PUERTO PRÍNCIPE, jueves 1 de abril de 2010 (ZENIT.org).- El seminario mayor de Puerto Príncipe, destruido por el último terremoto, retomará la actividad tras la Semana Santa; los seminaristas y profesores se alojarán provisionalmente en tiendas de campaña.
Lo anunció el arzobispo de Cap-Haitien y presidente de la Conferencia Episcopal Haitiana, monseñor Louis N. Kébreau el 23 de marzo en la sede de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) de la ciudad alemana de Königstein.
“Este nuevo comienzo representa un signo de esperanza para este país destruido y traumatizado”, destacó monseñor Kébreau a los colaboradores de la asociación católica internacional.
El arzobispo explicó que mucha gente acude a los sacerdotes en busca de consuelo y ayuda, y que los haitianos todavía se encuentran en estado de shock por la pérdida del cónyuge, los hijos u otros familiares. Además, cientos de miles de personas lo han perdido todo.
En sus declaraciones, el prelado recordó que también la Iglesia ha perdido a muchos de sus colaboradores –religiosas, obispos y sacerdotes– y que, entre los muertos, también se encuentran treinta de los 260 seminaristas de Haití.
“Los que han sobrevivido lo han perdido todo”, precisa el arzobispo de Cap-Haitien, que en las últimas semanas ha intentado ayudar a muchos a aliviar el recuerdo de esta vivencia traumática.
Poco a poco, se va restaurando la normalidad, pero está claro que superar las consecuencias del terremoto llevará aún mucho tiempo: “Apenas hemos comenzado”, manifestó.
Después del terremoto del 12 de enero de 2010, Ayuda a la Iglesia Necesitada puso de inmediato a disposición de la Iglesia católica de Haití una ayuda de emergencia de 70.000 dólares.
Posteriormente, se transfirieron otros 100.000 dólares para la adquisición de medicamentos, ropa y víveres para los 230 futuros sacerdotes del seminario mayor.
“Apoyamos a los seminaristas porque las diócesis no tienen recursos para ayudarlos, explicaba en enero un responsable de la organización, Javier Legorreta.
“Además, muchos de ellos no pertenecen a ninguna congregación, por lo que tampoco pueden contar con un respaldo por esta parte”, advertía.
Las ayudas económicas se distribuyeron entre las diócesis a través de la representación del Vaticano. Ayuda a la Iglesia Necesitada lleva apoyando a la Iglesia haitiana desde el año 1962.
En los últimos tres años, la ayuda destinada a subvencionar proyectos pastorales y caritativos en Haití ascendió a un total de dos millones de dólares estadounidenses.
La asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada fue fundada en 1947 por el sacerdote holandés Werenfried van Straaten, con el objetivo de aliviar la necesidad en la Europa de la posguerra.
En la actualidad, la Asociación está presente en 17 países y su sede central está ubicada en Königstein, muy cerca de Frankfurt, en Alemania central.
Bajo la dirección del padre Werenfried, fallecido en 2003, AIN llegó a reunir y distribuir unos dos mil millones de euros en donativos.
