Inaugurada la recién construida catedral de Tirana

Presidió la celebración el secretario de Estado vaticano Sodano

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TIRANA, 27 enero 2002 (ZENIT.orgAvvenire-).- «La Virgen desea que la catedral se alce aquí». Eran palabras de la madre Teresa de Calcuta indicando con la mirada el centro de Tirana, la capital de Albania, su país de origen.

Era el lugar donde debía ser construida la catedral de San Pablo que se inauguró este sábado oficialmente con la ceremonia de la dedicación, presidida por el cardenal secretario de Estado vaticano Angelo Sodano, nombrado por Juan Pablo II legado pontificio para la ocasión.

La representación vaticana, hizo su ingreso procesional a las diez de la mañana en el nuevo templo. En torno a Sodano, estaban Rrok Mirdita, arzobispo de Durazzo-Tirana, Angelo Massafra, arzobispo de Scutari y presidente de la Conferencia Episcopal albanesa, junto a los obispos del país y los prelados que administran las diócesis en las que viven católicos albaneses en Kosovo y Montenegro.

Varios miles de católicos de la capital, que han esperado y acompañado las obras iniciadas en 1998, animaron la celebración.

Más que todos ha deseado este momento el padre Segundo Teyado, sacerdote español que desde hace diez años trabaja en la península balcánica. A él, que ha sido director de la Caritas albanesa, será confiada la nueva parroquia que se añade a las cuatro ya existentes.

«En estos años, a Tirana han llegado miles de personas que han dejado los campos para venir a buscar aquí una perspectiva de vida más digna», explica el padre Segundo.

Tras la confusión provocada por la guerra de 1999 en el vecino Kosovo, y la consiguiente llegada de 400.000 kosovares, en gran parte regresados a su aldeas, en el país se han agravado las dificultades político-económicas, a pesar de la concesión de ayudas internacionales.

«Y sin embargo quien se queda está reencontrando el deseo de recomenzar ­relata el padre Segundo–, de reconstruir un tejido social destruido por cuarenta años de comunismo en los cuales los católicos han sufrido dolorosas persecuciones».

En Tirana, de los cerca de 300.000 habitantes, casi el 12% son cristianos. Pero la misión de los católicos será difícil también por otra razón. No sólo porque la población fue convertida al Islam en el siglo XVII sino porque «en realidad, los decenios de dictadura ­-observa el nuevo párroco– han vaciado todo contenido religioso de esta gente, desmontado los valores sobre los que se había formado su cultura».

A esto se suma la llegada de numerosas sectas religiosas que están desorientando a miles de personas. «Por esto estamos empeñaos en el primer anuncio», precisa el padre Segundo

La financiación para construir la catedral, diseñada por el arquitecto Dortmund Winfried Hinz, ha llegado de Caritas, de numerosas comferencias episcopales y de la Asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada, que ha destinado a la diócesis de Tirana más de 600.000 dólares.

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ZENIT Staff

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