes metrópolis del mundo, en los coches de lujo; por el otro la extrema pobreza en la que aún está la mayoría de la población. En Nairobi, por ejemplo, hay aún muchos barrios pobres, muy violentos: Kiberia, en la ciudad de Nairobi, es el más extenso del mundo, con más de un millón de personas. Por la mañana se ven mareas de personas caminar a pie para llegar al trabajo; después de haber trabajo durante 10 o 12 horas, con salarios irrisorios, vuelven a casa, a menudo chozas, donde no hay agua, luz, ni los mínimos servicios sanitarios. Siempre me ha conmovido el dinamismo de la población de Kenia, llena de energía para ganarse el pan, pero cuando no encuentran trabajo, caen en una gran frustración. El desarrollo ha sido muy rápido y quizá a muchas personas no les ha dado tiempo a adaptarse a los tiempos.

En esta situación, ¿qué tipo de acogida encontró el anuncio cristiano en Kenya?
— Padre Ángel: Al principio fue muy bueno. Kenia es un país muy cristiano, casi el 80 por ciento; el 10 por ciento es musulmán y el resto de religiones ancestrales, pero con una abundancia de sectas de origen cristiano. Hay unas 15 mil sectas: 8 mil ya registradas y 7 mil a la espera de estarlo. Esto muestra el deseo de la gente de acercarse a la Palabra de Dios, pero también la situación crítica en la que se encuentran las grandes religiones tradicionales para responder a las peticiones profundas de la gente. En cualquier caso, en nuestras catequesis la gente estaba entusiasmada con la Palabra de Dios: por ejemplo en Mombasa o Nairobi venían muchos, y esto en un ambiente de gran confusión. Fuimos bien acogidos y muy bendecidos por el cardenal Maurice Otunga.

Durante el Sínodo de octubre, el episcopado africano subrayó una grave dificultad de la Iglesia para hacer vivir a los fieles la moral católica, que se enfrenta con las tradiciones ancestrales. Algo que repercute sobre todo a la familia…
— Padre Ángel: Es verdad. El deseo de vivir la religión se mezcla con las tradiciones tribales de la familia, con los problemas unidos a la dote, con la poligamia. Esto es muy fuerte en las zonas rurales. En la ciudad, a causa de la globalización, ha llegado la secularización y la mentalidad del mundo occidental moderno. Todo esto hace muy difícil, especialmente para los jóvenes, formar una familia cristiana y muchos novios viven una vida matrimonial sin haber recibido el sacramento del matrimonio. Por tanto, existe una dicotomía en la vida práctica cristiana, un divorcio entre la doctrina de la Iglesia y la vida vivida.

También la situación social es compleja ya que Kenia cuenta con 44 millones de personas divididas en 42 tribus
— Padre Ángel: Sí, hay muchas tribus, pero solo 3 o 4 son las principales. Entre ellos hay gran diversidad y antagonismo, que ha llevado a lo largo de la historia, también reciente, a enfrentamientos violentos. A menudo las sectas respondían a las exigencias de las tribus, para algunos representaban una ocasión de trabajo: fundar una secta podía también significar asegurarse la vida, un apoyo religioso, un refugio afectivo.

¿Qué influencia tiene esto en las nuevas generaciones?
— Padre Ángel: En Kenia los jóvenes estudian (aún siendo las escuelas muy caras), están bien preparados, son ambiciosos, pero a menudo no encuentran oportunidades de trabajo, se frustran, caen en la droga, en la prostitución, están abandonando la fe. También la pornografía está muy difundida y destruye su preparación para una vida familiar. Estoy contento que en el Camino Neocatecumenal haya una catequesis sistemática en los encuentros y en las peregrinaciones sobre la teología del cuerpo de san Juan Pablo II, Benedicto XVI y de Francisco sobre el noviazgo, la vida familiar y la transmisión de la fe a los hijos. Vemos con alegría cómo en los jóvenes que acogen la predicación, el Señor trabaja: cambian de mentalidad, se forman nuevas familias cristianas, los novios viven en castidad hasta el matrimonio, las parejas están abiertas a la vida y a la voluntad de Dios. Estamos realmente contentos, porque si se estropean los jóvenes, se estropea todo.

¿Cuáles son los desafíos que deben afrontar las familias en Kenia?
— Padre Ángel: La familia en Kenia está sufriendo un gran ataque, con la ideología de género que ha llegado también aquí, con todas sus consecuencias, proclamando una falsa autonomía de las mujeres, que al final se encuentran en un gran aislamiento y una frustración existencial, criando a los hijos sin la presencia de la figura paterna y centrando todo en los estudios de los hijos.

¿Cómo se vive el terror por la violencia y los atentados? En particular, en Kenia, ¿cómo se vive el recuerdo del ataque de Garissa del pasado 2 de abril?
— Padre Ángel: La tragedia en el Campus de Garissa fue el ápice más brutal de los continuos ataques, algunos muy sanguinarios, que desde hace casi 8 años el movimiento terrorista somalí de Al Shabab realiza. Esto está provocando una gran inseguridad, provocando la desestabilización del país. Un efecto de esto es que en los lugares de costa, famosos por las playas, los turistas ya no vienen, con una repercusión sobre el tejido social de Kenia ya que muchos pierden el trabajo.

Entonces, ¿es un escenario dramático o positivo el que encontrará el papa Francisco en Kenia?
— Padre Ángel: El Santo Padre encontrará sobre todo un pueblo muy religioso y que siente afecto por él, un pueblo que desea la paz. Su visita confirmará la fe de los hermanos. De hecho hay una expectativa muy alta, muy fuerte por este viaje. Frente a las ideologías y al mensaje llevado por los medios de comunicación que contradicen la moral y el dogma cristiano, la llegada del Papa será una nueva primavera para la Iglesia en Kenia, dará fuerza e impulso misionero.

Se teme q
ue Al Shabab aproveche el viaje del Santo Padre para atentar contra los cristianos de Kenia. ¿Cree que es una amenaza real?

— Padre Ángel: Desde hace tiempo no hay atentados porque la seguridad ha sido muy intensificada a todos los niveles. Esto no quiere decir que el riesgo no exista, pero sin duda hay un gran impedimento. Además la gente está preparada también para ayudar a las fuerzas del orden en este trabajo de prevención, porque desea la paz para su país. El riesgo es real, pero más que de probabilidad se puede hablar de posibilidad. Estoy seguro de que la Virgen, Nuestra Señora de África, nos protegerá.

 

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

Salvatore Cernuzio

Crotone, Italy Bachelor's degree in Communication Sciences, Information and Marketing (2008) and Master's degree in Publishing and Journalism (2010) from LUMSA University of Rome. Vatican Radio. Rome Seven. "Ecclesia in Urbe. Social Communications Office of the Vicariate of Rome. Second place in the Youth category of the second edition of the Giuseppe De Carli Prize for religious information.

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación