Pope Francis at Santa Marta

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Francisco en Sta. Marta: 'Es mejor morderse la lengua que hablar mal de otro"

El Santo padre en su homilía cotidiana recuerda que Jesús pacificaba. En cambio la división y zizaña es obra del diablo

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Jesús pacificaba y reconciliaba, en cambio en la actualidad en la Iglesia existe el peligro de sembrar divisiones y poner zizaña. Lo indicó este viernes el papa Francisco en su homilía de la misa cotidiana que celebra en la Residencia Santa Marta.

Refiriéndose a la carta a los Colosenses, san Pablo muestra el documento de identidad de Jesús: “El Padre lo ha enviado para ‘reconciliar y pacificar’ a la humanidad con Dios después del pecado».

“La paz es obra de Jesús” dijo el Papa, de su “abajarse para obedecer hasta la muerte y muerte de cruz”. “Y cuando hablamos –prosiguió el Santo Padre– de paz o de reconciliación, pequeñas paces, pequeñas reconciliaciones, tenemos que pensar a la gran paz y a la gran reconciliación que ha hecho Jesús”.

Nuestra tarea, indicó, en medio a las noticias de guerra, de odio y también sobre las familias es “ser hombres y mujeres de paz, hombres y mujeres de reconciliación”. Y es bueno que nos preguntemos, indicó Fancisco: “¿Siembro yo la paz?, por ejemplo con mi lengua siembro paz o zizania?

Cuantas veces hemos oído decir de una persona: ‘Ese tiene una lengua de serpiente’, porque hace como la serpiente con Adán y Eva, ha destruido la paz. Y esto es un mal, una enfermedad en nuestra Iglesia: sembrar la división, el odio, y no la paz. Y todos los días deberíamos hacernos esta pregunta: ¿Yo hoy he sembrado paz o zizaña. Quien lleva la paz es santo y quien la discordia terrorista.

Los cristianos por lo tanto están llamadas a ser como Jesús, que “vino entre nosotros para pacificar, para reconciliar”.

Y consideró que “si una persona durante su vida no hace otra cosa que reconciliar y pacificar se la puede canonizar, esa persona es santa. Pero debemos crecer en ésto, convertirnos: nunca una palabra que sea para dividir, nunca una palabra que traiga guerra o pequeñas guerras, nunca las habladurías”.

Y sobre los chismes o chismorreos el Santo Padre quiso precisar: “Y si yo pienso: ¿Qué son los chismes? No, nada, solo decir una palabrita contra el otro o contar una histora”. Entonces subrayó: “No, las habladurías son terrorismo, porque quien chismorrea hace como un terrorista que tira una bomba y se va. Destruye, con la lengua destruye y no trae la paz. Pero es astuto, porque no es un terrorista suicida, no, no, él se protege bien”.

Así, el Papa hizo una invitación: Cada vez que les venga ganas de decir algo que siembra zizaña, prosiguió Francisco, “muérdanse la lengua”. Y les aseguro que si hacen este ejercicio de morderse la lengua en vez de sembrar zizaña, “los primeros tiempos sentirán que se les hinchará la lengua”. E invitó a no olvidarse que “el diablo tiene como oficio, dividir”.

La oración final propuesta por el Pontífice fue: “Señor, tu que nos has dado la vida dadme la gracia de pacificar, de reconciliar. Tu has derramado tu sangre, que no me importe si se me hincha la lengua cuando la muerda antes de hablar mal de otro”.

(Texto traducido y adaptado de la versión italiana de Radio Vaticano)

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ZENIT Staff

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