Instrucción vaticana sobre el papel del párroco

Cardenal Castrillón: «No se «ejerce» de sacerdote; se «es» sacerdote»

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CIUDAD DEL VATICANO, 18 octubre 2002 (ZENIT.org).- La Santa Sede publicó este viernes una «Instrucción» que tiene dos objetivos: subrayar el papel del sacerdote –pastor sacramental–; y ayudar a los párrocos a vivir plenamente su misión.

El documento, que lleva por título «El presbítero, pastor y guía de la comunidad parroquial» ha sido publicado por la Congregación para el Clero y fue presentado en la Sala de Prensa de la Santa Sede por el prefecto de este dicasterio vaticano, el cardenal Darío Castrillón Hoyos.

«El objetivo principal de esta «Instrucción» es resaltar ante la comunidad y el clero el papel de pastor, líder sacramental, que desde la parroquia anima y conduce a Cristo, Camino hacia el Padre», aclaró el purpurado.

Por otra parte, busca ayudar a los párrocos «a vivir mejor sus tareas pastorales y a colaborar fructuosamente por el bien de la comunidad, de modo que ésta descubra mejor la importancia insustituible del propio párroco».

El documento comienza publicando el discurso de Juan Pablo II a los participantes en la asamblea plenaria de la Congregación para el Clero, el 23 de noviembre de 2001, centrado en la figura sacramental del párroco.

La primera parte de la «Instrucción» afronta el tema del sacerdocio común y sacerdocio ordenado; los elementos centrales del ministerio y de la vida de los presbíteros.

Esta parte, doctrinal, según el cardenal Castrillón, insiste en que el párroco es «el hombre de la comunión, con la Iglesia particular y con la Iglesia universal. Por eso, debe ser un modelo de adhesión al Magisterio de la Iglesia y sentirse realmente padre de la comunidad y de cada uno de sus miembros. Es un auténtico guía de las almas».

«¡No se «ejerce» de sacerdote; se «es» sacerdote!», aclaró el purpurado denunciando que en los últimos cincuenta se ha presentado a la opinión pública una imagen de sacerdote alterada: «sociólogo, curador, obrero, jubilado…».

La segunda parte de la «Instrucción» toca los desafíos positivos de la pastoral parroquial, y constata que la cultura «ampliamente secularizada» «tiende a homologar al sacerdote con las propias categorías de pensamiento, despojándolo de su fundamental dimensión mistérico-sacramental».

El documento concluye proponiendo una «Oración del párroco a María Santísima».

El cardenal Castrillón explicó que la «Instrucción» «puede ayudar a que el ministerio del párroco como guía de la comunidad y su función específica de gobierno pastoral, no desaparezca o no se desnaturalice en medio de otras estructuras que desearían ocupar, y de hecho ocupan su lugar de guía, aunque se trate de estructuras válidas y respetables».

La Instrucción continúa con una serie de documentos de la Congregación vaticana para el Clero como el «Directorio para el ministerio y la vida de los presbíteros» (1994), la instrucción «Ecclesiae de mysterio» (1997) y la carta «El presbítero, maestro de la palabra, ministro de los sacramentos, guía de la comunidad en vista del tercer milenio cristiano publicada con ocasión del Gran Jubileo».

Al final de la rueda de prensa intervino también el secretario de la Congregación, el arzobispo Csaba Ternyák, para explicar que el documento «constituye también un acto de homenaje a los numerosos párrocos que en todo el mundo llevan a cabo silenciosa y fielmente su ministerio, incluso a pesar de las dificultades, incomprensiones y humillaciones».

La instrucción puede consultarse en la página web de Zenit en la sección de Documentos (http://www.zenit.org).

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ZENIT Staff

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