Iglesia y emergencia educativa

Por monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de las Casas

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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, domingo 13 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el artículo de monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas, México, con el título Iglesia y emergencia educativa.

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Estamos reunidos 120 obispos del país en la asamblea ordinaria de otoño, con sacerdotes y laicos expertos en educación, pues éste es el tema central, con el objetivo de “que todos los miembros de la Iglesia en México asumamos, como responsabilidad propia y prioridad pastoral, colaborar de manera efectiva, desde nuestra misión, en la respuesta a la emergencia educativa por la que nuestra Nación y la Iglesia se encuentran transitando”. El lema es: Educar evangelizando y evangelizar educando.

Abordamos la educación no sólo escolar formal, sino también la llamada informal, que toma en cuenta la que se recibe en la familia, en la comunidad, en las tradiciones, en los medios de comunicación, en los grupos eclesiales.Por emergencia educativa entendemos los retos que, en las escuelas, en la cultura y en la vida, se plantean a la formación de personas maduras, libres, solidarias, justas y fraternas, debido al cambio de época que vivimos, la pobreza, la desigualdad social, el desempleo, la migración, la violencia, el crimen organizado, las nuevas tecnologías, la desintegración familiar, la secularización, el relativismo, la deserción religiosa, etc.

No faltan quienes todavía siguen criticando que los obispos abordemos el tema de la educación, como si esto lesionara el laicismo oficial. Su aversión a la Iglesia les motivaría a que ésta desapareciera de la historia. ¡Qué mente tan obtusa y reducida! Quisieran un mayor totalitarismo educativo de Estado. Conozcan otras experiencias y legislaciones de países más democráticos, y verán que nos falta aquí mucha más libertad religiosa.

JUZGAR

En Aparecida, los obispos dijimos: “América Latina y El Caribe viven una particular y delicada emergencia educativa. En efecto, las nuevas reformas educacionales de nuestro Continente, impulsadas para adaptarse a las nuevas exigencias que se van creando con el cambio global, aparecen centradas prevalentemente en la adquisición de conocimientos y habilidades, y denotan un claro reduccionismo antropológico, ya que conciben la educación preponderantemente en función de la producción, la competitividad y el mercado. Por otra parte, con frecuencia propician la inclusión de factores contrarios a la vida, a la familia y a una sana sexualidad”(328).

“La educación humaniza y personaliza al ser humano cuando logra que éste desarrolle plenamente su pensamiento y su libertad, haciéndolo fructificar en hábitos de comprensión y en iniciativas de comunión con la totalidad del orden real. De esta manera, el ser humano humaniza su mundo, produce cultura, transforma la sociedad y construye la historia” (330).

“La Iglesia cree que los niños y los adolescentes tienen derecho a que se les estimule a apreciar con recta conciencia los valores morales y a prestarles su adhesión personal” (482).

ACTUAR

¿Quieres que en el país no haya violencia, inseguridad, consumo y tráfico de drogas, asesinatos, extorsiones y secuestros? Edúcate y educa. ¿Quieres que haya justicia y armonía social, equidad y paz, respeto, amor y esperanza? Edúcate y educa.

¿Quieres que tus hijos no sean violentos, agresivos, irresponsables, mentirosos, flojos, ladrones? Edúcate y educa. ¿Quieres que sean amables, obedientes, respetuosos, colaboradores, generosos, y que aprendan a ser auténticamente libres? Edúcate y educa.

¿Quieres que los niños, adolescentes y jóvenes, desde la escuela aprendan valores integrales que les señalen caminos y les formen como los ciudadanos que el país requiere para vivir mejor, para una profunda calidad de vida? Enriquezcamos la educación formal escolar con una mayor apertura a la formación cívica, ética, social, familiar y trascendente.

¿Quieres que los medios de comunicación no sean deformadores de los buenos principios que la familia y las iglesias nos esforzamos en transmitir? No seas pasivo, sino interactúa con esos medios, expresa tu opinión, rechaza programas erotizados y violentos.

Por fidelidad al Evangelio, estamos llamados a evangelizar educando, y a educar evangelizando. ¡Haz lo que te corresponde!

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ZENIT Staff

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