Inglaterra: Los obispos piden al Gobierno prohibir la clonación humana

Resoluciones de la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal

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LONDRES, 16 noviembre 2001 (ZENIT.org).- Defensa de la vida en todas sus manifestaciones: desde el embrión en el seno de la madre a la mujer enferma y desesperada que pide el suicidio asistido. Este ha sido el tema central de la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales concluida ayer en Leeds, bajo la presidencia del cardenal Cormac Murphy-O´Connor.

El encuentro ha permitido a los prelados ingleses y galeses afrontar una amplia serie de temas candentes, que van desde los atentados del 11 de septiembre, a la situación en Tierra Santa, sin olvidar la puesta en marcha del informe Nolan sobre abusos sexuales a menores.

Clonación
A pocas horas de la sentencia del Tribunal Supremo británico que reabre el debate sobre la clonación humana (estableciendo que la ley actual no regula esta delicada materia y descalificando al gobierno), el arzobispo de Cardiff, monseñor Peter Smith, presidente del Departamento para la responsabilidad y la ciudadanía de los cristianos, ha invitado con fuerza al ejecutivo de Tony Blair a revisar la decisión de consentir la clonación de embriones humanos que, «incluso por motivos terapéuticos, comporta la deliberada creación y destrucción de nuevas vidas humanas».

«Cada día tenemos nuevas pruebas de que los descubrimientos médicos de que no es necesaria la clonación para obtener células madre –declaró monseñor Smith al terminar la asamblea plenaria–; hay otras fuentes de células germinales que ofrecen las mismas perspectivas de tratamiento. El Gobierno debería hacer ahora lo que habría debido hacer desde el principio: aprobar una ley que prohiba totalmente la clonación humana».

Eutanasia
El mismo Smith presentó a la Cámara de los Lores, la última corte de apelación del Reino Unido, un documento proprio respecto al caso de Diane Pretty, la señora afectada por una grave enfermedad que quiere obtener el permiso para someterse a la eutanasia.

En el documento –que los lores examinarán antes de decidir–, Smith subraya la convicción de los católicos: la vida es un don divino, sobre la que no tenemos dominio absoluto.

Citando el primer artículo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, Smith explicó que la dignidad de la persona humana es incompatible con la idea de que la vida no vale la pena de ser vivida.

Si los lores decidieran legalizar el suicido asistido de la señora Pretty, la eutanasia sería introducida en el Reino Unido con una «grave erosión de los derechos de los más débiles».

Afganistán
Los obispos han expresado también preocupación por las tensiones entre cristianos y musulmanes suscitadas en la sociedad inglesa por la guerra en Afganistán.

«Subrayamos la necesidad para todas las religiones de reafirmar la búsqueda de la justicia con medios pacíficos, con un especial aprecio de los muchos líderes musulmanes que han declarado que la violencia terrorista no puede nunca ser una expresión legítima de fe religiosa», dicen los obispos en una declaración.

Los obispos han invitado a los católicos de Inglaterra y Gales a contribuir con generosidad a la recogida de fondos de ayuda a Afganistán, a rezar por la paz, y a ayunar, si es posible, durante el Ramadán como signo de solidaridad con los musulmanes.

Tierra Santa
Por lo que se refiere a la situación de Tierra Santa, tras expresar su cercanía a los sufrimientos de
israelíes y palestinos, los prelados subrayan que «las resoluciones de Naciones Unidas deben permanecer como la base necesaria para tener justicia en la región y para garantizar la paz. Es esencial que Jerusalén se convierta en una ciudad abierta a ciudadanos de dos naciones y tres credos».

Sobre el informe Nolan, que pretende evitar casos de pederastia en la Iglesia católica, los obispos han dicho que está casi ultimada una unidad nacional de protección de los niños cuyo director será nombrado el mes próximo.

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ZENIT Staff

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