Inaugurado un centro de salud católico para mujeres en Manhattan

Ofrece opciones pro-vida para tratar la infertilidad

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NUEVA YORK, miércoles 9 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- Un centro de salud católico para mujeres abrió oficialmente sus puertas este martes, con una lista de espera de pacientes ávidos de su particular enfoque de la salud reproductiva y la planificación familiar.

La directora de “Gianna-The Catholic Health Care Center for Women”, la doctora Anne Mielnik, explicó a ZENIT que su clínica es sólo una parte del último bastión pro-vida de la ciudad: el centro pertenece al Hospital de San Vicente de Manhattan, el último de este tipo de una ciudad que contó con quince hospitales católicos.

Mielnik informó que las Hermanas de la Caridad, la orden que se encarga del hospital, ha invertido en el centro Gianna, a pesar de las dificultades económicas, porque ven que las mujeres de la ciudad de Nueva York tenían una necesidad a la que no se estaba respondiendo.

Un aspecto de esta necesidad, explicó la doctora, es ayudar a las parejas estériles a “concebir de una manera acorde con el plan de Dios”.

Por eso, añadió, la ceremonia de inauguración en este día, fiesta de la Inmaculada Concepción, tiene un significado especial.

Un “15% de las parejas lucharán contra la esterilidad”, dijo Mielnik, y “en los años que llevo en la Medicina, no creo haber visto nada que causa más ansiedad y más estrés”.

“Es un tremendo problema de salud”, añadió, y “muchas parejas católicas no son conscientes de lo que la Iglesia enseña en lo referente a lo que es un tratamiento de esterilidad aceptable”.

La doctora aplaudió la publicación, por parte de la conferencia de obispos de los Estados Unidos, de un nuevo documento sobre las tecnologías reproductivas y la enseñanza de la Iglesia, titulado “Amor vivificante en una era de tecnología”, el mes pasado en su asamblea general de otoño.

Abrumados con su pesar

Las parejas “no son conscientes de las alternativas disponibles que están completamente de acuerdo con su fe y que son muy efectivas”, constató.

Hay tan pocas clínicas católicas en el país, que las parejas estériles que buscan ayuda a menudo van a parar a clínicas laicas en las que son “empujados de manera muy rápida y a menudo muy agresiva a llevar a cabo procedimientos como la fecundación in vitro”, dijo.

De hecho, Mielnik destacó que el centro Gianna, que está situado cerca de la Gran Estación Central, se enfrenta a una clínica de fecundación in vitro situada en la misma calle.

Las parejas se encuentran en una situación “de intensa ansiedad provocada”, afirmó, “deseando desesperadamente un hijo”, a menudo sin “una orientación clara sobre lo que es lícito”.

Entran en esas clínicas y son “presionadas a hacer algo que -como las mismas parejas dirán claramente- saben que viola su conciencia”, indicó.

La doctora continuó: “Muchos de ellos entran en un procedimiento como la fecundación in vitro reconociendo la posibilidad de crear embriones que después son congelados o destruidos, o la posibilidad de acabar con los embarazos si hay una implantación múltiple de embriones”.

“Sin embargo, siguen adelante con ello porque se sienten como si no hubiera otras opciones, y entonces se sienten abrumados con su pesar”.

“Acaban manteniendo embriones almacenados durante décadas porque no quieren destruirlos -indicó-; los reconocen como sus hijos”.

El centro Gianna ofrece una alternativa, dijo, que apoya a la pareja en su matrimonio y también puede ayudarles a cumplir el sueño de tener un hijo.

Intensificando

El comunicado de los obispos es “fenomenal”, afirmó Mielnik, y ahora la “comunidad médica necesita intensificar y asegurarse de que la alternativa está disponible” para las parejas.

Las mujeres quieren ser “fieles a sus valores católicos en la salud reproductiva y la planificación familiar”, dijo, pero a menudo “se sienten como si no tuvieran ningún lugar donde ir” en el que no se sientan presionadas “a hacer cosas en las que no creen”.

“No hemos empezado a hacer publicidad todavía”, dijo la directora del centro, pero “ya tenemos una lista de espera de más de 120 personas”.

También personas de Connecticut, Nueva Jersey, Pennsylvania y otras zonas se han puesto en contacto con el centro sin inscribirse formalmente en la lista.

Esto es “definitivamente” una demanda, dijo Mielnik.

La directora opinó que el centro no sólo atraerá a católicos, sino también “de manera más amplia a la población estéril de la ciudad de Nueva York”.

“Tenemos esta nueva alternativa para tratar la infertilidad llamada Tecnología NaPro”, explicó, que es “tan efectiva, si no más, que la fecundación in vitro”.

La doctora continuó: “El enfoque que utilizamos funciona en cooperación con el sistema de fertilidad de las mujeres, y estamos en condiciones de ayudar a las parejas a concebir a través de un acto sexual natural que, hablando con las parejas, es lo que en su mayoría prefieren”.

Más económico

Además, dijo, nuestro enfoque es esencialmente más barato. Explicó que un único ciclo de fecundación in vitro, que normalmente no tiene éxito hasta realizarse varias rondas, puede costar 10.000 dólares cada uno, sin contar los gastos del bolsillo.

La directora dijo que el equipo del centro Gianna ha estado trabajando para mantener los costes bajos para los pacientes, seleccionando opciones de tratamientos que están cubiertas por la mayoría de seguros médicos.

Otro servicio que proporciona el centro es la formación para parejas que “no quieren espaciar sus hijos utilizando hormonas” y están buscando alternativas naturales como el método natural de planificación familiar Creighton Model FertilityCare System.

Hay muchas mujeres no católicas que son pro-vida -explicó-, incluyendo una población judía conservadora de Nueva York y un extenso grupo cristiano “que estaría interesado en nuestro cuidado de la salud porque nuestros valores están en la línea de los suyos en la cuestión de la sacralidad de la vida humana”.

Esta atención sanitaria pro-vida es por la que se conoce el Hospital de San Vicente. Mielnik afirmó que ella ha estado trabajando muy cerca de las Hermanas de la Vida en el nuevo centro, y ellas “han dicho que les parecía que definitivamente San Vicente iba a ser el último hospital pro-vida de la ciudad”.

Dijeron que no hay “ningún sitio más al que acudir cuando tienen mujeres embarazadas en crisis o con diagnósticos prenatales adversos”, añadió.

“San Vicente es como el último bastión de una medicina ética pro-vida en esta ciudad -dijo la doctora- y el centro Gianna es ahora una parte de su alcance en Manhattan”.

[Por Genevieve Pollock, traducción del original inglés por Patricia Navas]

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En la web:

Centro Gianna: http://www.svcmc.org/body.cfm?id=1831

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ZENIT Staff

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