India: la Iglesia a favor de las mujeres víctimas de violencia

»37 millones de luces» en memoria de otras tantas féminas malogradas

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«37 millones de diyas» es el nombre de la campaña a favor de las mujeres lanzada el domingo 27 de enero por la archidiócesis de Bombay. Es también el número de las mujeres “que están ausentes» en la India hoy por aborto, infanticidio, violencia y falta de cuidados que son el premio de la condición femenina en un país donde el desarrollo económico y social enmascara el inmovilismo de las mentalidades.

La archidiócesis de Bombay (Mumbai) ha lanzado oficialmente –informa la agencia Eglises d’Asie– su campaña «37 millones de diyas” [luces], el domingo 27 de enero, en la catedral del Santo Nombre. A la llamada del cardenal Oswald Gracias, todas las parroquias de la archidiócesis encendieron millares de velas y de lámparas de aceite, el domingo por la tarde, entre las 19 horas y las 20 horas, durante las celebraciones de oración en memoria de los 37 millones de víctimas “sacrificadas” en la India «únicamente porque eran mujeres».

Si esta campaña no es por cierto el primer intento de «despertar las conciencias», en un país dónde las Iglesias, las ONG y las autoridades mismas multiplican las iniciativas, probablemente se trata de una de las publicidades más mediáticas hechas por la Iglesia en India, sin embargo tan empeñada desde siempre en la protección de las mujeres y la rehabilitación de sus derechos.

Acompañada de un videoclip de cuatro minutos, la campaña de sensibilización hecha por la Comisión para las Mujeres de la archidiócesis, bajo la tutela de monseñor Gracias y de la Conferencia Episcopal de la India (CBCI), denuncia las violencias ordinarias que constituyen la suerte de las mujeres en la India.

Un verdadero genocidio

«Estos 37 millones de diyas, que arden por la noche, simbolizan a todas las mujeres víctimas de este verdadero genocidio que es la vergüenza de la India», declaró el arzobispo de Bombay, citado por el semanario de la archidiócesis The Examiner. «Pero estas diyas también simbolizan la Luz divina que dispersa las tinieblas y ofrece la esperanza de una nueva vida aportada por Jesús a través de su Iglesia», añadió el cardenal .

La campaña de la Iglesia católica de Bombay es la aplicación concreta de la ola emocional, sin precedentes, que suscitó en todo el país –sin embargo acostumbrado a las violencias contra las mujeres en medio la indiferencia general–, la muerte de una joven estudiante el pasado diciembre, a consecuencia de una violación colectiva particularmente bárbara. La extrema crueldad del suceso actuó como electrochoque, en el seno de la sociedad india, que se movilizó en masa para denunciar la situación de la condición femenina en la India.

El día de la fiesta nacional, 25 de enero, la CBCI publicó una declaración afirmando que «la violencia contra las mujeres y los niños, ya sea infanticidio, aborto, acoso, violación, ‘crimen de honor’ u ‘homicidio por dote’, y otras violencias y maltratos, minan los fundamentos de la sociedad y de la nación, y socavan la paz y la prosperidad».

Aunque la India sea signataria de diferentes cartas internacionales contra la violación de los derechos humanos, la defensa de los derechos del niño y la lucha contra la discriminación hacia las mujeres, la aplicación de estos convenios internacionales se topa con comportamientos y tradiciones anclados en las mentalidades. El nacimiento y la existencia de una niña es percibido como una maldición.

Una cultura que fomenta el desprecio

La cifra de 37 millones, escogida por la campaña, se refiere a la diferencia entre hombres y mujeres que mostraba el último censo de 2011. La India sufre una de las desproporciones hombres/mujeres mayores del mundo, y ocupa el cuarto lugar de los países donde la condición femenina es de las más despreciadas.

El fenómeno, que siempre existió en la India y es denunciado de modo recurrente por las ONG y las Iglesias, se acentuó los últimos diez años y el desarrollo social y económico del país no actuó como ralentizador sino muy al contrario. El aborto tras un diagnóstico prenatal para conocer el sexo del niño aumentó con la generalización de las ecografías, y esto a pesar de una ley de 1994 que prohíbe los abortos selectivos.

El factor económico, mucho tiempo evocado como razón principal del «genocidio de las mujeres», debido a las dificultades financieras para educar a una niña y la práctica de la dote, está considerada hoy como un elemento menor. Es en las regiones más ricas de la India, particularmente en el Punjab, donde los infanticidios femeninos son más frecuentes.

No es una cuestión económica

Los estudios revelan que la eliminación de las chicas se practicó más por la clase media «emergente» que en las poblaciones rurales más pobres, probablemente porque el diagnóstico prenatal es asequible previo pago en clínicas privadas e inaccesible para las clases desheredadas. Según Pascoal Carvalho, médico en Bombay y miembro de la Academia Pontificia para la Vida», el infanticidio de las niñas es la peor forma de violencia ejercida contra las mujeres porque les niega el derecho más fundamental que es el derecho a la vida».

La campaña de la Iglesia de Bombay pretende pues informar y sensibilizar a un gran público sobre las duras realidades de la condición femenina en la India: aborto, infanticidio, homicidio por causa de la dote, acoso sexual, violación, secuestro, violencias domésticas. Todavía habría que añadir a eso las uniones forzadas y la práctica del matrimonio de niños, la prostitución y el trabajo de las niñas, sin considerar la tasa excepcionalmente elevada de mortalidad de las niñas menores de cinco años por falta de cuidados.

Las numerosas manifestaciones en el marco de la campaña son programadas desde ahora en las parroquias y las escuelas católicas de la archidiócesis: procesiones con antorchas, las encuentros de oración, teatro en la calle, conferencias, películas, cadenas humanas y otros acontecimientos diversos.

Al alba de una nueva era

Pero, añade el cardenal Gracias, que también es presidente de la CBCI, «la falta de consideración y el desprecio de la sociedad india hacia las mujeres están en el origen del genocidio femenino». Al día siguiente del trágico suceso de la estudiante violada en Nueva Delhi, la CBCI ya comunicaba la necesidad de «educar a los jóvenes en la sexualidad «, en especial en las escuelas. El arzobispo de Bombay recuerda que el proceso de cambio de mentalidades con respecto a las mujeres podrá hacerse sólo por la educación y «debe comenzar en el seno de las familias».

El cardenal declaró en una circular enviada a todas las parroquias, que «el hecho de alejar a Dios de nuestra vida ha provocado un debilitamiento de los valores espirituales y morales que lleva a una falta de respeto de la persona». La CBCI recuerda la importancia de una «formación holística de la persona, para apoyar a padres, profesores, líderes espirituales y responsables a todos los niveles (…) Y transformar el deseo de venganza en perdón», para que emerja la toma de conciencia de que «la vida del hombre es un don de Dios precioso, que nadie tiene el derecho de quitar».

La campaña «37 millones de diyas» proseguirá «mientras existan en la India mujeres víctimas de violencia o de discriminación», declararon los organizadores, mientras que el arzobispo de Bombay llamaba a todos los fieles a «guardar su lámpara encendida al alba de una nueva era».

Traducido del francés por Raquel Anillo

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ZENIT Staff

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