Grupo de trabajo "Francés C": Propuestas para el Sínodo de África

Agentes de reconciliación, de justicia y de paz

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CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 17 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos el resumen de las propuestas para el Sínodo de África que presentó el grupo de trabajo «Francés C» (francófono), que fueron presentadas a la congregación general en la mañana del jueves, 15 de octubre por su relator, monseñor Philippe Ouédraogo, arzobispo de Uagadugu (Burkina Faso).

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Nuestro grupo ha tomado como esquema de reflexión la trilogía propuesta por el Instrumentum laboris: Cristo nuestra reconciliación, Cristo nuestra justicia, Cristo nuestra paz, y ha añadido una cuarta dimensión: agentes de reconciliación, de justicia y de paz.

1. Cristo nuestra reconciliación
Para la reconciliación se han identificado los aspectos positivos y los negativos de la cultura y la tradición africanas que pueden favorecer u obstaculizar la comprensión cristiana y la celebración de la reconciliación. Entre los elementos negativos podemos citar: el carácter colectivo de la culpa, la solidaridad del clan, una categoría de culpas consideradas imperdonables, la no consideración de la dimensión privada de la culpa, la venganza, que no permite la reconciliación. Los elementos positivos de las costumbres africanas, útiles en la catequesis y en la celebración del Sacramento de la Reconciliación, son en cambio: la costumbre de la confesión, la sanción y la reparación, los signos de reconciliación, o sea el vino de palma, el don de una hija en matrimonio, la invocación de los antepasados, el juramento o el compromiso de no volver a cometer el mismo error.

2. Cristo nuestra justicia
El hombre creado a imagen de Dios debe ser respetado, sobre todo en sus derechos fundamentales, especialmente los de las mujeres, que en África son las primeras víctimas de la injusticia. La Iglesia-familia de Dios en África debe comprometerse a aceptar este desafío mediante comisiones de justicia y paz, la alfabetización, la enseñanza de los derechos del ciudadano.

3. Cristo nuestra paz

El testimonio de la Iglesia tiene que ir acompañado de un compromiso concreto por la paz de cada uno de sus miembros. No hay justicia sin el respeto de la ley. Hay que ayudar a nuestros gobernantes a restablecerla y a consolidar el estado de derecho predicando en todas las ocasiones oportunas y no oportunas, según el mandato del apóstol Pablo. Constatamos el poder creciente del dinero en todos los niveles de la vida social, política y económica. De aquí la necesidad de una mejor catequesis sobre el valor y el uso de los bienes materiales.

4. Agentes de reconciliación, de justicia y de paz
Siguiendo el ejemplo de Cristo y a través de sus miembros, la Iglesia es enviada a construir el reino de Dios: un reino de reconciliación, de justicia y de paz. Todos los bautizados, cada uno según su propia vocación, están llamados a desempeñar un papel insustituible. Por tanto, la Iglesia tiene que impulsar una pastoral adecuada al servicio de la familia. Tiene que valorizar a las mujeres y su papel en la comunidad, y acompañar a los laicos para que su compromiso sea eficaz en el campo social y rico de valores evangélicos. Del mismo modo, los sacerdotes, al estar al servicio de Dios y de los hombres, tienen que vivir de manera coherente con su vocación, para dar ejemplo. Los medios de comunicación, que son medios modernos inevitables en la comunicación, tienen que ser evangelizados y utilizados por la Iglesia para educar las conciencias al discernimiento de las informaciones, con el fin de contribuir al bien de la humanidad y no a su mal.

Reconciliación, justicia y paz constituyen los desafíos actuales y complejos para África y para el mundo. Los discípulos de Cristo, por tanto, deben tomar conciencia de la situación y movilizarse en mayor medida por un mundo más reconciliado, más justo y pacífico.

[Traducción del original francés distribuida por la Secretaría del Sínodo de los Obispos]

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ZENIT Staff

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