Intervenciones en el Sínodo de África (VIII)

Novena Congregación General, tarde del viernes 9 de octubre

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CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 9 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación los resúmenes de las intervenciones que se produjeron durante la Novena Congregación General de la Asamblea del Sínodo sobre África, en la tarde del viernes 9 de octubre.

– S. Em. R. Card. Leonardo SANDRI, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales (CIUDAD DEL VATICANO)

Doy gracias al Señor que nos permite acercarnos a la Iglesia de Dios que está en África. En su singular variedad eclesial, África cuenta con la Iglesia patriarcal de Alejandría de los Coptos católicos y la Iglesia alejandrina católica de rito ge´ez de Etiopía y de Eritrea. Egipto, junto con la Iglesia latina, cuenta con la presencia de las comunidades armenia, caldea, greco-melquita, maronita y sira. Saludo a los hermanos orientales aquí presentes, y extiendo el saludo a todos los pastores latinos y orientales de África, espiritualmente unidos en esta asamblea, empezando por Su Beatitud Antonios Naguib, Patriarca de Alejandría de los Coptos Católicos: agradezco a todos sus innumerables esfuerzos apostólicos. Es una Iglesia en expansión. El valor social de su misión religiosa se mide por su fidelidad a lo que es peculiar en ella: salvar al hombre integral, cuya vocación es ultramundana. El primer impulso por parte de los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y fieles es favorecer la reconciliación, gracias a la conversión personal, para que Dios siga llevando a cabo también en África esa «divinización» de todos y de todo que citan los Padres griegos. El Sínodo quiere volver a proponer el «servicio de la reconciliación, la justicia y la paz». La propuesta es urgente; pero su eficacia se medirá siempre por la irrenunciable visión teológica y pastoral que la acompañará. Que las Iglesias de África, sin ningún temor, sintiéndose en comunión con el Sucesor de Pedro y con la Iglesia universal, sigan confesando el nombre santo de Cristo Dios, la obra de salvación que él realizó de una vez por todas y cuya gracia refluye sobre nosotros perennemente, testimoniando que el verdadero nombre de la reconciliación, la justicia y la paz coincide con el nombre de Jesucristo, el Crucificado Resucitado, donador de Espíritu, Piedra angular y Esposo de la Iglesia. La reflexión sinodal sólo podrá avanzar proficuamente con una fuerte conciencia cristológica y eclesiológica. Sin renunciar nunca a ella se deberán dar los pasos posibles para redefinir las estrategias ecuménicas e interreligiosas más cónsonas con el progreso espiritual y social de África. La situación es distinta respecto de la del Sínodo de 1994, pero se mantienen algunos graves problemas del pasado. Es importantísimo que los cristianos de África, pastores y fieles, sean conscientes de que África ha dado mucho en sangre, sudor y lágrimas, en testimonio de fe, esperanza y amor, que es como decir en respuesta a la santidad. Quisiera observar una particularidad etíope/eritrea: entre los santos citados en el nº 36 del Instrumentum Laboris no figura Giustino De Jacobis (1800-1860), el lazarista que había entendido la importancia de la liturgia ge´ez para el cristianismo del Cuerno de África y que se había «inculturado» (cfr. nº 73). África no debe dejar de trabajar por una adecuada inculturación del mensaje cristiano. La exhortación apostólica «Oriental lumen» presenta a las Iglesias orientales como «ejemplo autorizado» de «inculturación conseguida» (O.L. cfr. nº. 7). Una relación sana y equilibrada entre «Religión y Tradición africana» permitirá a la Iglesia curar con la comunidad civil las plagas de África. Salud, educación, desarrollo socio-económico, tutela de los derechos humanos, sanar la herida del tribalismo, lucha contra la emigración con programas económicos in situ que limiten la fuga de los jóvenes (nº 25; nº 65); explotación y neo-colonialismo (nºs 12, 64, 72, 140), analfabetismo (nº 31), corrupción (nº 57), situación de sujeción de las mujeres, son problemas que requieren respuestas de caridad laboriosa y formación completa (cfr. nºs 54, 60, 85, 93,97, 111, 116, 123, 126-128, 129, 133-136). Se imponen la convivencia y la colaboración sincera entre todos los católicos de los distintos ritos. Sin este entendimiento se impide el diálogo ecuménico, que da fuerza a los cristianos en la defensa de la libertad personal y comunitaria y en la profesión pública de la fe, permitiendo a la Iglesia ser libre y misionera, y a África ser una «sociedad plural». Lejos de constituir un obstáculo para la unidad, integradas como están en la situación y en la mentalidad locales, las Iglesias orientales católicas pueden «construir puentes» (cfr. nº 90) en vistas de la reconciliación, la justicia y la paz, y del encuentro con el Islam ya en curso en distintos países. Este es también mi deseo, mientras que con las comunidades de Etiopía y Eritrea reconozco el alcance simbólico de esa «franja de tierra africana» de la que pueden presumir dentro de los muros vaticanos: la Iglesia de san Esteban de los Abisinios y el Pontificio Colegio Etiópico. Veréis en ellos una imagen de la Iglesia que, al acabar el Sínodo, se lanzará con fuerza y esperanza en los caminos de la reconciliación, la esperanza y la paz en África, sintiéndose con alegría «sub umbra Petri».

[Texto original: italiano]

– S. E. R. Mons. Jean-Pierre BASSÈNE, Obispo de Kolda, Presidente de la Fundación Juan Pablo II para el Sahel (SENEGAL)

Son nueve los países miembros de la Fundación Juan Pablo II para el Sahel: Burkina Faso, Cabo Verde, Gambia, Guinea-Bissau, Mali, Mauritania, Niger, Senegal e Chad.
La Fundación, instituida en 1984, celebra hoy 25 años de vida. Su finalidad es favorecer la formación de personas que se pongan al servicio del propio país y de sus mismos hermanos, sin discriminación alguna, con el espíritu de favorecer la promoción integral y solidaria, para así luchar contra la desertificación y sus consecuencias.
Nacida de la preocupación por el bienestar y el desarrollo de la población del Sahel, la Fundación Juan Pablo II, desde el principio ha inscrito sus actividades para favorecer la ecología y la salvaguardia del ambiente. De este modo, contribuye a enfrentar la emergencia de la gestión más racional del uso de los recursos naturales y participa en la lucha contra la pobreza.
Obra de la Iglesia, la Fundación Juan Pablo II sostiene, por medio de la financiación de proyectos, los Estados, las asociaciones y los grupos o cooperativas en el territorio saheliano, independientemente del identidad religiosa o confesional de los promotores. De tal manera, contribuye eficazmente a la cultura de la paz y de la reconciliación entre los pueblos.
La Fundación Juan Pablo II cuenta permanentemente con la ayuda fraterna del exterior para poder realizar su misión. Sin embargo, está comprometida resueltamente a la promoción entre los sahelianos, del espíritu de responsabilidad colectiva y de la solidaridad.
En dicho sentido, ya han sido registradas respuestas positivas que permiten pensar que, paralelamente a a lucha contra la desertificazione, crece una auténtica civilización del amor inspirada en el Evangelio en los corazones de los habitantes del Sahel.

[Texto original: francés]
– S. E. R. Mons. Henryk HOSER, S.A.C., Arzobispo-Obispo de Warszawa-Praga (POLONIA)

La educación a los valores familiares es una necesidad urgente en el mundo y, de manera particular, en África, en un momento en el que las crecientes presiones externas sitúan al ejercicio de la paternidad y de la maternidad responsables en la esfera puramente sanitaria y de los hospitales, negando la doble naturaleza, espiritual y sensible, del amor conyugal. La pastoral familiar y, en particular, la transmisión de la vida se han dejado prácticamente en manos de la medicina y la técnica.
Ya e
xisten unos programas: veintiséis países africanos se benefician de programas de educación a la vida familiar y de planificación natural (EVF y PFN) en estado embrional o estructurado. Pero son demasiado débiles para poderse permitir el lujo de avanzar en orden disperso. La Federación africana de Acción familiar, fundada en Cotonou en 2001, ofrece, a petición de los obispos, unos encuentros de formación para los educadores y las parejas.
El Sínodo anterior consideraba la evangelización de la familia africana como una de las mayores prioridades, si queremos que esta asuma, a su vez, el papel de sujeto activo en la perspectiva de la evangelización de las familias mediante las familias.

[Texto original: francés]

– S. Em. R. Card. Bernard AGRÉ, Arzobispo Emérito de Abidjan (COSTA DE MARFIL)

Como todo país civilizado, las jóvenes naciones de África, de América del Sur, etc., han tenido que recurrir a los bancos internacionales y a otros organismos financieros para realizar los numerosos proyectos encaminados a su desarrollo. Con mucha frecuencia, los dirigentes incapaces no han desconfiado lo suficiente. Y han caído en las trampas de esos hombres y mujeres que los iniciados llaman «los asesinos financieros», los chacales apoyados financieramente por organismos avezados en los mercados desleales, que tienen como fin enriquecer los organismos financieros internacionales, hábilmente sostenidos por sus estados o por otras organizaciones sumergidas en el complot del silencio y de la mentira.
Las ganancias asombrosas van a parar a los asesinos financieros, a las multinacionales y a algunos poderosos nacionales, que sirven de tapadera a los negociadores extranjeros. De esta forma, la mayor parte de las naciones continúan sumergidas en la pobreza y en las frustraciones que engendra.
Los «asesinos financieros», portadores de financiaciones enormes, se ponen de acuerdo con sus colaboradores locales para que las grandes cantidades, prestadas con el sistema de intereses compuestos, nunca se puedan reembolsar rápida y completamente. Los contratos de ejecución y de mantenimiento se devuelven habitualmente, bajo forma de monopolio, a los respectivos prestadores. Los países beneficiarios hipotecan sus recursos naturales. Los habitantes, durante generaciones, quedan encadenados, prisioneros durante varios años.
Para reembolsar estas deudas inagotables, siempre amenazadoras, como la espada de Damocles sobre la cabeza de los Estados, «el servicio de la deuda» pesa duramente en el balance estatal, en el orden del 40-50% del Producto Interior Bruto.
Maniatado de esta forma, el país respira con dificultad, se debe apretar el cinto ante las inversiones, los gastos necesarios para la educación, la salud y el desarrollo, en general.
La deuda se convierte en una tapadera política para no responder a las reivindicaciones legítimas, con su conjunto de frustraciones y de desórdenes sociales, etc. La deuda nacional se presenta como una enfermedad programada por especialistas, dignos de los tribunales que juzgan los crímenes contra la humanidad, la conspiración en el mal para sofocar enteras poblaciones. John Perkins (ediciones Al Terre) ha descrito muy bien lo que esconde una ayuda internacional nunca eficaz en términos de desarrollo durable
– El problema clave de nuestros días es el deseo, la voluntad de abolir toda esclavitud.
– Las nuevas generaciones, los jóvenes en algunos países desarrollados y del Tercer mundo, adquieren conciencia de que cambiar el mundo, sus mitos y sus fantasmas, es un proyecto real y posible. Nacen ONG para proteger el medioambiente material y defender los derechos de los pueblos oprimidos.
La Iglesia, luz del mundo, para desempeñar su papel profético debería comprometerse concretamente en esta lucha por la verdad.
– Los especialistas saben que, desde hace años, la mayor parte de las deudas han sido efectivamente reembolsadas. Suprimirlas pura y simplemente no es un acto de caridad, sino de justicia. Por esto, el actual Sínodo debería considerar este problema de la anulación de las deudas, que influye de forma demasiado dura en algunos pueblos.
Para que esto no sea un mero arranque sentimental, mi propuesta sería que una Comisión internacional, compuesta por expertos de las altas finanzas, pastores informados, hombres y mujeres del Norte y del Sur, se hagan cargo del problema. A esta Comisión se le confiaría la triple misión:
– De estudiar la factibilidad de la operación, porque es evidente que no todo y en todas partes es uniforme;
– De tomar todas las decisiones para evitar que se caiga de nuevo en las mismas situaciones.
– De velar concretamente por la utilización transparente de las cantidades así administradas, para que sirvan efectivamente a todos los elementos de la pirámide social: rurales y urbanos. Evitar que la nueva caída de este jugoso maná del siglo sea de provecho siempre a los mismos, locales o extranjeros.

[Texto original: francés]

– Rev.do Pierre Noël NIAVA, Capellán Nacional de los Militares (COSTA DE MARFIL)

En el marco de la búsqueda de una solución a la crisis en Costa de Marfil se han organizado varios encuentros bajo la égida de la comunidad económica de África del oeste y de la comunidad internacional. Otros encuentros se han organizado por iniciativa de las fuerzas beligerantes.
El 4 de marzo de 2007 se firmaron nuevos acuerdos en Ouagadougou (Burkina Faso). Se estableció un diálogo directo entre las dos fuerzas beligerantes. Desde entonces el proceso ha avanzado enormemente, con muchos efectos positivos: desarme, desmovilización de los ex-combatientes, la integración de los rebeldes en el ejército, la supresión de la zona de seguridad, etc., sobre todo la fijación de la fecha de las próximas elecciones presidenciales, el 29 de noviembre próximo.
La Conferencia episcopal ha trabajado a desmedida por la reconciliación. Los obispos se han reunido en varias ocasiones con los líderes políticos y las fuerzas beligerantes para hacerles entrar en razón. También han dirigido varios mensajes a la población desde el principio de la crisis. Aquí indicamos sólo cuatro, con sus ideas principales:
– lr mensaje: llamamiento a la calma: es un llamamiento al cese de las protestas populares y los actos de vandalismo, a poner fin a la parálisis de los servicios públicos y las marchas interminables. Todos deben mantener la calma y abrirse, para recuperar la paz.
– 2º mensaje: llamamiento a la conciencia: los obispos invitan aquí a cada habitante de la Costa de Marfil a tomar conciencia de que hay que construir el país; por consiguiente, hay que guardarse de caer en el error y la mentira para evitarle al país la catástrofe.
– 3r mensaje: exhortación a los habitantes de la Costa de Marfil y a la comunidad internacional. Los obispos exhortan a los primeros a evitar el odio, la venganza y la mentira y a esforzarse por vivir en el amor, la justicia, la verdad y la confianza recíproca. Asimismo, exhortan a la comunidad internacional a jugar limpio en su participación para conseguir la paz.
– 4º mensaje: mensaje de reconciliación y paz: los obispos dicen y cito: Hoy la paz es posible y está a nuestro alcance … es hora de acabar con las acusaciones y las condenas. Manchando el país de sangre humana, todos nos hemos equivocado, hemos actuado mal. Tenemos que pedir sincera y humildemente perdón a Dios y pedirnos perdón los unos a los otros, públicamente; y por eso nos proponemos organizar una jornada de duelo nacional, de ayuno, de oración por todos nosotros, sin distinción de religiones y de creencias. Todos debemos, en la pura tradición africana y religiosa del temor de Dios y del respeto de la vida, pedir perdón por la sangre humana derramada».

[Texto original: francés]

– S. E. R. Mons. Denis Komivi AMUZU-DZAKPAH, Arzobispo de Lomé (TOGO)

El capítulo II del Instrumentum laboris nos lleva al centro mismo de la problemática de la reconciliación, de la justicia y de la paz, que representan u
na verdadera urgencia para África. No hace falta precisar que a este imperioso trinomio hay que añadirle la verdad.
La exigencia de la fidelidad al Señor nos invita a nosotros que somos sus discípulos, a ser embajadores de la reconciliación, entendida como don de Dios y anuncio de la salvación que Él nos dona ya desde ahora (cfr. 2Cor 5, 11-12). El cumplimiento de esta misión se inscribe en la duración y exige un cierto número de condiciones que deberemos tener presentes durante nuestro trabajo:
1. La elaboración de un proyecto realista de educación a la cultura de la paz para todos nuestros centros educativos y formativos en África.
2. La creación de un banco para recoger los datos socioculturales y económicos que puedan servir de ayuda a la promoción de la reconciliación, de la justicia y de la paz en el amor y en la verdad.
3. La creación de un observatorio para la prevención, la gestión y la resolución de los conflictos, con una mayor implicación de la Iglesia-Familia de Dios en África.
4. Asegurar una difusión amplia y juiciosa de la Doctrina social de la Iglesia, prueba de la creación de un nuevo orden sociocultural, económico y político más justo, más humano y más fraterno; que sirva para favorecer la instauración en África del Reino de Dios; Reino de justicia, de reconciliación, de verdad, de amor y de paz.
5. Es evidente que la Biblia, palabra de Dios, en este sentido tiene que ser presentada por todas partes como fuente inagotable de reconciliación, de justicia y de paz; acogida y vivida con coherencia, ésta puede convertirse en el instrumento más seguro y eficaz para instaurar el Reino de Dios en África y en el mundo.
Desde esta óptica, la Conferencia de los obispos de Togo habría querido que el tema de nuestra segunda Asamblea Especial para África se hubiese formulado así: «La Iglesia-Familia de Dios en África, al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz». De todas formas no es nada grave, ya que nos comprendemos bien y nos entendemos perfectamente, aunque no esté todo «explicitado».

[Texto original: francés]

– S. E. R. Mons. Ignatius CHAMA, Obispo de Mpika (ZAMBIA)

Quisiera subrayar aquí la crisis económica local que yo y mi pueblo vivimos en nuestra diócesis rural en el nordeste de Zambia. Es la crisis de las cosechas de nuestros incansables agricultores que no logran alcanzar los mercados y obtener el precio justo. Es la crisis percibida cuando los
inversores extranjeros abastecen sus supermercados con cosechas importadas del exterior de Zambia. Es la crisis causada por ciertas prácticas comerciales, sea propias o internacionales, que traen como consecuencia el que significativas mercancías subvencionadas que llegan de Europa limiten la competencia leal con los productos locales.
Además, hoy en Zambia, nuestras zonas rurales deben también afrontar el problema del campo con respecto a la adopción del modelo de agricultura genéticamente modificado, algo criticado, justamente, en el n.58 del Instrumentum laboris.
Estas dinámicas inicuas son una señal de la profunda diferencia que existe entre el campo y la ciudad, hoy esto es en su conjunto una amenaza al desarrollo integral y sostenible de Zambia. Nuestro mismo gobierno nos dice que mientras que el índice de pobreza urbana en los últimos años ha disminuido, la pobreza de las zonas rurales aumentó significativamente.
Pero ¿Qué es lo puede hacer un Sínodo con respecto a todo esto? Quiero, simplemente, recordar a mis hermanos Obispos, que en el Sínodo del año 1994 se escuchó una petición de justicia económica en la invitación que les fue dirigida para sostener el Jubileo del campo para la cancelación de la deuda externa de los países africanos en dificultad. La Iglesia escuchó la petición y habló en favor de la cancelación de la deuda, que resultó, para Zambia y también para otros países , un importante paso hacia la humanización del orden económico. Hoy tenemos la necesidad de un apelo a la justicia semejante a ése, por ejemplo, para afrontar las cuestiones de política comercial, como los Acuerdos de Colaboración Económica (ECA) entre África y Europa y las preocupaciones ambientales como el calentamiento global.
Pido, por lo tanto, que nuestra Asamblea dé su apoyo a las peticiones para un orden económico más justo que salvaguarde los derechos y el futuro de nuestras poblaciones rurales.

[Texto original: inglés]

– S. E. R. Mons. Benedito Beni DOS SANTOS, Obispo de Lorena (BRASIL)

El tema de esta Asamblea sinodal «La Iglesia en África al servicio de la Reconciliación, de la Justicia y de la Paz», en cierta forma, incumbe también a Brasil, dado el pasado marcado por la injusticia hacia aquellos que vinieron de África para Brasil.
Necesitamos una «purificación de la memoria» que se exprese a través de acciones concretas en el campo de la educación, del trabajo y de la política. Algunas medidas de gobierno han sido tomadas en este sentido. Ellas deben ser profundizadas y ampliadas.
En el campo eclesial, tenemos la Pastoral Afro, organizada a nivel nacional por la Conferencia Episcopal Nacional de Brasil.
También en el campo eclesial, hay una sensibilidad especial con la imagen de la Iglesia «Familia de Dios». Esto nos acerca a la experiencia eclesial de la Iglesia en África. Esta imagen de Iglesia no habla solamente a nuestro intelecto, sino también a nuestra afectividad, a nuestro corazón y a nuestra imaginación.
Este modo de entender la Iglesia pone la eucaristía en el centro y tiene una dimensión trinitaria. De hecho, la Eucaristía es la Cena que el Padre preparó para su Familia, que es la Iglesia. Es sobretodo en la celebración de la Eucaristía que la Iglesia se percibe como «Familia de Dios». A su vez, el pan y el vino se vuelven el alimento eucarístico por el poder del Espíritu Santo invocado en la epíclesis.
Por todos estos hechos que acabo de mencionar, creo que los frutos de esta Asamblea sinodal alimentarán la vida y la misión de la Iglesia no solo en África, sino también en Brasil. Este Sínodo ayudara a dar un nuevo impulso a la colaboración misionera que la Iglesia en Brasil ofrece a diferentes diócesis de África.

[Texto original: portugués]

– S. E. R. Mons. Peter J. KAIRO, Arzobispo de Nyeri (KENIA)

Los nómadas viven y han sido activos durante siglos en 52 diócesis de los países de AMECEA (Asociación de las Conferencias Episcopales de África Oriental); están también presentes en el occidente y norte de África. Algunas veces han provocado e iniciado conflictos armados debido a la escasez de agua y de tierras de pastoreo, sobretodo en las épocas de sequía.
La Iglesia debe promover el diálogo entre estas diferentes tribus en donde el rol de los mayores es determinante, ya que los guerreros no pueden ir a atacar a otros sin la bendición de los mayores.
El gobierno también debería comprometerse a construir diques y pozos en las zonas áridas. Las estructuras sanitarias y educativas deberían ser propuestas y promovidas entre los pastoralistas.
La comisión de justicia y paz debería educar a los pueblos nómadas sobre los derechos humanos y a los padres de familia sobre la educación de las niñas.
En las parroquias de esta área se ha vuelto extremadamente difícil para un sacerdote darle a la gente una verdadera atención pastoral. De ahí que los nómadas, que se desplazan en continuación, se atrasen con respecto a las actividades tradicionales ordinarias de las parroquias. La Iglesia debe poner en práctica nuevas formas de evangelización y de atención pastoral para los pueblos nómadas. Lo que debería incluir el nombramiento de sacerdotes nómadas, coordinadores de pastoral nómadas, catequistas nómadas, escuelas ambulantes, asistencia sanitaria para los pastores y centros eclesiales móviles .
También se propone que en nuestra Iglesia Católica haya un compromiso de las estructuras supradiocesanas y relaciones fronterizas, para poner en marcha iniciativas de p
az en ambos lados de las fronteras y más allá de los territorios de las diócesis. Podrían ser de gran utilidad los encuentros regulares del coordinador de pastoral del apostolado nómada, de las diócesis y de los países fronterizos, al igual el que crear estrategias comunes que demuestren solidaridad humana y unidad cristiana.

[Texto original: inglés]

– S. E. R. Mons. Boniface LELE, Arzobispo de Mombasa (KENIA)

El estigma asociado al SIDA es para la gente, sea como individuos o como comunidades, demasiado pesado para llevarlo en soledad. He visto el miedo y la desesperación en los ojos de nuestra gente. Deberían encontrar en nosotros el valor y la esperanza, pero escuchan a los líderes religiosos decir que o ellos o sus familias son, en un modo u otro, responsables de su mal.
Necesitamos ayudar a nuestra gente a saber que el VIH SIDA es una enfermedad, y que es un error culparse a sí mismos. Puede que no hayan sido prudentes en su modo de vida, pero esta enfermedad nos llama a tener compasión de ellos.
He visto a familias expulsar a sus nueras con sus hijos por estar bajo sospecha. El rechazo de los niños por parte de la familia es una abominación. Es un grave pecado a los ojos de Dios, una distorsión del mensaje del Evangelio de Jesús, que es amor, perdón, reconciliación, la vuelta a la familia de Dios.
Debemos estar con nuestros jóvenes y nuestros mayores para ayudarlos a prevenir la infección del VIH SIDA. Tenemos que ayudar a las familias para que comprendan que los niños, sin el amor y la guía paternal, son mucho más vulnerables a la infección que aquéllos que tienen el apoyo familiar.
EL VIH SIDA es en Kairos un desafío, que nos revela lo profundos que son nuestros pecados. Había un hombre que estaba muriendo de SIDA y al que tuve el honor de acompañar durante sus últimos días. Lo observé luchar con las decisiones de su vida y contra la vergüenza de su enfermedad; el estigma que la sociedad le impuso. Comencé a entender mi propia humanidad y mi naturaleza pecadora cuando se incorporó para tocar la cruz que yo llevaba. Sentí su aceptación de sí mismo y del perdón y la salvación de Dios. En ese momento, me pidió que me ocupara de sus hijos, ya que él no podría seguir haciéndolo. Sentí que confiaba en mí, como su hermano y su pastor. Dios me desafió a aceptarme a mí mismo, a reconciliarme conmigo mismo.

[Texto original: inglés]

Después intervino el siguiente delegado fraterno:

– Su Excelencia Barnaba EL SORYANY, Obispo de la Iglesia Copta Ortodoxa en Italia

África trajo apreciados recuerdos desde el momento en que han llegadon nuestro padre Abraham y sucesivamente Jacob y sus hijos para vivir en Egipto, la tierra donde nació y creció Moisés y de la cual él, por mano de Dios, liberó al pueblo de Israel. La querida tierra que acogió la Sagrada Familia en fuga de la persecución. El Egipto de San Marcos y de su evangelización de las gentes. El país donde nació el monaquismo por obra de San Antonio Abate. San Atanasio y San Cirilo el grande y tantos santos y mártires que sacrificaron sus vidas en defensa de nuestra fe cristiana.
Todos nosotros sabemos que este continente sufrió mucho por el colonialismo que explotó los recursos naturales y no se ocupó de las poblaciones, que fueron dejadas en la pobreza, la enfermedad, el hambre y la degradación total. Por no hablar además de las guerras que ensangrentaron y todavía continúan devastando nuestra amada África; la explotación de los niños soldado, las persecuciones y las violencias cotidianas hacia los cristianos en el ámbito social, la destrucción de los valores familiares.
He aquí la tarea de la Iglesia en la evangelización a través de la cultura la caridad, la promoción de la paz y del amor que se concreta en el curar a los enfermos, ayudar a los pobres, defender a los oprimidos, volver a infundir ánimo, en fin, al ser humano. El cuidado del culto, la catequesis impartida a los niños y a sus familias son de fundamental importancia para que puedan sentirse acogidas en una única familia en Cristo.
¡Vamos hermanos! Completemos el camino de los apóstoles, quienes fueron al mundo a evangelizar sin poseer nada sino llenos de fe en la obra del Espíritu Santo. Vamos a llevar el mensaje vivo de Jesús para todos estos países que viven en la necesidad y en la pobreza pero que, espiritualmente, son ricos porque poseen la gracia de Jesús.
Unámonos todos en oración para el cumplimiento de la obra de Dios en el servicio a estos países, fuertes en la paciencia y en la esperanza en que mañana será mejor que hoy, y que el mundo sienta la voz de aquellos que sufren a fin de que la Providencia Divina les tienda la mano.
¡Vamos! Dejemos de lado las muchas dificultades y miremos hacia lo más importante que es la construcción del reino de Dios en este continente. Llevar la palabra de Dios a cada uno, éste es nuestro fin.
Deseo para este Sínodo que llegue a un buen resultado y pueda así tener una gran resonancia en el mundo, de manera que los trabajos que ha producido se puedan realizar.

[Texto original: italiano]

Por último, intervinieron los siguientes oyentes:

– Sr. Laurien NTEZIMANA, Licenciado en Teología, Diócesis de Butare (RUANDA)

Cuento aquí brevemente mi aventura como teólogo laico en busca de una espiritualidad que haga justicia a la «indoles saecularis»; esta «índole secular» que hace del laico un hijo de la Iglesia viviente en el corazón del mundo para transformarlo desde dentro como fermento, sal, soplo y luz.
En 1990, al finalizar mis estudios de tercer ciclo en Teología en la Katolieke Universiteit te Leuven, escribí un libro, publicado 8 años después por Ediciones Karthala con el título de «Libres paroles d’un théologien rwandais: joyeux propos de bonne puissance». La «bonne puissance» de la que hablo en el libro es la de Cristo, siendo las otras potencias falsas, es decir, señuelos que extravían a los desdichados que confían en ellos. La buena potencia es un trinomio cuyo primer aspecto es la seguridad o el no temor, el segundo, la fuerza de vivir o la no resignación y, el tercero, la acogida absoluta del otro o no exclusión. Lo que llamo el «principio de buena potencia» es una traducción en términos prácticos de las virtudes teologales.
Entre 1990 y 1994, utilicé este principio en el seno del Servicio de animación teológica, confiado a mi responsabilidad por el Obispo de la diócesis de Butare, Mons. Jean Baptiste Gahamanyi, de feliz memoria, para formar a los responsables de las comunidades cristianas en la dimensión pública de la fe. Entre abril y julio de 1994, el principio de buena potencia me ha permitido resistir, por mi parte, al post-genocidio, y ayudar con todas mis fuerzas a mis hermanos y hermanas tutsi. Entre septiembre de 1994 y septiembre de 1999, usé este principio para formar animadoras y animadores que han sabido llevar la buena nueva a las colinas de Butare en el terrible contexto del reciente genocidio. En el Premio por la Paz del Pax Christi International de 1998, ha sido reconocido el valor universal de este trabajo. Cuando en 1999 sucedió entre el clero y yo lo que sucedió entre Pablo y Bernabé (Hch 15,36), el principio de buena potencia me permitió fundar la Asociación «Modeste et Innocent» (www.ami-ubuntu.org), que, después de febrero de 2000, a pesar de la cárcel y de otras tribulaciones, trabaja con éxito en la reconciliación de los Ruandeses. El «Theodor Haecker Preis für Politischen Mut und Aufrichtigkeit» de la ciudad alemana de Esslingen am Neckar, ha reconocido en febrero de 2003 los buenos fundamentos de tal compromiso.

[Texto original: francés]

– Hno. Armand GARIN, Hermanito de Jesús (Francia), Responsable regional de los Hermanitos de Jesús para el Norte de África (ARGELIA)

En los países del Magreb, en los que casi toda la gente es musulmana,
siguiendo el ejemplo de Jesús de Nazaret y tras la huella de Charles de Foucauld, en la fidelidad al Evangelio, algunos cristianos y cristianas se esfuerzan por vivir como hermanos con sus vecinos y amigos musulmanes. Creo que es posible vivir una auténtica vida de hermandad, de escucha, de acogida y de servicio acercándonos a los musulmanes, sobre todo los niños y los pobres. Ello presupone que hay que conocer al otro en el marco de sus tradiciones culturales y religiosas. El extranjero, sin saberlo, nos lleva a hacer más profunda nuestra fe y a vivir el Evangelio de un modo más auténtico. Las parábolas y los ejemplos de la vida de Jesús se nos muestran bajo una nueva luz. Entonces, con los amigos musulmanes, que creen en el único Dios, puede nacer una verdadera solidaridad espiritual, a través de unos gestos que a veces tienen el sabor de la eternidad y son el signo de una comunión auténtica.
Ello es posible porque como cristianos y musulmanes creemos profundamente en la fraternidad en Adán (somos todos criaturas de Dios) y en Abraham. Pero, desde la venida de Jesús, para nosotros la fraternidad entre todos los hombres tiene su fuente en nuestra fe en Jesús muerto y resucitado para que todos tengan la vida. Creemos que Jesús está misteriosamente presente en nuestros encuentros.

[Texto original: francés]

– Prof. Raymond RANJEVA, Antiguo Vice-Presidente de la Corte Internacional de Justicia (Países Bajos), Miembro del Pontificio Consejo Justicia y Paz (Citad del Vaticano) (MADAGASCAR)

Aspectos de la Verdad
-Verdad de los hechos – prevenir contra las revelaciones malévolas de una realidad material y sensible.
– Verdad de los compromisos – pacta sunt servanda
– Verdad en el ejercicio de las responsabilidades- testimonio activo
La Verdad y sus funciones en la reconciliación
-Rechazo de la instrumentalización que favorezca el odio y la manipulación cf. Justicia política
-Conocimiento y medida de las situaciones de injusticia y de ruptura de la paz
– Poner en marcha correcciones y dar fin a situaciones de injusticia
– Erradicar las causas que convierten la falsa justicia en falsas verdades.
Carácter insuficiente de un enfoque puramente humano de la Verdad:
-Ausencia de garantías con respecto al relativismo: relación de fuerza, cálculo, actuar con astucia
– Necesidad de tomar en cuenta las consideraciones religiosas de la fe
– Quitarle el barniz al hecho religioso
-Interpelación permanente basada en la Palabra de Dios
Doctrina Social de la Iglesia
– Marco intelectual y doctrinal del análisis de los aspectos de la reconciliación, la justicia y la paz
-en el triple plan ético, normativo e institucional
-en el marco del cambio de mentalidades y estructuras.
– Es una cuestión de toda la Iglesia-interacción permanente horizontal y vertical.

[Texto original: francés]

– Dra. Elena GIACCHI, Ginecóloga del Centro Estudios y Investigación para la Regularización Natural de la Fertilidad, Universidad Católica del Sagrado Corazón, Roma, Italia; Presidente d W.O.O.M.B.-Italia (Coordinación nacionale del Método de Ovulación Billings-Italia) (ITALIA)

La enseñanza y difusión del Método de Ovulación BillingsTM (MOB) en todo el mundo, han ido siempre acompañados de la propuesta de un estilo de vida que promueva el amor conyugal, la unidad de la familia, el respeto por la mujer y la apertura generosa a acoger la vida. Por su simplicidad el MOB puede ser usado por todas las parejas, independientemente del nivel de instrucción, la religión, e el estatus socioeconómico, y ser acogido no sólo por los católicos, sino por musulmanes, hindúes, y personas de cualquier credo religioso. La pareja puede gestionar la propia fertilidad de modo natural, tanto para lograr como para evitar el embarazo en cualquier momento de la vida fértil: ciclos regulares, irregulares, lactancia, premenopausia. La enseñanza del método contribuye a: 1) Promover la familia y la procreación responsable en el respeto por la vida, el amor y la fidelidad conyugales; 2) Promover la dignidad de la mujer; 3) Prevenir el aborto; 4) Evitar el recurso a la fecundación artificial permitiendo a las parejas menos fértiles lograr el embarazo en el respeto de los valores éticos; 5) Prevenir las enfermedades de transmisión sexual, educando a los jóvenes en una sexualidad madura que integre la dimensión espiritual, corporal y psicológica. El MOB puede favorecer la difusión de valores humanos y cristianos contribuyendo al compromiso pastoral de evangelización.

[Texto original: italiano]

INTERVENCIÓN DEL INVITADO ESPECIAL RODOLPHE ADADA, EX REPRESENTANTE ESPECIAL CONJUNTO DEL SECRETARIO GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS Y DEL PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE LA UNIÓN AFRICANA EN DARFUR (SUDÁN)

Introducción

Para mí es un honor inmenso poder dirigirme, en presencia de Vuestra Santidad, a este areópago de Príncipes de la Iglesia, reunidos en este recinto sagrado.
Como sabéis, ya no estoy a cargo de la MINUAD (Misión de las Naciones Unidas y de la Unión Africana en Darfur) y las opiniones que expreso son responsabilidad mía. El debate sobre el Darfur está tan polarizado que es difícil mantener una posición objetiva. Es lamentable, sobre todo porque sólo un enfoque neutral puede garantizar unas soluciones duraderas.
Delante de Vuestra Santidad, querría dar un testimonio lo menos parcial posible. Sé que puedo hablar con toda serenidad, porque la Iglesia es una fuerza de paz y que la paz exige la verdad.
A fines del año 2005, el Congo fue elegido miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el periodo 2006-2007 y en enero de 2006, el Presidente Denis Sassou-Nguesso fue elegido Presidente en funciones de la Unión Africana. Estas dos decisiones hicieron del Ministro de Asuntos Exteriores del Congo -que entonces era yo-, un observador privilegiado de los grandes problemas que sacudían a África, el primero de los cuales era la crisis del Darfur.
De manera que pude seguir la evolución de este dossier más de cerca. Después de que el Secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, y el Presidente de la Comisión de la Unión Africana, Alpha Oumar Konaré, me eligieran para dirigir la primera Misión híbrida Naciones Unidas/Unión Africana, y el Presidente Denis Sassou-Nguesso manifestara su acuerdo, me sentí honorado por una triple confianza. Era mi deber merecerla.

El conflicto

Se afirma en general que el conflicto del Darfur estalló en febrero de 2003 cuando un grupo rebelde, el «Ejército de Liberación de Sudán» – SLA, por sus siglas en inglés – dirigido por Abdulwahid Mohammed Al Nur atacó Gulu, la capital de Jebel Marra. Más tarde, en abril, este grupo atacó el aeropuerto de EI Fasher, capital del Darfur. A continuación se creó un segundo grupo conocido con el nombre de «Movimiento Justicia e Igualdad» – JEM – dirigido por Khalil lbrahim.
La respuesta del Gobierno sudanés toma entonces la forma de lo que algunos han calificado de «contra-insurrección a la baja», extremadamente violenta, que explota las rivalidades étnico-sociológicas y emplea a los «Janjaweeds», de nefasta reputación.
Las consecuencias son espantosas: cientos de miles de muertos, millones de personas desplazadas (IDP y refugiados), innumerables violaciones de los derechos humanos, una crisis humanitaria sin precedentes.
A menos de 10 años después del genocidio en Ruanda, la crisis del Darfur ha planteado en seguida la cuestión del «genocidio». Conocéis bien la controversia respecto de este punto sensible.Éste podría ser un resumen rápido de la situación. Sin embargo, un análisis más profundo mostraría que el conflicto de Darfur hunde sus raíces en la historia de Sudán. Hay que tomar en consideración tanto la historia, como la marginalización de las regiones periféricas y su subdesarrollo, y el degrado del ecosistema. Se trata de una «crisis de Sudán en Darfur». Esta crisis también está relacionada con la historia del
Chad, país vecino. Por ejemplo, el FROLINAT (Frente de Liberación Nacional del Chad) creado en los años 60 para luchar contra el Presidente François Tombalbaye del Chad, fue fundado en Nyala, en Darfur, y no es casual que el primer mediador en ese conflicto fuera el Presidente chadiano, Idriss Deby. El largo conflicto del Tehad también se ha atribuido a hacer afluir armas ligeras en Darfur.
Se ha dicho que «el Darfur de 1990 carecía de agua, pero en cambio estaba inundado de fusiles».
En realidad, la crisis actual comenzó mucho antes de 2003 por una guerra civil entre los fur y los árabes, en la que cada bando acusaba al otro de intento de genocidio.
He aquí algunas citas:
1. «La guerra sucia que se nos ha impuesto comenzó como una guerra económica, pero en seguida tomó el carácter de un genocidio, que tenía como objetivo expulsarnos de nuestra tierra ancestral (…). Su objetivo es un holocausto total y (…) la aniquilación completa del pueblo fur y de todo lo que es fur».
2. «Nuestra tribu árabe y los fur han coexistido pacíficamente durante toda la historia del Darfur; pero la situación se ha desestabilizado hacia finales de los años 70, cuando los fur lanzaron el eslogan «Darfur a los fur» …. Los árabes eran considerados extranjeros que debían ser expulsados de Darfur …. Son los fur quienes, en su afán de expansión del supuesto «cinturón africano» quieren expulsar a todos los árabes de esta tierra».
Estas palabras cargadas de odio fueron pronunciadas en la Conferencia de Reconciliación, que tuvo lugar en El Fasher del 29 de mayo al 8 de julio de 1989.
Sin embargo, esta dimensión étnica no es más que la punta del iceberg. Este conflicto es mucho más complejo que la descripción maniquea que habitualmente se difunde.

La respuesta de la Comunidad internacional

Además de las organizaciones humanitarias, que siguen realizando un trabajo admirable al servicio del pueblo sudanés de Darfur, la Unión Africana fue la primera en reaccionar. En abril de 2004 organizó las negociaciones que acabaron en la firma del Acuerdo de alto el fuego humanitario de N’Djamena entre el Gobierno de Sudán y los dos movimientos rebeldes, a saber, la SLA de Abdulwahid EI Nur y el JEM de Khalil Ibrahim. Este acuerdo permitió la creación de la MUAS (Misión de la Unión Africana en Sudán), con el apoyo de numerosos donadores, entre los cuales es justo citar por lo menos a la Unión Europea, los Estados Unidos de América y Canadá.
La MUAS comenzó con 60 observadores y una fuerza de protección de 300 soldados, que más tarde aumentó a 7.000 hombres. Era la primera misión de mantenimiento de la paz organizada por la Unión Africana y no fue la más fácil.
La MUAS fue objeto de numerosas críticas por parte de los medios de comunicación occidentales. Estas críticas son injustificadas e injustas.
Esta misión ha realizado un enorme trabajo y merece todos los elogios. En unas condiciones que nadie más quería asumir, estos africanos han asegurado con abnegación y dedicación la presencia de la Comunidad internacional en Darfur.
Han dado testimonio de la compasión humana. Han sentado las bases de lo que hoy es la MINUAD. Sesenta y uno (61) de ellos han realizado el sacrificio supremo. Les debemos respeto.

De la MUAS a la MINUAD

Desde finales de 2005 resultó difícil para la Unión Africana, ante la complejidad de los problemas de toda índole que planteaba la gestión de la MUAS, seguir asumiendo esta responsabilidad. La Unión Africana tomó entonces la decisión de transferir esta carga a la ONU, a quien correspondía la misión. El gobierno sudanés se opuso firmemente a esta decisión. Durante todo el año 2006 se intentó convencer al gobierno de Sudán de que era necesario traspasar esa responsabilidad.
No fue hasta el 16 de noviembre de 2006 que el Secretario general de la ONU, Kofi Annan, que en aquel momento estaba concluyendo su mandato, hizo la propuesta de una Misión híbrida. El gobierno sudanés aceptó y fue el acto que dio nacimiento a la MINUAD, la Misión de las Naciones Unidas y de la Unión Africana en Darfur.
La MINUAD fue formalmente creada por la Resolución 1769 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a través del Informe conjunto del Secretario general de las Naciones Unidas y del Presidente de la Comisión de la Unión Africana. Está previsto que comprenda 20.000 militares, 6.000 policías y 6.000 civiles, convirtiéndose de ese modo en la mayor fuerza de mantenimiento de la paz del mundo. Debería estar dotada de todos los equipamientos necesarios para cumplir su mandato, según el capítulo 7 de la Carta de las Naciones Unidas. Y, de hecho, debía ir precedida de dos «módulos de apoyo» («light support package» y «heavy support package») a la MUAS para reforzarla antes de traspasar la autoridad.
La MINUAD tiene como mandato:
– contribuir al restablecimiento de las condiciones de seguridad necesarias para la aportación de ayuda humanitaria,
– asegurar la protección de la población civil,
– seguir y verificar la aplicación de los distintos acuerdos de alto el fuego y
– contribuir a la puesta en práctica del Acuerdo de paz de Abuja y de cualquier acuerdo posterior.
El despliegue de la MINUAD ha supuesto un gran desafío. Se trata de la mayor misión del mundo en la región más enclavada del mayor país de África. En África, el punto más alejado del mar se encuentra en Darfur. Las infraestructuras de transporte son inexistentes. La MINUAD reemplaza a la MUAS que no se ha podido beneficiar de los «módulos de apoyo» prometidos. Todo ello ha constituido una serie de obstáculos que ha habido que superar.
La reticencia, si no la resistencia del gobierno sudanés a la presencia de una misión de las Naciones Unidas en Darfur también ha sido un problema que ha habido que afrontar. Las condiciones del debate internacional sobre el Darfur habían estigmatizado al gobierno de Sudán que, por su lado, no veía en la «comunidad internacional» más que a una fuerza cuyo objetivo era provocar la caída del régimen. Pero, con la ayuda de la Unión Africana, fue posible disminuir la suspicacia hacia la MINUAD. Para ello ha sido necesario trabajar estrechamente con el gobierno. Creo que hoy el gobierno sudanés está convencido de que la MINUAD es una fuerza de paz y no la vanguardia de una fuerza de invasión. Se ha creado una Comisión tripartita (ONU-UA y gobierno de Sudán) para resolver cualquier problema relativo al despliegue de la MINUAD.
Este compromiso por mi parte con el gobierno sudanés no siempre ha sido bien visto o comprendido.
La mayoría de las misiones de mantenimiento de la paz están desplegadas en «estados en quiebra», en los que el gobierno es, o bien inexistente, o bien impotente (Bosnia, Kosovo, Timor, etc…). En esos casos, la Misión de la ONU se convierte en un verdadero gobierno y el Representante especial, casi equivale al Jefe de gobierno. No es el caso de Sudán. Las Naciones Unidas deben realizar, sobre este punto, una verdadera «revolución cultural».
En la actualidad, se puede considerar que el núcleo de las tropas estará sobre el terreno hacia finales de año. No obstante, cabe observar que algunos medios técnicos prometidos después de los «módulos de apoyo» todavía no se han proporcionado, de modo particular, los helicópteros militares que permitirían un incremento de la movilidad en un territorio del tamaño de Francia. Es una de las inconsecuencias de las decisiones de la «comunidad internacional».
Igualmente la MINUAD ha tenido que hacer frente al recelo y a la misma hostilidad de los desplazados. Hacer aceptar la MINUAD a estos desplazados y a los movimientos armados ha sido bastante difícil. Muchos de ellos rechazan su «carácter africano».
Por otra parte su hostilidad al Acuerdo de Abuja, cuya puesta en práctica la MINUAD debería asegurar, complica todavía más la situación. Pero, nuestra acción sobre el terreno y, sobre todo, su crisis en el campo de Kalma, donde una «operación policial» ha conducido a la muerte de 38 despl
azados, la expulsión de trece ONG internacionales y los combates Muhajeriya et Umm Baru entre la JEM y las fuerzas gubernamentales, la MINUAD ha ofrecido asistencia a los heridos de dos campos, siempre protegiendo a los millares de civiles que habían encontrado refugio en ella y, como decía, nuestra acción sobre el terreno ha convencido a los desplazados de la imparcialidad de la MINUAD en la puesta en práctica de su tarea. Aquéllos elaboraron una conmovedora carta que consideramos una verdadera condecoración.
Hoy la MINUAD está presente por todas partes en Darfur. Todos los componentes de la Misión, los militares, la policía, los civiles (acciones políticas, relaciones civiles, Derechos del Hombre y el DDDC (Diálogos y Consultaciones Darfur-Darfur), mantienen relaciones regulares con todas los sectores y con la sociedad civil, así como con toda la población. Ellos observan la situación cotidianamente y bien pueden rendir cuenta de ésta. Participan también con éxito a la resolución de las peleas locales.

La situación actual en Darfur

Durante los veintiséis meses que he pasado en Darfur como dirigente de la MINUAD, he podido observar un mejoramiento gradual de la situación relacionada con la seguridad de Darfur, a pesar de la persistencia de dos importantes situaciones de riesgo: por una parte, las continuas operaciones militares entre la JEM y las fuerzas gubernamentales, por otra, el deterioro de las relaciones entre Chad y Sudán. A esto conviene añadir los enfrentamientos intertribales y el aumento del bandidaje, causado sobre todo por el brusco descenso de la ley y el orden.
La criminalidad y el bandidaje son actualmente las preocupaciones principales en relación a la seguridad. Observamos además una nueva tendencia al rapto de las personas a cambio de rescates. La estrategia de la MINUAD para proteger los civiles tiene por objeto atacar todas las causas de peligro para la inocente población civil. Para la MINUAD, se trata de reforzar su presencia en los campos de refugiados (ahora presente las 24 horas del día en los 15 campos) y de multiplicar el número de patrullas policiales y militares en las ciudades y pueblos.
Dicho esto, sin embargo, la situación se ha modificado radicalmente después del intenso periodo del 2003-2004 en que decenas de miles de personas fueron asesinadas. Hoy, en términos puramente numéricos, podemos decir que el conflicto del Darfur es un conflicto de baja intensidad. No quisiera insistir sobre la contabilidad macabra que apasiona a los medios de comunicación; un muerto es un muerto de más y las cifras que he citado al Consejo de Seguridad eran sólo para ilustrar el análisis.
¡Esto no permite en ningún caso afirmar que el conflicto de Darfur se haya resuelto! Porque, efectivamente, el conflicto de Darfur continúa. Los civiles siguen corriendo riesgos inaceptables. Millones de personas todavía viven en los campos de desplazados o son refugiados. Debido a la inseguridad, estas personas no pueden volver a sus casas para retomar una vida normal. No se ha encontrado todavía ninguna solución frente a las graves injusticias y crímenes cometidos, de manera particular a los acaecidos durante las hostilidades entre 2003-2004.
El progreso que observamos en el terreno debe consolidarse mediante un acuerdo de paz que debería ser inclusivo. Éste deberá comprender no solamente los Movimientos armados, sino también el conjunto de componentes de la sociedad de Darfur, incluyendo la sociedad civil, los desplazados los refugiados, sin olvidar a los Árabes que con frecuencia suelen asimilarse a los Janjaweeds. En efecto, sólo un acuerdo político, aceptado y compartido por todos, puede traer consigo una paz duradera en la región de Darfur.
En realidad, lo que más falta hace al MINUAD en la actualidad es un acuerdo de paz. En efecto, la misión para mantener la paz, no tiene paz que mantener.
No puede haber una solución militar al problema de Darfur porque simplemente no es posible. Nadie tiene los medios para ganar militarmente. Así, la única opción es un acuerdo político y dicho acuerdo deberá tener cuenta de todos los aspectos del problema, locales, regionales, políticos, socioeconómicos, sin olvidar la grave problemática humanitaria.
Las diferentes tentativas de negociación después de 2003, no consiguieron encontrar una solución. El Acuerdo de Abuja, firmado el 5 de mayo de 2006, no ha sido inclusivo y ha sido rechazado por una gran parte de la población de Darfur. La mediación actual de la UA-NU deberá considerar y buscar la participación de todos.
Los próximos dos años son cruciales para Sudán. Las elecciones generales han sido previstas para abril de 2010 y, en el año 2011, se llevará a cabo también un Referéndum sobre la autodeterminación del Sur de Sudán. Es necesario que en Darfur participe en unas elecciones justas y transparentes y para que el ejercicio de la autodeterminación del Sur se desarrolle en buenas condiciones, debe ser resuelto el problema de Darfur. Y es poco decir que el tiempo apremia.

Paz, justicia y reconciliación

Todavía no han sido tratadas las terribles violaciones de los Derechos Humanos que han sido cometidas en Darfur, especialmente entre 2003 y 2004. La Paz y la Justicia son las dos caras de una misma moneda. Y el problema no es saber si la Justicia debe pasar, sino cómo.
El Fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) ha solicitado y obtenido la expedición de un mandato de arresto del Presidente de Sudán.
La MINUAD ha insistido siempre sobre el hecho de que esta cuestión estaba fuera de su mandato y nunca ha comentado dicha decisión de justicia. Sin embargo, este problema domina todo el debate y todo el proceso para tratar el problema de Darfur. La Unión Africana, que ha precisado que no tolera caso alguno de impunidad, ha solicitado que ese mandato de arresto sea pospuesto para dar la posibilidad de conseguir la paz, pero el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no ha alcanzado un acuerdo sobre la aplicación del artículo 16 del Estatuto de Roma. Esto ha llevado a la Unión Africana a solicitar a sus miembros que no ejecuten el mandato de arresto.
Expresándome de manera estrictamente personal, considero que hoy estamos frente a un estancamiento de la situación. La ejecución de un mandato de arresto contra un Jefe de Estado en ejercicio no es nada fácil, y por eso se puede entender la reticencia a negociar, expresada por parte de algunos movimientos armados: «Por qué negociar con un criminal en proceso de arresto?».
La Unión Africana ha decidido nombrar una Comisión de Alto Nivel (AU High level Panel on Darfur) presidida por el presidente Thabo Mbeki (ex-presidente del Sudáfrica) que comprende, entre otros, al presidente Abdusalami Aboubakar (ex- presidente de Nigeria) y Pierre Buyoya (ex-presidente del Burundi), para analizar el problema de la paz, de la justicia y de la reconciliación y elaborar propuestas. La Comisión está compuesta por eminentes expertos y conocedores de los problemas de Darfur, del Sudán y de la justicia. He sido escuchado por dicha Comisión, así como más de 3000 personas. La MINUAD y, más precisamente, su componente DDDC (Darfur-Darfur-Dialogue and Consultations), ha brindado todo su apoyo para sostener la Comisión.
La Comisión ha debido presentar su Informe ayer, 8 de octubre. Este Informe debería incluir las líneas programáticas para salir del estancamiento. La comunidad internacional debería considerar este Informe con objetividad y espíritu constructivo. La Iglesia, fuerza de paz, autoridad moral superior, podría interesarse por el trabajo de esta Comisión. ,Tal vez, podríamos encontrar una salida a este estancamiento.

Conclusión

La MINUAD es un instrumento extraordinario de la paz , único en su género, habiendo nacido por la voluntad de dos organizaciones: la Unión Africana y las Naciones Unidas. Es responsabilidad de la Comunidad internacional hacer buen uso de ésta. Hubo una época en la que el hibridismo era sinónimo di bastardía y de defecto pero hoy, cuan
do se habla de automóvil híbrido, se está en la cúspide del progreso.
La MINUAD representa a la Comunidad Internacional en su conjunto y no a uno u otro miembro.
Por esto se necesita reforzar la MINUAD y otorgarle todos los medios de los cuales tiene necesidad y, sobre todo, el Acuerdo de paz. Los hombres y las mujeres que sirven a la Comunidad Internacional en este frente no dejan de demostrar su dedicación y abnegación.
Lo más importante es que la cooperación entre los promotores de la MINUAD, la Unión Africana y las Naciones Unidas, siga siendo sincera. El carácter híbrido de la MINUAD, que ha sido un verdadero visado de ingreso de las Naciones Unidas en Darfur, no debe aparecer como una simple astucia, como un «caballo de Troya». La Unión Africana no debe ser un «sleeping partner», sino que debe desarrollar toda su función. De otra manera, se asegura la derrota.
Sudán es el más grande país africano. Es un punto de unión de dos mundos: África y el Mundo árabe. Limita con nueve (9) países africanos. Puede decirse que desde su Independencia (1 enero de 1956) ha conocido la paz solo esporádicamente.
El Acuerdo global de paz (CPA) que puso fin a más de 20 años de guerra civil entre el Norte y el Sur, ha suscitado muchas esperanzas. Por primera vez se comienza a vislumbrar un Sudán democrático.
En el momento en el cual la violencia parece mermar en Darfur, preocupa observar que justamente ahora en el Sur han vuelto a haber masacres. ¿Quizás es la paz «la roca de Sísifo» que, para mayor desgracia de los sudaneses, vuelve a caer después de haber alcanzado la cima de la montaña?
Sudán es uno. Se necesita que la comunidad internacional piense en un «Sudán» y no en «Darfur y el Sur». En esta visión holística, la Iglesia tiene un papel importantísimo a favor de un Sudan plural, entre el Sur cristiano y animista y el norte musulmán, donde está Darfur.
Fue el sueño de un gran sudanés, John Garang, el sueño de una nuevo Sudán, en paz, al interior de una África en paz.

[Texto original: francés]

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ZENIT Staff

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