ROMA, lunes, 10 octubre 2005 (ZENIT.org).- «Corona de Rosas», fuente de conversión, de consuelo y de gracias, oración vocal y a la vez contemplativa, un sacramental, una prolongación de la vida litúrgica de la Iglesia, oración reiteradamente recomendada por los Papas y, sobre todo, por la propia Virgen María en sus apariciones: así es el Rosario, y así lo recuerdan fuentes de Internet en el mes dedicado desde hace más de un siglo a esta oración mariana en la Iglesia universal.
Días antes del inicio de octubre, la publicación oficial de la archidiócesis de Bogotá «El Catolicismo» se adelantaba lanzando un especial sobre el Rosario en su web: www.elcatolicismo.com .
Qué es el Rosario, cuál es su historia, cuál es su fuerza o las gracias de las que es vehículo son temas que ofrece al internauta trazando una panorámica completa de la oración.
Se subraya con la voz de los últimos Papas, empezando con la Carta apostólica «Rosarium Virginis Mariae» de Juan Pablo II (de 2002) –de la que la web ofrece su versión íntegra–, y con citas de la Encíclica de Pío XII (en 1951) «Ingruentium malorum» sobre el Rosario en familia, así como de la Encíclica de Juan XXIII (de 1959) sobre el rezo del Santo Rosario.
Vuelve a cuanto Juan Pablo II decía del Rosario, esta vez haciendo un recorrido por palabras que pronunció en 1983.
Ese año se cumplió «el primer centenario de la Encíclica del Papa León XIII Supremi apostolatus, con la que este gran Pontífice decretó la dedicación especial del mes de octubre al culto de la Virgen del Rosario», explicaba el propio Papa Wojtyla (Cf. Homilía en la apertura del jubileo de los Movimientos Marianos, 2 octubre 1983).
«Subrayaba él [León XIII. Ndr] con fuerza en este documento la eficacia extraordinaria de esta oración rezada con alma pura y devoción, para obtener del Padre celestial, en Cristo y por intercesión de la Madre de Dios, protección contra los males más graves que puedan amenazar a la cristiandad y a la misma humanidad, y conseguir así los supremos bienes de la justicia y la paz entre los individuos y entre los pueblos», seguía.
«Con este gesto histórico –proseguía Juan Pablo II–, León XIII no hacía otra cosa sino sumarse a los numerosos Pontífices que le habían precedido –entre ellos San Pío V– y dejaba una consigna a quienes le iban a seguir en el fomento de la práctica del Rosario. Por ello, también yo quiero deciros a todos: haced que el Rosario sea “dulce cadena que os una a Dios” por medio de María».
Por su parte, la emisora pontificia iniciaba este mes del Rosario con las reflexiones del arzobispo Angelo Comastri, vicario general del Papa para Ciudad del Vaticano, quien calificó como una «exigencia del corazón» el rezo del Ave María junto a los Misterios del Rosario.
«La repetición no es un signo de aburrimiento, sino un signo de gozo»; «no hay nada más bello que orar con la Madre, y orar con María meditando los Misterios de la vida de Jesús, que nadie conoce mejor que Ella», subrayó en los micrófonos de «Radio Vaticana».
EWTN Red Global Católica ofrece igualmente espacio en sus páginas on-line al Rosario y explica el modo de rezarlo. Basta con hacer clic en www.ewtn.com .
