Inaugurada una estatua de Juan Pablo II en el Gemelli de Roma

El hospital que fue «altar simbólico donde ofreció su vida»

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ROMA, miércoles 1 de julio de 2009 (ZENIT.org) Para recordar la unión entre Juan Pablo II y el Policlínico Gemelli de Roma, fue inaugurada este martes por la tarde una estatua dedicada a su memoria, con el título “No tengáis miedo”.

La nueva escultura fue bendecida por el cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia y secretario particular y amigo personal del papa Wojtyla durante sus 27 años de pontificado.

Se trata de una obra del escultor Stefano Pierotti, que estuvo presente este martes en el evento. También presenció el acto inaugural el alcalde de Roma Gianni Alemanno.

El Policlínico Gemelli fue el primer lugar que Juan Pablo II visitó como Papa fuera de los muros vaticanos el 18 de octubre de 1978, dos días después de su elección, recordó el cardenal Dziwisz.

Fue a la clínica a visitar a su amigo el obispo Andrzej Deskur, que posteriormente fue nombrado cardenal y presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales.

Juan Pablo II fue internado en el Gemelli en nueve ocasiones: la primera, el 13 de mayo de 1981, tras el atentado sufrido en la Plaza de San Pedro; la última, en marzo de 2005 al final de su enfermedad.

Pasó un total de 153 días y 152 noches.

Una vez, dijo entre bromas: “El “Vaticano uno” está en la Plaza de San Pedro, el “Vaticano dos” es Castelgandolfo, y el Policlínico Gemelli se ha convertido en el Vaticano número tres”.

“Era la ironía con la que él sabía mezclar los momentos de mayor tensión – reconoció el Cardenal – pero no era muy distante de la realidad: efectivamente sentía el Gemelli un poco como su casa; era el hospital “católico” por excelencia”.

También estaba unido a una universidad donde estudiaban miles de jóvenes, sus interlocutores preferidos.

“¿Cómo no amar aquel lugar, que sería convertido en el altar simbólico donde ofreció su vida?”, preguntó el purpurado.

“Desde este lugar, él ha enseñado a toda la Iglesia cómo se vive y cómo se muere con el Señor”, destacó.

El Policlínico Gemelli fue su “cátedra” original. Por eso, el nombre del hospital permanecerá inseparable a la memoria de este Papa”, dijo el cardenal Dziwisz.

“Desde la ventana del décimo piso, él bendijo a la multitud dolorida, y ahora, desde el centro de la plaza – donde fue elevada con exquisita sensibilidad su escultura – continuará vigilando este lugar y bendiciendo a los que lleguen, y a quienes aquí sirven al dolor del hombre”.

Por su parte, el director administrativo del hospital, el doctor Antonio Cicchetti, afirmó que desde abril del 2005 se ha pensado en un homenaje.

Se ha buscado “cómo recordar de manera tangible, en esta sede romana de la Universidad Católica, la figura de Juan Pablo II, cuyo nombre se ha unido tanto al del Policlínico Gemelli”, explicó.

“A través suyo, [el hospital] se hizo rápidamente conocido en todo el mundo, aumentando así su fama y prestigio”, reconoció.

“Debido al tamaño de la obra, el lugar donde se pensaba colocarla no podía ser otro que la Plaza frente al Policlínico”, dijo.

Ese emplazamiento permite su visión desde las ventanas del hospital, por supuesto desde la ventana del décimo piso.

“Una ventana simplemente es “anónima” pero que está llena de la figura del Papa Juan Pablo II y que se ha convertido en un símbolo para todo el mundo y no sólo para los católicos”, afirmó Cicchetti.

El rector de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, Lorenzo Ornaghi, retoma, en el prefacio del volumen “No tengáis miedo” la definición de Vaticano III del Policlínico Gemelli.

Explica que el Papa, “recurriendo a aquel espíritu de ingenio fraterno y de humor paterno con el cual a todos infundía y pedía coraje”, así llamó al “lugar en el que las enfermedades y sufrimientos de su cuerpo – desde la tarde dramática y milagrosa del 13 de mayo de 1981 – habían sido sanados, cuidados, aliviados”.

En las últimas hospitalizaciones, recuerda Ornaghi, la ventana del apartamento del décimo piso, reservada al Santo Padre, “se transformó para todos en el acceso a una cátedra de dolor pero también de alabanza incesante al Señor, de enseñanzas humanas y de testimonio cristiana sobre el don gratuito de la vida y de la fe”.

La nueva estatua ha sido construida de un bloque procedente de las canteras de Carrara.

El conjunto pesa 47 toneladas y alcanza los 4,6 metros. La estatua pesa 18 toneladas y mide 3.05 metros, y tiene una base de unas 20 toneladas y una cruz de metal.

Los trabajos para la elaboración de esta escultura tardaron unos siete meses, sin considerar los numerosos borradores que se realizaron antes.

La ceremonia de inauguración estuvo animada por la Banda Musical de Armas de los Carabineros, dirigida por el maestro Teniente Colonnello Massimo Martinelli.

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ZENIT Staff

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