Ingeniería genética: las dos caras de la moneda

Promete evitar enfermedades genéticas, pero podría originar discriminaciones

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ROMA (Redacción central), 11 nov (ZENIT.org).- En las últimas semanas se
han multiplicado los anuncios de grupos científicos sobre avances en el
campo de la genética. Por un lado se subraya la cara de la monea positiva:
la detección temprana de la propensión hacia algunas enfermedades podría
facilitar una acción preventiva. De esta manera, tratamientos con terapia
genética podrían aliviar enfermedades graves.

Ahora bien, hay otra cara de la moneda negativa: algunos temen que se dé
pie a discriminaciones a causa de la constitución genética. Los nuevos
anuncios suscitan temores justificados sobre la posibilidad de que los
tests genéticos traigan como consecuencia intromisiones en nuestra herencia
genética.

Estudios genéticos
Un ejemplo de beneficios provocados por la investigación genética fue
constatado por el diario británico, «The Guardian» (30 octubre). Diez
pueblos de una región remota de Italia han sido seleccionados para realizar
un estudio en el que los científicos pueden recolectar el ADN de los
habitantes racialmente puros para identificar las causas de enfermedad.

Este área ha permanecido aislada durante siglos por las montañas y el
bosque, y las historias genéticas de los habitantes se remontan a los
griegos. Podrían proporcionar la clave para los tratamientos del mal de
Alzheimer, el asma, cáncer e hipertensión. Los habitantes se mostraron de
acuerdo en convertirse en un laboratorio viviente cuando se les explicó que
poseían un conjunto de genes único que podía ayudar a crear mejores
productos farmacéuticos.

Los científicos escogieron Cilento, a dos horas de Nápoles, porque ha
permanecido inmune a la inmigración a gran escala por milenios. En algunos
de los pueblos, cada uno de los cuales tiene entre 600 y 2.000 habitantes,
todavía hablan griego antiguo y albanés. Se espera que otros 70 pueblos de
Cilento se unan al proyecto el próximo año. Cuando se comparan personas
genéticamente similares, es mucho más fácil detectar a esos pícaros genes
que determinan la enfermedad, dice Graziella Persico, jefe del equipo.

Similares escrutinios están teniendo lugar en la isla italiana de Cerdeña,
donde se está compilando un banco de datos genético de 4.000 personas de
los pueblos Perdasdefogu y Talana, y en Islandia que se siente atormentada
por temas éticos y sobre la respeto de la intimidad antes de entregar los
informes médicos de toda la población a la compañía norteamericana DeCode
Genetics.

Pruebas y discriminación genética
Pero no sólo los habitantes de poblaciones aisladas serán objeto de examen
genético. Ya algunas compañías de seguros médicos requieren en algunos
casos información sobre posibles defectos genéticos. Ahora corren los
temores de que estos datos podrían originar discriminaciones, o pólizas más
altas, para aquellos con deficiencias genéticas.

La situación ha sido explicada recientemente en «Wired Magazine» (24
octubre). Aunque en Estados Unidos las leyes federales y estatales prohíben
a las compañías de seguros discriminar a los pacientes en virtud de los
tests, incluyendo los genéticos, un estudio publicado en el American
Journal of Human Genetics afirma que el temor de discriminación genética es
fundado.

Según «Wired Magazine», la gran mayoría de los 34 consejeros genéticos y
grupos de abogados de los pacientes consultados asegura que está bastante
extendida y es común la discriminación por parte de los seguros médicos. El
estudio fue dirigido por Mark Hall, un profesor de derecho y salud pública
en la Universidad de Wake Forest.

El Instituto de Salud de Estados Unidos (National Institutes of Health)
reconoce que este temor no está totalmente infundado. «Demasiados
estadounidenses temen que su información genética pueda ser usada para
discriminarles y demasiado a menudo tienen razón», dice un informe del
Instituto sobre el tema.

Por su parte, en Inglaterra, según informa «The Independent» (11 octubre),
las pruebas genéticas de las compañías de seguros serán aprobadas. El
equipo de expertos consejeros del Gobierno sobre seguridad y genética ha
decidido permitir el uso de las muestras de ADN que permitan comprobar si
una persona heredará la enfermedad degenerativa de Huntington.

El diario consideraba que esta aprobación será el inicio de una retahíla de
formularios por parte de la industria de seguros para usar las pruebas
genéticas en el caso de enfermedades hereditarias, incluyendo el cáncer de
seno. Se teme que, en el futuro, si una persona se niega a entregar los
tests del ADN por motivos de enfermedad a una compañía de seguros, podría
encontrarse con la mala sorpresa de que su cobertura quede anulada.

Según «The Economist» (21-27 octubre) muchos países quieren seguir el
ejemplo de Gran Bretaña y permitir a los aseguradores tener en cuenta los
tests genéticos. «Si la información existe, podría ser eventualmente
usada», dice David Schiff de «Schiff´s Insurance», una publicación
comercial. Pero la revelación obligatoria de los tests causará enormes
cambios en la industria de seguros.

El sistema de las compañías aseguradoras se basa en el principio de
compartir el riesgo: al ofrecer un seguro a un número amplio de personas,
las compañías se resguardan en el hecho de que, por regla general, los
pagos a los inesperados poseedores de pólizas enfermos serán cubiertos por
las pólizas innecesarias pagadas por los inesperadamente sanos. En un mundo
incierto, se comparte el riesgo. La realización de tests genéticos, sin
embargo, promete reducir sustancialmente el grado de
incertidumbre. Los que cuenten con un patrimonio genético aventajado no
querrán compartir riesgos con otros, los perdedores del sistema, que
podrían dejar de ser «asegurables». De este modo, el mercado de la
industria de seguros podría disminuir.

Según sugiere «The Economist», esto podría llevar a los gobiernos a
proporcionar un cierto tipo de red de seguros para las personas con alto
riesgo. De hecho, los tests genéticos puede convertirse en el argumento más
potente a favor de un sistema sanitario universal financiado por el Estado.

Ingeniería genética
En el área de la reproducción, los cambios posibles debidos al desarrollo
de la tecnología genética prometen ser más radicales todavía.

Recientemente, el diario británico «The Daily Express» (25 octubre) citaba
al científico estadounidense Greg Stock, profesor de la Universidad de
California, que decía que el «sucio negocio» del deseo de procrear en las
partes más ricas del mundo pasará a la historia como la toma de control de
los humanos de su evolución a través de la creación de «niños diseñados».

Dirigiéndose a la más grande reunión de expertos en fertilidad, en San
Diego, el profesor Stock predijo que un número de nuevas tecnologías podría
hacer que los padres deseen tener hijos por medio de la ciencia mejor que
en vez de dejar que la naturaleza siga su curso. Explicó que algunas
tecnologías, entre las que se encuentra el tratamiento convencional de
fecundación «in vitro», la selección genética antes de la implantación, y
una nueva técnica que se está desarrollando para permitir a las mujeres
producir miles de óvulos almacenables para uso posterior, podría
revolucionar la reproducción.

Cuando se identifiquen más genes, cobrará importancia la selección genética
para reducir el riesgo de concebir un niño con enfermedades como la
fibrosis cística, por ejemplo. El profesor Stock explicó que «Seremos, en
esencia, capaces de tomar una única célula de un embrión en el laboratorio
y calcular a partir de ella cómo se desarrollará el niño. Efectivamente, el
niño tendrá que pasar un test incluso antes de nacer. Se pensará que es
poco prudente tener un niño sin selección genética, algo así como tener hoy
un niño sin selección prenatal».

De manera más controvertida, el profesor Stock defendió una técnica llamada
«manipulación en la línea germinal». Las terapias genéticas convencionales
incluyen la alteración de los genes en el cuerpo de un individuo. La
ingeniería genética en la línea germinal significa alterar los genes en las
células sexuales del individuo para que los nuevos genes sean transmitidos
a las futuras generaciones.

Gracias a Dios hay otros científicos que no están favor de entrometerse en
nuestra herencia genética. En septiembre, según «Associated Press» (19
septiembre), la Asociación Norteamericana para el Progreso de la Ciencia
(American Association for the Advancement of Science) advirtió contra los
intentos de cambiar los genes y tratar de crear futuras generaciones de
seres humanos perfectos. Según el doctor Theodore Friedmann de la
Universidad de California, el método de «modificación genética heredable»,
o IGM, «no es seguro en humanos».

Reveló que se han hecho experimentos que han tenido como consecuencia el
nacimiento de animales con grandes defectos congénitos, grandes
distorsiones físicas y anormalidades fatales. Lo mismo, dijo, podría
ocurrir en humanos si la actual tecnología IGM fuera aplicada.

Los científicos están trabajando también en sistemas que impidan transmitir
los cambios genéticos a las futuras generaciones. Según el diario
australiano «The Age» (29 octubre), se ha desarrollado un mecanismo por el
cual un gen transformado en una línea germinal puede ser desactivado de
manera que no pueda ser transmitido a la prole. Conocido como el
sistemaCRE/lox, este mecanismo fue desarrollado por el investigador Mario
Capecchi en la Universidad de Utah, que lo ha probado con éxito en ratones.
Junto con los genes que desea insertar, Capecchi también incorpora a su
ratón adicionales secuencias de control basadas en el ADN que, cuando son
disparadas, actúan eliminando los genes añadidos en las células germinales.
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Contenido provisto por SEMANA INTERNACIONAL
(c) Innovative Media, Inc.

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ZENIT Staff

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