Hermano de Benedicto XVI: «La mejor ayuda al Papa es orar por él»

Entrevista con monseñor Georg Ratzinger

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VIENA, jueves, 22 noviembre 2007 (ZENIT.org).- El modo más útil de ayudar a Benedicto XVI es orar por él, explica su hermano, monseñor Georg Ratzinger.

En una entrevista, concedida a Zenit, monseñor Ratzinger explica que seguramente su hermano, en cuanto Papa, tiene sobre sus hombros un grave peso, pero que a pesar de ello tiene la certeza de no estar solo y de sentirse «sostenido por toda la Iglesia, por todos sus hermanos, por todos los fieles».

«Sabe que muchísima gente ora por él y sabe que tiene un ángel de la guarda y también la protección de Dios, que lo eligió para esta tarea», añadió.

En efecto, confiesa, la mayor ayuda que se puede dar al obispo de Roma consiste en rezar por él «y sobre todo en afirmar y representar en el propio ambiente los estímulos proporcionados por él, y todo lo proclamado por él».

Monseñor Georg dijo recordar con alegría los días transcurridos con su hermano, con motivo de su viaje apostólico a Baviera, del 9 al 14 de septiembre de 2006: «Sobre todo, debo decir que fui tratado en todas partes con gran atención y de modo servicial. Me sentía sostenido por personas siempre dispuestas a ayudar, y encontré un gran clima de fiesta. El mal tiempo no me hubiera podido nunca molestar».

En aquella ocasión, el Papa reservó una jornada especial a sus afectos más personales, con la visita a la casa de monseñor Georg en Ratisbona, a la casa de Pentling –donde vivió cuando fue profesor de la Universidad de Ratisbona–, y al cementerio de Ziegetzdorf, donde reposan los restos de sus padres (Maria y Joseph) y de su hermana, Maria.

En su detallada descripción de los años de la infancia y de la juventud, pasados en la casa paterna, monseñor Georg Ratzinger, nacido en 1924 en Pleiskirchen, cerca del pueblo de Altötting, hizo hincapié en la profunda devoción que plasmó continuamente la vida de su familia.

La verdad de fondo, que siempre guió a los tres hermanos, añadió, es la que se encierra en el catecismo: «¿Por qué razón estamos en la Tierra? Para que podamos dar gloria a Dios e ir al Cielo», dijo.

Joseph Ratzinger y su hermano Georg fueron ordenados el mismo día, el 29 de junio de 1951. Pero sus caminos se separaron y monseñor Georg prosiguió su pasión por la música, convirtiéndose primero en maestro de Capilla en Traunstein y luego, en 1964, en director del coro de voces blancas de la catedral de Ratisbona.

En cuanto a su vocación al sacerdocio, monseñor Georg Ratzinger recnoce que todo sucedió «de modo espontáneo»: «El terreno estaba preparado por una buena vida en familia, donde la fe era algo vivo».

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ZENIT Staff

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