¿Hacia un modelo europeo de economía social de mercado?

Seminario de diálogo Iglesias-Comisión en Bruselas

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BRUSELAS, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- ¿Hacia un modelo europeo de economía social de mercado? Tal era el tema del seminario de diálogo organizado por el Consejo Europeo de las Iglesias (CEC) y la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE), conjuntamente con la oficina europea de Consejeros de la Comisión Europea (BEPA), el 14 de diciembre de 2012 en Bruselas.

Por el Tratado de Lisboa, el término «economía social de mercado» ha sido introducido, entre otros numerosos objetivos, en el Tratado sobre la Unión Europea. El modelo de la economía social de mercado se convierte así en uno de los grandes objetivos de la Unión la cuál falta aún por cumplirse. ¿Pero cuáles son sus fundamentos? ¿Cómo européizar esta economía social de mercado? La crisis actual en la zona euro y las debilidades y desigualdades estructurales en el seno de la Unión Europea intensifican la urgencia de este debate.

En la apertura de la sesión, monseñor Ambrosio, vicepresidente de la COMECE, subrayó que la noción de economía social de mercado era una de las claves para recobrar la confianza de los ciudadanos a favor del proyecto europeo. «Es necesario valorar cada vez más el significado de la gratuidad, no sólo en el contexto de la actividad económica, sino también en el dominio social y político». El profesor Heinrich Bedford-Strohm, obispo de la Iglesia evangélica luterana de Baviera, insistió en el hecho de que «el éxito de la economía social de mercado es particularmente debido al hecho de que la responsabilidad social forma parte integrante del proceso económico y no es solamente una etapa que sigue a la prosperidad económica. Pero hoy, el mayor desafío de la economía social de mercado es hacer frente al cambio climático, que golpea sobre todo a los países pobres del sur».

En la segunda sesión, los expertos de las Iglesias de diferentes estados miembro fueron invitados a concretar sobre la convergencia de Europa hacia una economía social de mercado. Desde Polonia, Sarnacki SJ consideró que la economía social de mercado exige una economía orientada de modo racional, basada en la confianza social y consolidada por el contrato social. El ideal es un equilibrio entre productividad económica y responsabilidad social. «Esto implica transparencia, un marco jurídico justo y satisfactorio, así como la implementación de reglas de solidaridad y de participación. Tal modelo no existe en la actualidad»,  concluyó. Por su parte, el profesor Heikki Hiilamo presentó la experiencia de Finlandia, que fue afectada por una gran depresión económica en los años 1990. Llas Iglesias contribuyen al esfuerzo público de lucha contra la pobreza y la exclusión social, complementando los servicios sociales proporcionados por el Estado. Por eso llamó a la Comisión Europea» a abrir, más de lo que hace hoy, los programas europeos de financiación a los actores de Iglesia».

La tercera sesión fue dedicada al paro juvenil, como desafío inmediato en toda la UE. Diferentes organizaciones de Iglesia presentaron los éxitos obtenidos en sus diferentes proyectos de lucha contra el paro juvenil. La inserción de los jóvenes trabajadores por Cáritas Diocesana de Segorbe Castellón, España; la campaña One in a Million, lanzada por Frontier Youth Trust, en Birmingham, Reino Unido; QuiK-Service, una iniciativa de calificación lanzada por el Kolping Akademie de Ingolstadt, Alemania.

Finalmente, el hecho de que el concepto de una «economía social europea de mercado» se ancle en los tratados europeos desde 2009 no es suficiente. Las Iglesias y sus organizaciones recuerdan hoy la necesidad de europeizar este concepto para permitirles a los estados miembro de la UE hacer frente a la competencia mundial, manteniendo una protección social eficaz a los más débiles pero también para convertirse en una economía sostenible de cara a las exigencias medioambientales y climáticas.

Traducido del francés por Raquel Anillo

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ZENIT Staff

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