Francisco visitó en Roma a refugiados e inmigrantes

El Centro Astalli es gestionado por el Jesuit Refugee Service, que en Italia ayuda a quienes lograron llegar al país

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A un par de cuadras de Piazza Venezia, en el corazón de Roma, se encuentra el Centro Astalli; allí hoy por la tarde el santo padre Francisco fue a visitar esta estructura de acogida de inmigrantes que cada día da de comer a 450 personas.

Con la llegada del papa, la zona céntrica que estaba aislada con vallas, se llenó de gente. Francisco saludó a los inmigrantes de diversas nacionalidades que se encontraban haciendo fila en la puerta del Centro para entrar a almorzar.

El papa, el 8 de julio pasado quiso ir a la isla italiana de Lampedusa, situada a mitad de camino entre África y Europa, para rezar por los miles de inmigrantes muertos ahogados en los innumerables naufragios. En la isla rezó, bendijo las naves, arrojó una corona de flores, y sobre todo, sensibilizó al mundo sobre el drama de los migrantes. Y los que llegan por la vía del mar, son los últimos entre ellos.

El santo padre hoy quiso en el Centro Astalli recorrer el mismo camino de quienes allí llegan: llegó al primer escritorio de recepción, bajó la escalera estrecha y empinada que lleva al comedor, visitó la enfermería, como lo hace cada uno de quienes allí llegan. Allí hay también un centro en donde dan lecciones de italiano, y otro de orientación, además de una lavandería. En el 2012 pasaron por el centro 21 mil personas. Funciona desde 1981 cuando fue creado por el servicio de los jesuitas para los refugiados (SJR), que se escapan de sus tristes realidades, de guerra, violencia y hambre.

Un señor de Camerún que se encotraba en el centro, indicó en directa televisiva que estaba con su familia en el comedor cuando llegó Francisco. «Nos dio coraje, tienen que ir adelante y confiar en Jesús, nos dijo. Comió con nosotros unos dulces y tomó una bebida argentina (suponemos el mate ndr.). Yo esperaba verlo con los zapatos rojos pero los suyos eran normalísimos. Soy africano y católico, es una experiencia inolvidable, siempre quise ver al papa, espero tener, como nos dijo Francisco, el coraje de proseguir a partir de aquí».

Días antes el papa llamó por teléfono al director del centro Astalli, el padre Giovanni La Manna, que le había enviado una carta invitándolo, y le indicó que ese martes iba a ir a visitarles. “Estamos muy contentos –dijo el padre La Manna–de esta visita, en donde los refugiados viven su vida cotidiana, que es hecha de una comida, de ayuda legal, social y médica. Esta es para ellos una experiencia espiritual”.

En la pequeña capilla del Centro Francisco se detuvo unos minutos. Después por un corredor interno fue hasta la iglesia del Jesús, que es contigua. En el templo encontró a los diversos componentes: huespedes, voluntarios, operadores y amigos. En total unas 500 personas.

Dos refugiados: el sudanés Adam y la siria Carol, le dirigieron unas palabras y a continuación el santo padre se dirigió a los presentes. “¡Roma! Después de Lampedusay otros lugares de llegada, para muchas personas nuestra ciudad es la segunda etapa” dijo. Por ello “tiene que ser la ciudad que permita encontrar una dimensión humana, que permita comenzar a sonreír”. Y agradeció a todos aquellos que dedican esfuerzos para acoger a las personas con un proyecto.

Al concluir se rezó la oración ‘Tú como ellos’ compuesta por el padre general de los jesuitas, Alonso Nicolás. Se recordó también al padre Pedro Arrupe, fundador del SJR y el papa acompañado por dos refugiados llevó un ramo de flores a su tumba. El coro del Centro acompaño con cantos el encuentro y al concluir la visita le hicieron algunos regalos. 

La primera puerta de llegada de los inmigrantes es el aeropuerto en donde suelen desembarcar con visa de turistas, como sucede con los latinoamericanos. Otros en situación más desesperada desembarcan en las costas, en la isla de Lampedusa y en tantas otras localidades marítimas de Europa. Una vez en Italia tienen la alegría de haber podido llegar. Después está la segunda acogida, precisan ayuda para los documentos, medicinas y las primeras necesidades, hasta que se integran a la vida social o van a otros países europeos en donde tienen parientes.

En este momento el mayor flujo de refugiados proviene desde Siria, pero se han registrado allí llegadas desde los lugares más diversos. Y en ese sentido en Centro Astalli es como un sismógrafo que indica cuales son las zonas con mayor dificultad en el mundo. 

Entre ellos figuran muchos colombianos que se han escapado, desplazados por la guerrilla, paramilitares y violencia en su país. En el Centro Astalli, trabaja también una joven señora colombiana, Isabel, que indicó que tuvo que escaparse desplazada por la violencia de la guerrilla.

La visita del santo padre duró hasta las 17,30  local, y fue de aproximadamente una hora y media. A la salida del Centro una multitud le esperaba para saludarle.

LEER EL DISCURSO DEL PAPA 

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Sergio Mora

Buenos Aires, Argentina Estudios de periodismo en el Istituto Superiore di Comunicazione de Roma y examen superior de italiano para extranjeros en el Instituto Dante Alighieri de Roma. Periodista profesional de la Associazione Stampa Estera en Italia, y publicista de la Orden de periodistas de Italia. Fue corresponsal adjunto del diario español El País de 2000 a 2004, colaborador de los programas en español de la BBC y de Radio Vaticano. Fue director del mensual Expreso Latino, realizó 41 programas en Sky con Babel TV. Actualmente además de ser redactor de ZENIT colabora con diversos medios latinoamericanos.

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