SAN SALVADOR, miércoles, 25 julio 2007 (ZENIT.org).- Dentro del programa que Caritas El Salvador viene desarrollando en diferentes cárceles del país, se celebró en el penal de San Miguel, la entrega de diplomas para las internas y los internos que participaron en los talleres vocacionales dictados durante los últimos seis meses.
«De un total de 123 mujeres internas, 100 se graduaron en un solo día», explicaron miembros de la Caritas salvadoreña. «Unas culminaron su formación como panificadoras, otras en corte y confección, otras en arte en lazo y más. También, 119 hombres finalizaron los talleres de sastrería, soldadura y madera».
«Afuera nunca pude estudiar y nunca me gradué de nada; pero ahora me siento feliz de tener este diploma», afirmó una de las recientes graduadas, que lleva cinco años recluida en el penal.
«El diploma no sólo es un papel. Representa el aprendizaje, el esfuerzo de ellos y nosotras» agregó una de sus compañeras, haciendo referencia al apoyo recibido por Caritas y por las autoridades del Centro Penal que les permitieron desarrollar sus potencialidades a través de los diferentes cursos impartidos.
Además de brindar conocimientos en diversos oficios a quienes se encuentran encarcelados, estos talleres se convierten en fuente de ingresos para muchos de ellos. «Con lo que gano trabajando aquí (en la panadería dentro del centro penal), sostengo a mis nueve hijas», explicó una mujer de 47 años, que hace más de nueve está detenida.
«Vendemos el pan a la misma tienda del penal y de ahí nos repartimos las ganancias y dejamos para seguir trabajando e impartiendo el taller a las compañeras. Aunque estoy presa soy una persona muy útil y aunque estoy encerrada entre cuatro paredes he podido llegar a realizarme», afirmó el día de la graduación.
