LAHORE, martes, 20 febrero 2006 (ZENIT.org).- La respuesta del Gobierno de Pakistán ante los actos de violencia provocados por manifestaciones de protesta contra las viñetas de Mahoma ha sido «inmediata y contundente», reconoce el arzobispo de Lahore.
«En estos momentos de tensión exacerbada, necesitamos todo el apoyo que el Gobierno pueda prestarnos», reconoce monseñor Lawrence Saldanha, después de que una turba alborotada prendiera fuego a dos iglesias y saqueara escuelas cristianas en Sukkur, una localidad situada a unos 450 kilómetros al norte de Karachi, la principal ciudad costera de Pakistán.
Un informe interno de «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (AIN) ha revelado que al menos dos personas fueron heridas cuando el domingo 19 de febrero unas 2.500 personas arrasaron la localidad de Sukkur, incendiando la iglesia católica de Santa María y la iglesia protestante de San Javier y provocando también graves desperfectos en las escuelas anexadas a ambas iglesias.
A su paso, iban rompiendo rótulos de neón, obligando a los tenderos a echar el cierre de sus tiendas. La policía reaccionó con celeridad y dispersó a la muchedumbre con gras lacrimógeno.
Recalcando la creciente presión que soportan los cristianos en Pakistán a raíz de la furia desatada entre los musulmanes por la publicación de las viñetas en periódicos occidentales, el arzobispo Saldanha elogió tanto al Gobierno como a otros líderes políticos por su condena de los ataques.
Se dice que el incidente fue motivado por una disputa en la que un cristiano recriminó a otro haber profanado el Corán. El arzobispo Saldhana ha declarado al respecto: «Fue altamente irresponsable, porque estaba claro que tendría una amplia repercusión».
Pocas horas después del incidente, Ishratul, gobernador de la provincia de Sind, a la que pertenece Sukkur, anunció una serie de medidas de seguridad destinadas a proteger a los cristianos, además de asumir el gasto de reparación de las iglesias.
El partido político Muttahida Qaumi Movement (MQM), que representa en Sind a los musulmanes de origen hindú, también denunció de inmediato los hechos, y su máximo representante, Altaf Hussain, aseguró que obedecían a motivos políticos que no guardaban relación con el Islam.
En su condición de presidente de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Paquistaní, el arzobispo Saldanha declaró: «Aplaudo de todo corazón las palabras del gobernador y el representante del MQM».
