Gorbachov: El Partido comunista Soviético complotó contra el Papa

Se muestra favorable a una visita de Juan Pablo II a Moscú

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ROMA, 23 enero 2001 (ZENIT.org).- El Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) organizó un complot contra Juan Pablo II en los primeros años de su pontificado. Lo ha confirmado por primera vez de manera inequívoca Mijail Gorbachov, el último líder de la Unión Soviética.

En una entrevista concedida al diario italiano «Il Tempo» el pasado día 20 de enero, Gorbachov ha afrontado algunos de los aspectos más interesantes de la relación entre el impero soviético y el Papa polaco. De la larga entrevista, seleccionamos algunas preguntas y respuestas que pueden interesar especialmente a nuestros lectores.

Las revelaciones tienen lugar después de que se encontraran indicios en esta dirección en los archivos de países que entonces eran comunistas.

–Señor Mijail Sergeevic Gorvachov, en un documento reservado, con fecha 13 de noviembre de 1979, el Comité Central del PCUS pedía al Ministerio de Exteriores de la URSS y al KGB que recogieran y publicaran material encaminado a desacreditar la política y el activismo del Vaticano, que ponía en peligro la solidez del régimen soviético. Entre otras cosas, el Comité Central pedía al KGB estudiar «ulteriores acciones» (así estaba escrito) contra Juan Pablo II. Los diez signatarios del documento eran: Suslov, Kirilenko, Chernienko, Ponomariov, Kapitonov, Dolgikh, Zimjanin, Rusakov y Gorbachov. ¿Recuerda aquél documento y cómo fue discutido en el Comité Central? Entre aquellas «ulteriores acciones» contra Wojtyla, ¿había alguna que tuviese como objetivo directo la persona del Papa?

–Mijail Gorvachov: No olvide que, en 1979, la guerra fría había llegado a su culmen. Y, desde
las dos partes, la lógica de pensamiento y de acción estaba guiada por este hecho. En aquél contexto, la actividad del Papa, dirigida a la batalla contra los regímenes totalitarios, sólo podía parecer a los dirigentes soviéticos peligrosa y hostil.

El documento del que usted habla refleja justamente el clima de entonces. Se hablaba en el mismo de acciones políticas (por ejemplo la consulta con los partidos comunistas que gobernaban en los países socialistas) y de propaganda. Por lo que se refiere a «ulteriores acciones», recuerde que en el mismo documento no había dictados de ningún tipo. En principio, se hablaba de iniciativas análogas, es decir políticas y de propaganda. No se hablaba de ninguna actividad contra la persona del Papa y no podía ser de otro modo. En aquel tiempo, las acciones de este tipo habían sido ya eliminadas del arsenal del KGB y prohibidas.

–¿No es significativo que la mayor aportación externa al desmantelamiento de un régimen símbolo del materialismo haya llegado justamente por parte de un hombre de gran atracción espiritual como Juan Pablo II?

–Mijail Gorvachov: El mérito de Su Santidad en la lucha contra el totalitarismo es indudable pero no me diga que no sabe que contra el régimen han combatido también los comunistas y seguidores del socialismo. Su Santidad ha subrayado justamente que, a pesar de que no sea posible minusvalorar el papel desempeñado por los valores espirituales cristianos, en la causa de la superación de aquellos regímenes totalitarios que se definían comunistas, la razón principal de su disolución hay que buscarla en defectos internos. Para dar un cuadro completo de la personalidad de Su Santidad habría que recordar también sus juicios extremadamente duros sobre el capitalismo desde la posición de un humanismo verdadero.

–Once años después de su invitación, ¿por qué los tiempos no están todavía maduros para un viaje de Wojtyla a Moscú?

–Mijail Gorvachov: La hora quizá ha llegado pero las condiciones no están todavía maduras. Espero que esto suceda.

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ZENIT Staff

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