Gadafi habla en serio al afirmar que Europa podría islamizarse

El misionero Piero Gheddo constata que falta una respuesta cristiana

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ROMA, jueves, 2 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Uno de los misioneros más conocidos en el mundo, el padre Piero Gheddo, considera que el llamamiento que hizo el líder libio Muamar el Gadafi durante su visita oficial a Roma a islamizar Europa podría hacerse realidad en pocas décadas.

En declaraciones a ZENIT, este sacerdote del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME), fundador de la agencia de información misionera AsiaNews, misionero en varios continentes, autor de ochenta libros, considera que hay que tomar en serio al excéntrico presidente y preguntarse cuál es la respuesta que ofrecen los cristianos del viejo continente.

El 29 de agosto el líder libio mantuvo un encuentro con quinientas chicas en la ciudad eterna para proclamar que «el Islam debería convertirse en la religión de toda Europa». Antes las había invitado a la conversión y al menos tres de ellas afirmaron que así lo hicieron.

Según el padre Gheddo las manifestaciones de Gadafi, lejos de ser mero «folclore», como afirmaron exponentes políticos italianos, podrían convertirse en pocas décadas en realidad.

«Ningún periódico (excepto «Avvenire» –el diario de la Conferencia Episcopal Italiana–) ha tomado en consideración seriamente cómo puede responderse a este desafío del islam, que antes o después conquistará la mayoría en Europa».

El secretario de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, el arzobispo Robert Sarah, ha sido uno de los pocos que tomó en serio las declaraciones de Gadafi, calificándolas en una entrevista concedida al diario romano «La Repubblica» (31 de agosto) de «provocación» y «falta de respeto hacia el Papa e Italia, país mayoritariamente católico».

«El desafío debe tomarse en serio –insiste el padre Gheddo–. Ciertamente desde un punto de vista demográfico, pues queda claro a todos que los italianos disminuyen en 120 mil o 130 mil personas al año a causa del aborto y de las familias rotas; mientras que entre los más de 200 mil inmigrantes legales al año, en Italia, más de la mitad son musulmanes y las familias islámicas tienen un nivel de crecimiento mucho más alto que el de nuestras familias».

«De esto en los periódicos y en los programas televisivos no se habla nunca –constata–. Pero hay que dar una respuesta ante todo en el campo religioso, cultural, y de identidad. En la Europa cristiana disminuye la práctica religiosa y se extiende la indiferencia, el cristianismo y la Iglesia son atacados».

«Cuando hay noticias negativas sobre la Iglesia los periódicos la publican con gran realce, a veces con júbilo. La Constitución Europeo pudo haberse aprobado a pesar de que no mencionaba las ‘raíces cristianas’ de nuestra cultura y de nuestro desarrollo. El hecho es que, como pueblo, nos hacemos cada vez más paganos y que el vacío religioso es llenado inevitablemente por otras propuestas y fuerzas religiosas».

«Si nos consideramos un país cristiano, deberíamos volver a la práctica de la vida cristiana, que solucionaría también el problema de las cunas vacías».

Para explicar el desafío lanzado por Gadafi el padre Gheddo ilustra la posición de otros exponentes islámicos: «En el año 2004, visité Malasia y el arzobispo de la capital, Kuala Lumpur, me enseñó el editorial del peróidico local más importante del país publicado en inglés («The Star – The People’s Paper»), que decía: ‘El Occidente cristiano es rico, con bienestar, educación, democracia, poder militar, pero vacío de ideales y de hijos porque no tiene a Dios. El Islam tiene una tarea histórica: devolver Europa a Dios'».

El sacerdote misionero concluye con esta pregunta: «¿Por qué no se habla nunca de una respuesta a esta provocación, sumamente difundida entre los pueblos islámicos, proclamada por la cultura local a voz en grito?».

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ZENIT Staff

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