Guardias suizos, un servicio que marca para siempre

Entrevista con Alain de Raemy, responsable de la vida espiritual del cuerpo

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Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 6 mayo 2012 (ZENIT.org).- Los guardias suizos provienen de realidades muy diversas. Desde aquellos que son practicantes a otros que no lo son y que encuentran en estos dos años de servicio una oportunidad para profundizar su fe.

Entretanto la fuerza de su espiritualidad es la fidelidad al papa hasta derramar su sangre si es necesario. Y esto marcará para siempre a todos, no sólo a algunos pocos que al concluir el servicio elegirán el sacerdocio, sino también a la gran mayoría, incluso aquellos que son menos observantes. Lo indicó el capellán de la Guardia Suiza, el Arzobispo Alain de Raemy, en la entrevista a ZENIT que les proponemos a continuación.

¿Cuál es la espiritualidad de la Guardia Suiza?

–Mons. Raemy: Yo diría que no hay una espiritualidad específica, una sola espiritualidad, ya que ellos provienen de experiencias de familias, de parroquias muy diferentes, Si bien todos son bautizados, confirmado y con la recomendación de su párroco, ellos tienen experiencias muy diferentes.

Hay personas que nunca iban a misa los domingos y su familia no era practicante. Pero descubrieron la posibilidad de la Guardia Suiza, y se preguntaron ¿por qué no profundizar su fe?. Y en cambio otros que vienen aquí y se sienten sorprendidos porque ven que llegan otros sin la motivación de la una fe profunda. No podemos por lo tanto tener una espiritualidad única, con tantos niveles diferentes.

¿Los reclutas que entran el la Guardia Suiza por lo tanto no todos son practicantes?

–Mons. Raemy: Son conscientes de que hay un lugar donde normalmente deben ser católicos practicantes. Y que el papa merece tener católicos convencidos que realicen este servicio. Y siempre ha sido así. Muchos suizos han aprovechado esta oportunidad sin tener necesariamente una motivación religiosa.

Tienen la posibilidad de recibir los sacramentos, etc.

–Mons. Raemy: La misa del domingo es obligatoria y la asistencia se controla militarmente, y esto ello lo saben cuando entran en servicio y al presentar la solicitud. También saben que hay un capellán que les dará la instrucción religiosa durante la escuela de los reclutas. De hecho, reciben una formación en la cual tengo un deber y les hago una catequesis también sobre el ministerio de Pedro, los papas y la historia de la Iglesia. Una catequesis intensiva que se ofrece durante un mes.

¿Cuáles son sus deberes como capellán?

–Mons. Raemy: Celebrar la misa en la capilla de la Guardia y ofrecer los ejercicios espirituales anuales. En colaboración con el comandante y otros oficiales, soy responsable de las actividades culturales del cuerpo, así como el reclutamiento de las nuevas guardias. También de la biblioteca.

¿Hay algo más?

–Mons. Raemy: Además estarles cerca y conocerlos bien, por ello hago las rondas de servicio cuando ellos están solos mucho tiempo y creo que es una bendita oportunidad para el diálogo personal.

¿Y le sucedió alguna vez confesar en esa situación?

–Mons. Raemy: Sí, me sucedió. Y tienen también los ejercicios espirituales durante la cuaresma, un período en que el servicio se vuelve más tranquilo, porque sabemos que no habrán recepciones o turnos.

¿Cuánto tiempo duran los ejercicios espirituales?

–Mons. Raemy: Cuatro días de ejercicios espirituales con un predicador elegido por mí, siempre hay una gran cantidad de confesiones incluso de personas que nunca se habían confesado, porque esto ocurre en Suiza por desgracia, debido a las absoluciones colectivas y cosas similares. Así es que descubren esta posibilidad que ofrece la Iglesia y los ejercicios espirituales que realmente los aprovechan muy bien.

¿Son laicos, pero militares, cómo afecta esto el futuro de su vida espiritual?

–Mons. Raemy: Somos el mejor proveedor de Suiza de vidas consagradas, ya que el promedio es de una o dos vocaciones al año. Muchas veces personas que nunca lo hubieran imaginado al salir se hacen sacerdotes religiosos o diocesanos, etc. Todos ellos antes habían hecho su servicio militar en Suiza.

Y dichos sacerdotes ¡serán muy buenos!

–Mons. Raemy: Sí, sí, es cierto, porque escucharon al papa de manera directa y no deformado por los medios, por lo tanto una actitud mucho más positiva hacia el rol del santo padre y la dirección espiritual del papa y la Iglesia.

¿Lo más complicado?

–Mons. Raemy: Quizás es que tienen una actitud de obediencia que muchas veces les impide profundizar, y se contentan con una respuesta oficial. Pero otras veces la obediencia se vuelve una actitud positiva porque se fían de las consecuencias positivas que genera su fe. Consideran que si alguno está convencido de una cosa no ven por qué no hay que estar de acuerdo con sus superiores y esto lo aplican también hacia la Iglesia.

Estos guardias son católicos dispuestos a derramar su sangre para defender al papa, no retóricamente sino de manera verdadera. Esto en la espiritualidad ¿qué significa?

–Mons. Raemy: Esta es la espiritualidad que los une a todos. Hemos llegado al punto central: lo que les une a todos en la diversidad que es grande es la relación con el santo padre, debido al juramento y esto es indestructible. Incluso si alguno puede tener alguna duda sobre la fe y después del servicio no ir tanto a la misa, sentirán siempre, pero siempre, la unión con el papa y esto les quedará adentro.

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ZENIT Staff

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