Francisco invita a dos niños a acompañarle en el papamóvil

En la audiencia de este miércoles, el Santo Padre ha reflexionado sobre la unidad de los cristianos invitando a centrarnos en lo que nos une

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El santo padre Francisco ha llevado en el papamóvil esta mañana dos pequeños acompañantes. Al llegar a San Pedro como cada miércoles para la audiencia general, el Papa ha invitado a dos niños a que subieran con él y le acompañaran durante el recorrido. Mientras, el Papa ha hecho su habitual paseo entre los fieles, en el que aprovecha para saludar y bendecir más de cerca y tomar en sus manos a los bebés que le acercaban para una bendición especial. Y así, los dos niños, sentados en la parte de atrás con sus gorras color naranja, han disfrutado de esta experiencia que no olvidarán fácilmente.

Continuando con la serie de catequesis dedicadas a la Iglesia, en esta semana el Pontífice ha reflexionado sobre las diversas confesiones o tradiciones dentro de la Iglesia. De esta forma, el Papa ha afirmado en el resumen que hace en español:

Queridos hermanos y hermanas: Hay muchas personas que, compartiendo con nosotros la fe en Cristo, pertenecen a otras confesiones o tradiciones. Ante esta  situación, que a lo largo de la historia ha sido con frecuencia causa de conflictos y sufrimiento, ¿cuál es hoy nuestra actitud? ¿Nos resignamos, somos indiferentes? ¿O creemos que es posible caminar hacia la reconciliación y la plena comunión?

Las divisiones entre los cristianos, además de herir a la Iglesia, hieren al mismo Cristo, que, antes de su muerte, rogó encarecidamente al Padre por la unidad de todos los discípulos.

Diversas razones han conducido a la separación. Pero, de un modo u otro, tras estas heridas, siempre aparecen la soberbia y el egoísmo que nos vuelven intolerantes e incapaces de escuchar y aceptar a quien tiene un punto de vista diverso.

Como miembros de la Iglesia, en primer lugar, estamos llamados a rezar, como lo hizo Jesús, por la unión de los cristianos. Y, además, el Señor nos pide que no nos cerremos al diálogo y al encuentro, sino que estemos abiertos a todo aquello que es valioso y positivo en quienes no piensan y actúan como nosotros, que no nos quedemos en lo que nos divide, sino que acentuemos lo que nos une: Jesús y la riqueza de su amor. Y que caminemos juntos en el camino de la vida rezando junto, ayudándonos juntos. De Jesús aprenderemos a sentirnos parte de la misma familia, a considerarnos un don para los demás y a realizar juntos tantas cosas buenas, tantas obras de caridad por el bien común».

A continuación, ha saludado a los peregrinos de lengua española, «en particular a los grupos provenientes de España, Panamá, Argentina, Puerto Rico, México y otros países». A ellos ha invitado «a rogar al Señor para que todos lleguemos a ser en verdad una sola familia. Muchas gracias».

Tras los saludos en las distintas lenguas, finalmente el Santo Padre ha dirigido un saludo especial a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Por ello, ha recordado que el mes de octubre está dedicado a la oración del Rosario.»Queridos jóvenes, invocad siempre la intercesión de la Virgen María, para que os ilumine en cada necesidad», ha exhortado. A los enfermos les ha invitado a que «el consuelo de la oración mariana esté cotidianamente presente en vuestra vida». Para concluir, a los recién casados les ha invitado a soldar con la oración el vínculo conyugal.

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ZENIT Staff

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