Holanda: Condenado un médico por colaborar en un suicidio asistido

El caso demuestra que la eutanasia no está bien delimitada

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AMSTERDAM, 7 diciembre 2001 (ZENIT.org).- Un doctor holandés fue condenado este jueves por ayudar a una persona a suicidarse. El caso demuestra que Holanda, el primer país del mundo en legalizar la eutanasia, no ha definido claramente sus límites.

Una corte de apelación en Amsterdan declaró al médico Philip Sutorius culpable, aunque no le asignó la pena de la cárcel, según indicó la portavoz del tribunal Liesbeth Dubois.

Sutorius ayudó al ex senador Edward Brongersma a quitarse la vida en 1998. Brongersma sufría de incontinencia, vértigos e inmovilidad y dijo que estaba cansado de vivir.

«La razón por la que fue se le consideró culpable es porque no actuó por razones médicas sino porque el paciente estaba cansado de vivir –dijo Dubois–. Pero el tribunal no le infligió un castigo porque actuó por compasión hacia su paciente y porque el tribunal consideró que el fiscal había utilizado el caso con otros fines».

La fiscalía, de hecho, quería utilizar el caso para definir los límites de la eutanasia, reconoció e portavoz del Tribunal. La fiscalía había apelado contra un primer juicio de un tribunal de Haarlem que absolvió a Sutorius. Ese tribunal había considerado que el doctor había cumplido todos los criterios para ayudar a Brongersma a acabar con su vida.

Aunque el suicidio asistido sucedió antes de que la ley estuviera en vigor, el tribunal consideró en su juicio la actual ley, dijo Dubois.

Bajo la nueva ley, aprobada en abril, los médicos pueden seguir siendo acusados, si no cumplen las reglas. Entre otras cosas se exige que los pacientes presenten una petición de muerte voluntaria, bien motivada y duradera.

Los pacientes deben experimentar un sufrimiento futuro insoportable y no debe haber una alternativa razonable para que se les permita morir. Un segundo doctor debe ser consultado y el suicida asistido debe ser atendido de un «modo médicamente apropiado».

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ZENIT Staff

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