Inmigración hispana a Estados Unidos: «¿Todavía quieren más muros?»

Entrevista al obispo de Ciudad Juárez sobre las nuevas disposiciones

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CIUDAD JUÁREZ, jueves, 12 mayo 2005 (ZENIT.orgEl Observador).- Tras de anunciar que el próximo mes de junio, obispos de la frontera entre México y Estados Unidos volverán a reunirse en El Paso (Texas) para revisar la situación del cruce de los inmigrantes mexicanos y centroamericanos, monseñor Renato Ascencio León, obispo de Ciudad Juárez (México) y presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Movilidad Humana, organismo de la Conferencia del Episcopado Mexicano, ha concedido a medios de prensa, una entrevista donde analiza cuestiones importantes para el presente y el futuro de la acción de la Iglesia católica con respecto a los migrantes.

Dos acontecimientos gravitan preocupan a la Iglesia en México y Estados Unidos, países que comparten tres mil kilómetros de frontera–.

En primer lugar, la aprobación del Senado de Estados Unidos de la cláusula «Real ID» que impone mayores restricciones para la emisión de licencias de conducir e incluye recursos suficientes para aumentar el muro metálico en la frontera con México.

En segundo lugar, está la llamada «Ley McCain», propuesta que recoge propuestas promovidas por el cardenal Theodore McCarrick, arzobispo de Washington, al presentar la campaña «Justicia para inmigrantes» el pasado 10 de mayo en la capital de la Unión Americana.

–¿Cómo percibe usted la ley Mc Cain? ¿En qué se beneficiarían los inmigrantes?

–Monseñor Renato Ascencio León: Creo que los obispos de Estados Unidos están dando una respuesta a nuestra carta pastoral de hace casi dos años. Ahí nos comprometimos a trabajar en favor de los migrantes. Esta iniciativa viene a hacer presión para que las autoridades tomen conciencia y realicen una labor mucho más humanitaria en favor de los migrantes. Que nos se nos olvide que los migrantes no son terroristas, no son criminales, son personas de bien, que van en busca de mejores situaciones de vida. Los obispos nos comprometimos con la Carta Pastoral «Juntos en el camino de la esperanza ya no somos extranjeros» y aquí están los resultados.

–¿Qué piensa del proyecto de ley aprobado por el senado de Estados Unidos

–Monseñor Renato Ascencio León: Todo esto que se está haciendo en Arizona y en California, con el apoyo de algunos senadores, no es otra cosa que estar provocando. Los mexicanos somos humildes, gente de bien, pero que cuando nos agreden, cuando sentimos lesionados nuestros derechos fundamentales, solemos responder, y para mí es un gran riesgo el que se está corriendo en estas leyes xenófobas, que se están tomando en contra de nuestros paisanos o en contra de quienes vienen de otras naciones en busca de mejores condiciones de vida.

–¿Qué piensa de las recientes declaraciones del gobernador de California, Arnold Shcwarzenegger, según el cual, hay que detener a los inmigrantes como sea, por ejemplo, negándoles agua en el desierto?

–Monseñor Renato Ascencio León: Son las más terribles que pueden existir. Yo lo he señalado también aquí, que no olvide este señor que él también fue migrante (de Austria, en 1968) y que le tendieron una mano como esperan nuestros paisanos que les tiendan la mano y que les den una oportunidad como se la dieron a él.

–¿Están pensando en algunas medidas sobre este tema?

–Monseñor Renato Ascencio León: La próxima reunión que tendremos y que está convocada por los obispos de Estados Unidos y México que pertenecemos a esta comisión, será en El Paso (Texas), los próximos 23, 24 y 25 de junio. Ahí, de una manera muy especial, tendremos que analizar, primero, la situación concreta que estamos viviendo, y después veremos qué medidas tomar.

–¿Qué pueden hacer los obispos mexicanos para mejorar las condiciones de los migrantes?

–Monseñor Renato Ascencio León: Presionar a nuestras autoridades. Queremos invitar al Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez Bautista, para que sea nuestro representante ante el gobierno norteamericano; por otro lado, quienes sí pueden presionar legalmente son el pueblo y los obispos estadounidenses, y por tanto vamos a pedirles que ante sus autoridades ellos intervengan como nosotros estamos interviniendo ante nuestras autoridades aquí en México

–¿Qué opina del trato que les damos aquí en México a los migrantes sudamericanos y centroamericanos?

–Monseñor Renato Aascencio León: Que es vergonzoso. Si nosotros estamos pidiendo respeto hacia los mexicanos en otro país, debemos ofrecerlo a nuestros amigos que vienen de otro lugares; con una diferencia muy grande: que los mexicanos van a trabajar a los Estados Unidos, en cambio muchos de los centroamericanos, están tomando a México como un país de tránsito a los Estados Unidos.

–¿Qué opinión le merece la ampliación de fondos para seguir construyendo un muro metálico entre las dos fronteras?

–Monseñor Renato Ascencio León: En nuestra carta pastoral («Juntos en el camino de la esperanza ya no somos migrantes», 2003) señalamos el derecho que todo ciudadano tiene –en su lugar de origen– de tener los medios necesarios para la subsistencia, de manera que no tengamos que estar emigrando. Por tanto, hago un llamado a las autoridades mexicanas, para que se preocupen para encontrar los medios de subsistencia de millones de mexicanos, y no se tengan que estar humillado, buscando los medios de vivir en otro lugar. El segundo reconocimiento que nosotros hacemos es que si alguien quiere emigrar por alguna razón, sobre todo por razones humanitarias, tiene, también, un derecho, un derecho natural, como lo señala el Papa Juan Pablo II, y anteriormente el papa Juan XXIII. Reconocernos también el derecho que tienen los gobiernos de cuidar sus fronteras, pero no lesionando los derechos humanos. ¿Todavía quieren más muros? El hombre de nuestro tiempo debe unir, no separar, y mientras no sirvamos como puentes, como lo ha pedido Juan Pablo II en esta última jornada de los medios de comunicación, los hombres seguirán siendo extranjeros.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación