Gema Galgani: una santa contra la soledad

Entrevista con el biblista Bruno Moriconi

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ROMA, miércoles, 21 abril 2004 (ZENIT.org).- Gema Galgani (1878-1903) es un antídoto contra la soledad afirman en un libro Bruno Moriconi y Armida Pezzini, que acaba de salir a las librerías en Italia.

En esta entrevista concedida a Zenit, Bruno Moriconi explica lo que se esconde detrás de la famosa sonrisa de Gema Galgani, la santa que padeció incomprensiones, estigmas y sufrimientos pero que mantuvo siempre la serenidad.

Según Moriconi, santa Gema «experimentó en grado máximo la marginación de la soledad».

Bruno Moriconi, ocd, es docente de exégesis y cristología en la Facultad Pontificia «Teresianum» de Roma y en el Instituto Internacional de Teología Pastoral Sanitaria «Camillianum» de la misma ciudad.

Es coautor de «Más allá de la soledad. El mensaje de Gema Galgani» («Oltre la Solitudine. Il messaggio di Gemma Galgani», editorial Città Nuova).

–¿Qué se esconde detrás de la sonrisa de santa Gema Galgani, la santa de la Pasión?

–Moriconi: Santa Gema era realmente una chica atractiva, pero detrás de su sonrisa de la que hablamos en el primer capítulo del libro, hay mucho más: su actitud, acogedora y amorosa, y esa serenidad que le venía de la fe.

A pesar de los episodios tristes de su vida, Gema ofrecía todo lo que le acaecía para el bien de los demás. Detrás de su sonrisa está el amor de Jesucristo hacia toda la humanidad.

«Yo querría, Jesús, que mi voz llegase a los límites de todo el mundo». Le dice, de hecho, que en la oración «llamaría a todos y les diría que entraran en tu corazón».

A pesar de que sea justamente identificada como la «santa de la Pasión», Gema no se apasiona por el sufrimiento como tal, sino por el amor que ha impulsado al Señor a darlo todo, dejándose hasta crucificar para llevar el amor del Padre a todos.

–¿Por qué Gema «enriquece el mundo con la fuerza del amor», como afirma usted?

–Moriconi: Porque una vez descubierto lo que realmente la mueve y sostiene, Gema es una de esas figuras de las que tanta necesidad tenemos. Aunque se habla tanto de amor, el amor practicado en nuestro mundo es muchas veces sólo otra cara del egoísmo y de quererlo obtener todo a toda costa.

En cambio, el amor de los santos, como el de Gema, es realmente más fuerte que el de la muerte, ya que es aquel amor transparente y desinteresado que nos hace falta, independientemente de nuestra opción de vida.

–¿Cómo se aprende la confianza de Gema Galgani para vencer la soledad?

–Moriconi: Hemos escogido este título para el libro, «Más allá de la soledad», porque nos parece que fundamentalmente, es el mensaje de Gema para nuestro tiempo.

De entrada porque se quedó sola y no pudo realizar su deseo de entrar en un monasterio y experimentó en grado máximo la marginación de la soledad.

En segundo lugar, porque aunque se daban las premisas para que se desesperara o cayera en depresión, tuvo la gracia de encontrar la fuerza para vivir con serenidad.

Por mérito de su madre, que la había educado en la confianza en el Señor y en María, penetró en su interior y encontró esa presencia que nadie podría arrancarle nunca.

Se adentró en la vía simple de la oración, que cada uno de nosotros, además de en la iglesia, puede hacer en el secreto del propio corazón, en casa, por la calle, en la escuela, en el trabajo, en cualquier ocasión. Y el poder tener siempre un Tu a quien dirigirse es, de hecho, la sola arma contra la soledad.

–¿Gema se sentía fuera de lugar, al querer ser monja y no poder a causa de su precaria salud?

–Moriconi: Entrar en un monasterio fue la única cosa que realmente que deseó para sí misma. Aunque le pidieron la mano en más de una ocasión, Gema se sentía llamada a una vida de consagración en un monasterio.

Cuando la rechazaron por enésima vez en el monasterio de Tarquinia donde se habría conformado con realizar los servicios más humildes, Gema no pudo evitar expresar la desilusión. «No me quieren viva –le dijo a una tía suya– pero cuando me muera me buscarán». Palabras que se han revelado proféticas, ya que el monasterio de las Pasionistas de Lucca se ha construido alrededor del Santuario de Santa Gema.

Aunque no se encontraba en el lugar que hubiera deseado, Gema no se alejaba de los compromisos de cada día. En lugar de preguntarse porqué le había sucedido precisamente a ella lo que le pasaba, incluida la no aceptación en el monasterio, vivió su vida allí donde se encontraba.

Su hermano Tonino, al verla un día algo desilusionada por el rechazo de las monjas, le dijo: «No te asustes, si quieres hacerte santa, puedes serlo también fuera del convento».

El consejo es sabio y vale para todos, dado que las condiciones ideales para vivir de la mejor manera no existen, pero se puede vivir al máximo en cualquier condición, como enseñaba san Juan de la Cruz con esta máxima de eficacia absoluta: «Donde veas que no hay amor, pon amor y sacarás amor».

–Su mensaje, ¿es atractivo para los jóvenes?

–Moriconi: Podría parecer que no, a causa de una cierta manera unilateral de presentar su figura, tan llena de fenómenos extraordinarios que salpicaron su breve existencia.

Pero si , como hemos intentado hacer en este pequeño libro, profundizamos en la vida real, en sus ideales y en sus miedos, incluso un joven de hoy puede redescubrirla como compañera de viaje, así como protectora.

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ZENIT Staff

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