Intervenciones en el Sínodo en la mañana del 14 de octubre

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 16 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- Publicamos la síntesis de las intervenciones que se pronunciaron en el Sínodo de los Obispos durante la décimo cuarta congregación general que se celebró en la mañana del lunes, 14 de octubre.

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Padres sinodales:

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– S. Em. R. Card. Tarcisio BERTONE, S.D.B., Secretario de Estado (CIUDAD DEL VATICANO)
– B. E.ma Card. Emmanuel III DELLY, Patriarca de Babilonia de los Caldeos, Jefe del Sínodo de la Iglesia Caldea (IRAK)
– S. Em. R. Mons. Marian GOŁĘBIEWSKI, Arzobispo de Wrocław, Breslavia (POLONIA)
– S. Em. R. Mons. Petro Herkulan MALCHUK, O.F.M., Obispo titular de Media, Obispo auxiliar de Odessa-Simferopol (UCRANIA)
– S. Em. R. Mons. Ruy RENDÓN LEAL, Obispo Prelado de El Salto (MÉXICO)
– S. Em. R. Mons. Angelo AMATO, S.D.B., Arzobispo titular de Sila, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos (CIUDAD DEL VATICANO)
– S. Em. R. Mons. Marin BARIŠIĆ, Arzobispo de Split-Makarska (CROACIA)
– S. Em. R. Mons. Javier ECHEVARRÍA RODRÍGUEZ, Obispo titular de Cilibia, Prelado de la Prelatura personal del Opus Dei
– S. Em. R. Mons. Kurt KOCH, Obispo de Basilea (SUIZA)
– S. Em. R. Mons. Joseph NGUYÊN CHI LINH, Obispo de Thanh Hóa (VIETNAM)
– S. Em. R. Mons. Juan MATOGO OYANA, C.M.F., Obispo de Bata (GUINEA ECUATORIAL)

Oyentes:

– Sr. Andrea RICCARDI, Fundador de la Comunidad de San Egidio (ITALIA)
– Sra. Maria VOCE, Presidente del Movimiento de los Focolares (ITALIA)
– Sr. Luis Fernando FIGARI RODRIGO, Superior General del Sodalitium Vitae Christianae (PERÚ)
– Sra. Michelle MORAN, Presidente del Consejo del Servicio de Renovación Carismática Católica Internacional (I.C.C.R.S.) (GRAN BRETAÑA)
– Prof. Thomas Hong-Soon HAN, Profesor de Economía del «College of Business and Economics», «Hankuk University of Foreign Studies» (Seul); Presidente del Consejo del Apostolado de los Laicos Católicos (COREA)
– Rev.da Hna. Evelyne FRANC, F.d.C., Superiora General de las Hijas de la Caridad de San Vicente de’ Paoli (FRANCIA)
– Prof. Rafael Chainarong MONTHIENVICHIENCHAI, Vice Canciller de la Universidad de San Juan, Bangkok (TAILANDIA)
– Sr. Moysés Louro DE AZEVEDO FILHO, Fundador y Moderador General de la Comunidad Católica Shalom (BRASIL)
– Sra. Ewa KUSZ, Presidente de la Conferencia Mundial de los Institutos Seglares (C.M.I.S.) (ITALIA)
– Rev.da Hna. Jocelyne HUOT, S.F.A., Presidente General del Movimiento «Les Brebis de Jésus», Québec (CANADÁ)
– Sra. Agnes Kam Leng LAM, Presidente de la Asociación Católica Bíblica de Hong Kong (CHINA)
– Sra. Teresa Maria WILSNAGH, Directora Regional de la «Catholic Bible Foundation» (C.B.F.) de Cape Town, Durban y Johannesburg (SUDÁFRICA)
– Sr. Amel Diockel SARR, Catequista de la Archidiócesis de Dakar (SENEGAL)
– Sr. Daniele BOSCARO, Jefe de Clan de la Asociación de Guías y Scouts Católicos Italianos (A.G.E.S.C.I.), Padua (ITALIA)
– Rev.da Hna. M. Clare MILLEA, A.S.C.J., Superiora General de las Apostolas del Sagrado Corazón de Jesús (ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA)
– Rev.da Hna. M. Viviana BALLARIN, O.P., Superiora General de las Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Siena, Presidente de la Unión de las Superioras Mayores de Italia (U.S.M.I.) (ITALIA)
– Sra. Natalja FEDOROVA BOROVSKAJA, Profesora de la Universidad Estatal Rusa de Humanidades de la Academia Rusa de Bellas Artes (FEDERACIÓN RUSA)
– Sra. Silvia SANCHINI, Presidente Nacional Femenino de la Federación Universitaria Católica Italiana (F.U.C.I.) (ITALIA)

PADRES SINODALES:

– S. Em. R. Card. Tarcisio BERTONE, S.D.B., Secretario de Estado (CIUDAD DEL VATICANO)

«Queridos jóvenes, os exhorto a adquirir intimidad con la Biblia, a tenerla a mano, para que sea para vosotros como una brújula que indica el camino a seguir». Es la conclusión práctica del Mensaje de Benedicto XVI a los jóvenes de todo el mundo con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud del 2006. Es una consigna que confirma la que se dio a su vez en la JMJ de Colonia 2005 y que recibe un desarrollo ulterior en otro de sus discursos en la Plaza de San Pedro el 6 de abril de 2006, respondiendo a una pregunta realizada por un joven sobre el sentido de la Biblia en la vida de un joven creyente.
Es un tríptico que manifiesta una precisa convicción del Papa: en el Libro Sagrado debidamente encontrado, la fe juvenil encuentra una orientación indispensable (brújula), teniendo, por otra parte, un especial cuidado en que el encuentro con la Biblia se convierta en encuentro con Cristo.
Un foso para superar
Tomada por sí misma, la Biblia no logra suscitar ante los ojos de un joven, sobre todo si está en la primera adolescencia, una particular atracción o apego. Se ha comprobado una sustancial indiferencia hacia una fe comunicada a través de la Sagrada Escritura, con respecto, en cambio, al testimonio dado por una persona creyente, indiferencia que se acompaña de una notable proporción de ignorancia y sobre todo de la dificultad para advertir su valor vital. Entre quienes prácticamente nunca tienen un contacto personal con la Biblia (el 80 % de los italianos) el número más elevado se registra en la franja de los adolescentes entre los 14 y los 19 años. Solamente el 13 % considera que «si uno cree en Dios debe leer y meditar la Biblia u otros textos sagrados», colocando dicha lectura en el undécimo lugar entre 16 item.; el 7% señala luego «el rezar leyendo, meditando la Biblia u otros textos religiosos» (Cfr. Aa. Vv., La religiosità in Italia, Mondadori, Milán, 1995).
Sin embargo, se observa en muchos de estos jóvenes una sorprendente disponibilidad hacia la Biblia cuando la sintonía con ellos se alcanza no tanto, por lo menos al comienzo, mediante la autoridad de una página bíblica llamada Palabra de Dios, sino gracias a algunos adultos que les hacen de educadores pacientes y testigos creíbles del personaje más grande que es la figura de Jesús, personas que, en fin, cuando dicen Palabra de Dios, la muestran en sus propias vidas. Si el adulto, como educador-amigo, logra abrir la puerta del corazón del joven, entonces la Escritura se puede proponer como un regalo que lleva consigo todas las cualidades de la Palabra de Dios según la codificación bíblica, con una peculiar caracterización para el alma del joven. Así el joven crecerá y apreciará el protagonismo de los jóvenes en la Biblia y especialmente en los Evangelios; pondrá a Jesús en su «diario del alma» (tenemos muchos ejemplos en los diarios de los jóvenes); apreciará también todas las imágenes deportivas presentes en la Biblia con originales aplicaciones para la vida virtuosa (ej. Michel Quoist).
Conclusión
De la extensa intervención de Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro, mencionada antes, que impresionó a todos en general por la claridad y a la vez por la carga de convicción del Papa, hemos recogido una pedagogía del acercamiento que el mismo Santo Padre ha sintetizado así: «Creo que debemos aprender estos tres elementos: leerla en conversación personal con el Señor; leerla acompañados por maestros que tienen la experiencia de la fe, que han penetrado en el sentido de la sagrada Escritura; leerla en la gran compañía de la Iglesia, en cuya liturgia estos acontecimientos se hacen siempre presentes de nuevo, en la que el Señor nos habla ahora a nosotros, de forma que poco a poco penetramos cada vez más en la sagrada Escritura, en la que Dios habla realmente con nosotros hoy».

[00250-04.04] [NNNNN] [Texto original: italiano]

– B. E.ma Card. Emmanuel III DELLY, Patriarca de Babilonia de los Caldeos, Jefe del Sínodo de la Iglesia Caldea (IRAK)

Soy un hijo de la tierra de Abrahán, Irak. Estoy seguro de que la mayoría de los presentes en esta bendita asamblea desea tener alguna información sobre la situación de Irak, de este país torturado y ensangrentado.
Mis palabras no serán una lectura política, sino el breve flash informativo de un padre que desde hace medio siglo vive con sus hijos espirituales y ve a sus conciudadanos sufrir y morir. Que siente el sacrosanto deber de defender los derechos de la Iglesia y de sus fieles, y la tarea de exhortar a los responsables a proseguir los caminos de la paz y la seguridad. Digamos la
verdad: no hemos dejado nada por intentar a fin de obtener la paz y la tranquilidad para nuestro país.
La situación en algunas zonas de Irak es desastrosa y trágica. La vida es un calvario: no hay paz ni seguridad, y faltan los elementos básicos en la vida de todos los días. Siguen faltando la electricidad, el agua o la gasolina; la comunicación telefónica es cada vez más difícil, carreteras enteras están bloqueadas, las escuelas cerradas o siempre en peligro, los hospitales trabajan con el personal reducido, la gente teme por su incolumidad. Todos temen los secuestros y las intimidaciones. ¿Y qué decir de todos los secuestros injustificables que se llevan a cabo cotidianamente, en perjuicio de familias enteras que se ven a menudo privadas de sus seres queridos, a pesar de haber desembolsado decenas de miles de dólares para una liberación que nunca llegó? Por no hablar del número cada vez mayor de muertos causados por los coches bomba y los kamikazes con cinturones de explosivos.
Vivir la Palabra de Dios significa para nosotros dar testimonio de ella incluso a costa de la propia vida, como sucedió y sigue sucediendo hoy con el sacrificio de obispos, sacerdotes y fieles. Ellos siguen en Irak, fuertes en la fe y el amor de Cristo, gracias al fuego de la Palabra de Dios. Por este motivo, os suplico que recéis por nosotros y con nosotros al Señor Jesús, Palabra de Dios, y que compartáis nuestra preocupación, nuestras esperanzas y el dolor de nuestras heridas, a fin de que la Palabra de Dios hecha carne permanezca en su Iglesia y junto a nosotros, como buen anuncio y como apoyo. Dieciséis de nuestros sacerdotes y dos obispos han sido secuestrados y liberados después de un rescate muy elevado. Algunos de ellos pertenecen a la lista de nuevos mártires que rezan hoy por nosotros desde el Cielo: el arzobispo de Mosul, Faraj Rahho, el padre Raghid Ganni, otros dos sacerdotes y otros seis jóvenes.

[00223-04.04] [IN191] [Texto original: italiano]

– S. Em. R. Mons. Marian GOŁĘBIEWSKI, Arzobispo de Wrocław, Breslavia (POLONIA)

Desde hace algunos decenios el método histórico-crítico es la modalidad de acercarse a la Biblia dominante en la exégesis. Este método ha dado muchos frutos positivos en el estudio de la Biblia. Se sabe, sin embargo, que este método hoy es insuficiente. Por esto, en los últimos años se han ido desarrollando otros métodos de investigación sobre el texto inspirado. Por ejemplo, los métodos lingüísticos – el narrativo y el estructural – y la lectura de la Biblia en el espíritu de la psicología de lo profundo son cada vez más importantes. Parece justa la petición de tratar todos los métodos como complementarios y no considerar ninguno como dominante. De este modo, los resultados de la investigación exegética revelan al lector el sentido pluridimensional del fragmento analizado. Permitirán descubrir muchos significados y no se limitarán sólo a uno. Sin embargo, la tarea del exégeta no acaba en el descubrimiento de ese sentido pluridimensional del fragmento analizado (literal, histórico, simbólico, alegórico y espiritual). Subsiste una pregunta de carácter sumamente práctico: ¿cómo relacionar con la vida de cada uno de los fieles y de enteras comunidades eclesiales ese texto, cuyo significado por fin se ha descubierto? ¿Cómo pasar del texto a la vida y de la vida al texto? El lector contemporáneo de la Biblia exige a los exégetas y teólogos que sepan sacar de la Escritura principios y criterios, los cuales deberían ser normativos en cada uno de los campos de la vida personal y comunitaria. A este propósito, los más importantes serían los principios y criterios de naturaleza general; de éstos, en cambio, habría que sacar los principios más detallados, capaces de responder a las cuestiones morales planteadas por los bioéticos, los ecólogos, los médicos, los psicólogos, los sociólogos y también los políticos. Asimismo, es importante el movimiento en dirección opuesta: de la vida a la Biblia. Es cada vez más manifiesta la petición de que no sólo el creyente lea la Biblia, sino que la Biblia se convierta también en factor interpretativo de su vida, es decir, que la Biblia «lea» la persona humana. El creyente no debería únicamente saber sacar de la lectura de la Sagrada Escritura los principios para su acción, sino que debería saber también mirarse en la Biblia como en un espejo.

[00218-04.03] [IN186] [Texto original: italiano]

– S. Em. R. Mons. Petro Herkulan MALCHUK, O.F.M., Obispo titular de Media, Obispo auxiliar de Odessa-Simferopol (UCRANIA)

En mi relación me refiero al punto 21, en el que se dice que a la luz del Concilio Vaticano II y del Magisterio sucesivo, hay que prestarle la atención necesaria y la reflexión específica a los sentidos bíblicos, es decir, al histórico-literal y al teológico-espiritual.
Una realidad en la cual se encuentran los destinatarios de la Palabra nos hace ver que algunos descubren el sentido histórico-literal y se quedan ahí; otros , en cambio, llegan a descubrir el sentido teológico-espiritual.
El punto central, por lo tanto, es el sentido teológico-espiritual.
Ya san Jerónimo dijo, y el Vaticano II repitió; «Las divinas escrituras tienen que leerse e interpretarse con la ayuda del mismo Espíritu Santo mediante el cual fueron escritas»…
Parece ridículo, pero a veces sucede que precisamente algunas personas llamadas al servicio de la Palabra pueden llegar a ser un obstáculo para ella. ¿Rezo el Rosario todos los días antes de la Santa Misa, durante todo el año?..¡NO! Es el mes de octubre, entonces se reza el rosario y ya está.¿Alguien ha visto rezar el Via Cruscis todos los días durante la Cuaresma?…., ¡es suficiente el viernes!¿Confesarse una vez al mes? …, ¡pero si basta con una vez al año!. Y así comienza a faltar la Palabra rezada y la Palabra que vivifica, es decir, el sacramento de la confesión.
Qué actual es la exhortación de san Francisco que dice a sus hermanos: «La letra mata, pero el espíritu vivifica. Son matados por la letra aquellos religiosos que no quieren seguir el espíritu de la divina letra, sino que desean más bien saber únicamente las palabras e interpretarlas para los otros. Y son vivificados por el espíritu de la divina letra aquellos que no atribuyen al cuerpo toda la letra que saben y desean saber, sino que, con la palabra y el ejemplo, la devuelven al altísimo Señor Dios, de quien es todo bien».
Por lo tanto, mi propuesta es: prestar mayor atención no solamente a los documentos oficiales de la Iglesia sino sobre todo darle su justo lugar en la pastoral al sacramento de la Reconciliación. Utilizarlo y ponerlo al servicio especialmente en los seminarios y en la actividad pastoral. El análisis evidencia el hecho de que en las comunidades, y especialmente en las parroquias, en las que falta la Confesión, la frecuencia disminuye y la espiritualidad se vuelve menos profunda.

[00219-04.04] [IN187] [Texto original: italiano]

– S. Em. R. Mons. Ruy RENDÓN LEAL, Obispo Prelado de El Salto (MÉXICO)

La Palabra de Dios la encontramos, en primer lugar, en la Sagrada Escritura, cuando con fe y humildad es recibida y llevada a la oración. Dios también nos habla a través de las obras creadas, lo mismo que a través de la Liturgia sobre todo la Celebración Eucarística. Otras presencias de esta Palabra Salvífica las tenemos en los acontecimientos, en el Magisterio de la Iglesia y en nuestro prójimo, sobre todo en el más pobre, en el que sufre.
1.Encontrar y escuchar la Palabra. La Iglesia debe favorecer, en su Pastoral, la lectura y el conocimiento de la Biblia. Todos los bautizados debemos estar empeñados en suscitar en nosotros y en los demás un encuentro profundo con Jesucristo, Palabra eterna del Padre, a fin de lograr una fuerte experiencia de Dios y una auténtica conversión. Este encuentro con la Palabra reclama una escucha atenta con el corazón.
2.Orar y celebrar la Palabra. A través de diversos métodos, en especial la Lectio divina,
la Palabra, llevada a la oración, se convierte para nosotros en fuente de agua viva. Asimismo, en la Liturgia de la Palabra, bien preparada y bien ejecutada, de cada una de las Celebraciones Sacramentales, la Palabra proclamada con su fuerza salvífica, es capaz de transformar la vida de los creyentes.
3.Vivir y transmitir la Palabra. La sociedad contemporánea exige de los cristianos testimonio de lo que somos y hacemos. No basta con llamarnos cristianos católicos, más aún, no basta con rezar y participar en los Sacramentos. El testimonio de unidad y de una vida congruente con el Evangelio deberán ser distintivos de todos los bautizados. El empeño por compartir nuestra experiencia de fe, nos llevará, sin duda, a transmitir con nuestras palabras, obras y actitudes, la Palabra de Dios a los demás.

[00209-04.03] [IN177] [Texto original: español]

– S. Em. R. Mons. Angelo AMATO, S.D.B., Arzobispo titular de Sila, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos (CIUDAD DEL VATICANO)

Jesús dice: «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas» (Mt 11,29). A lo largo de dos milenios, hombres y mujeres, pequeños y mayores, sabios e ignorantes, en Oriente como en Occidente, han seguido las enseñanzas del Señor Jesús, quien ha hecho resonar en sus mentes y sus corazones un mandamiento sublime: «Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial» (Mt 5,48). No una perfección a medida de hombre, sino a la altura de la perfección divina, ésta es la meta a la que tenemos que llegar. Con sencillez y humildad, incluso personas jóvenes – como santo Domingo Savio de catorce años o Laura Vicuña de trece – han tomado en serio la invitación del Señor y han llegado a ser santos.
Su biblioteca estaba formada principalmente por la vida y la palabra de Jesús: bienaventurados los pobres, bienaventurados los que lloran, bienaventurados los mansos, bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, bienaventurados los misericordiosos, bienaventurados los limpios de corazón, bienaventurados los que trabajan por la paz, bienaventurados los perseguidos. Los santos, al comprender que las bienaventuranzas son la esencia del Evangelio y el retrato mismo de Jesús, le imitaron.
Ayer fueron canonizados cuatro nuevos Santos, pertenecientes a tres continentes distintos. Entre ellos, una joven religiosa, Sor Alfonsa Muttathypadathu, la primera santa india, una noble figura de mujer alegre y fuerte. También la perfección de su santidad se ha medido con la palabra de Jesús: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» (Mc 8,34). Sor Alfonsa aceptó sus achaques físicos y sus aflicciones morales – como la incomprensión y el desprecio – viviendo sine glossa su personal via crucis en el seguimiento del Señor Jesús. Al final de su breve existencia, Sor Alfonsa podía repetir con san Pablo: «Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en mi carne, en favor de su cuerpo que es la Iglesia» (Col 1,24). Como ayer, todavía hoy son innumerables los fieles que cotidianamente convierten en carne y sangre las palabras de Jesús. Y se santifican.

[00214-04.03] [IN182] [Texto original: italiano]

– S. Em. R. Mons. Marin BARIŠIĆ, Arzobispo de Split-Makarska (CROACIA)

En la Iglesia en Croacia, desde el siglo IX se usa la lengua popular en la liturgia. El encuentro de la Palabra de Dios y la lengua popular se refleja en la palabra croata «pošteno» – que significa honesto, humano, sincero y justo -. Etimológicamente procede del «po-štenju», es decir, según-la-lectura. La norma de la vida humana procedía precisamente de la lectura y de la escucha atenta de la Palabra de Dios (IL nº 27).
Este estilo de vida humana y cristiana surge de la Palabra de Dios, cuya identidad se refleja y expresa en la Iglesia que escucha, en la Iglesia en oración y la Iglesia en servicio.
– A la Palabra de Dios le corresponde y responde la Iglesia que escucha, que es capaz de sentir los problemas específicos de nuestra época (cfr. GS 1), y de dirigir la Palabra adecuada y necesaria al mundo y a la cultura de hoy (cfr. GS 40-45).
– El poder creador y renovador de la Palabra hay que descubrirlo de modo especial en la celebración litúrgica. Desde este manantial la Palabra se lleva a la cotidianidad de la vida.
– Lo que la Iglesia escucha y celebra se traduce en su misión evangelizadora. La plenitud de la alegría que viene de la escucha obediente y de la celebración de la Palabra de Dios no puede dejarnos mudos, sino que nos transforma en protagonistas confiados en la credibilidad del Evangelio, para vivir «pošteno» – según la lectura.

[00215-04.03] [IN183] [Texto original: italiano]

– S. Em. R. Mons. Javier ECHEVARRÍA RODRÍGUEZ, Obispo titular de Cilibia, Prelado de la Prelatura personal del Opus Dei

En la vida de los santos, el encuentro con la Palabra de Dios mediante la lectura de la Sagrada Escritura cambió radicalmente su existencia. Todos nosotros, nuestros sacerdotes y laicos, tenemos que intentar tener una profunda sed de Jesucristo, viviendo cada escena del Evangelio como si fuésemos uno de sus personajes. La Biblia requiere del interlocutor creyente una respuesta: la respuesta de la oración. Es oportuno que nuestros pastores, en el sacramento de la Confesión, recomienden a menudo a los fieles la lectura del Evangelio, enseñándoles a participar en lo que allí se narra, e invitando a los penitentes a que también ellos den este mismo consejo a sus colegas, familiares y amigos. No basta con meditar sobre ideas o escenas que puedan despertar nuestra admiración por la verdad, la bondad o la belleza que reflejan; es necesario conseguir que todos nosotros, los cristianos, como los santos, intentemos llevar estos textos a nuestra vida personal de cada día, para trasformarla. Las mujeres y los hombres necesitan con urgencia cada vez más no ya palabras efímeras y vanas, sino la Palabra de Dios, la única capaz de dar un sentido auténtico a la vida. Sería conveniente promover iniciativas encaminadas a difundir entre los fieles esta actitud de oración y recogimiento interior ante el Evangelio, a fin de que incida realmente en nuestra vida cotidiana. Además, considero muy oportuno cuidar la lectura bien hecha, es decir, vivida realmente, de los textos de la Misa, no como una declamación, sino con la certeza de que Dios está hablando a quien lee y a su comunidad.

[00220-04.03] [IN188] [Texto original: italiano]

– S. Em. R. Mons. Kurt KOCH, Obispo de Basilea (SUIZA)

«La Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor» (DV 21). En general esta orientación no ha sido suficientemente recibida por la conciencia religiosa, como demuestran sobre todo los siguientes cuatro puntos centrales:
1. En Suiza y en Europa en general, gran parte de los miembros de la Iglesia tienen de hecho el status de catecúmenos bautizados, a los cuales les es ajeno no sólo el lenguaje de la fe de la Iglesia, s0ino también el mundo bíblico. Por esto, hoy no se necesitan nuevas vías para acceder a la Palabra di Dios, sino que toda la pastoral debe ser, de manera más decisiva, una pastoral de la evangelización y no puede seguir siendo sólo una pastoral de la sacramentalización.
2. De la Sagrada Escritura se puede hablar solamente si también se habla de la Iglesia como parte de la misma. Así tocamos el punto central del problema ecuménico. En este ámbito, la disputa afecta sólo en la superficie a las instituciones eclesiásticas, como el magisterio y el ministerio mismo. La cuestión crítica es la relación entre la Palabra de Dios y sus testimonios oficialmente encargados.
3. No sólo en la conciencia general de la fe, sino también en las reflexiones se advierten cada vez más las tendencias marcionitas, ya que la unidad del Antiguo y del Nuevo Testamento parece haberse vuelto frágil. El cristianismo, sin embargo, podría apr
ender mucho del judaísmo, por ejemplo, dando un enfoque menos forzado de las Escrituras y de la tradición, ya que para los judíos la Biblia hebrea no es simplemente un libro imprimido, sino una realidad viva.
4. En el diálogo interreligioso hoy se habla abiertamente de las Sagradas Escrituras de los hombres. De esta manera se olvida que el cristianismo no es, lo primero de todo, una religión del Libro, como en el judaísmo y el islamismo. En efecto, la Palabra di Dios es una Persona, el Hijo de Dios hecho carne y, por lo tanto, precede la Sagrada Escritura. Sin una relación íntima de amistad con esta Persona, la letra de la Sagrada Escritura permanece muda. Así pues, la representación de la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia se sostiene y se manifiesta con la renovación de la fe en Cristo hoy.
[00221-04.04] [IN189] [Texto original: alemán]

– S. Em. R. Mons. Joseph NGUYÊN CHI LINH, Obispo de Thanh Hóa (VIETNAM)

El viernes pasado, mi querido hermano vietnamita, su Excelencia Joseph Vo duc Minh, nos ha presentado a grandes rasgos la historia de la evangelización de nuestro pueblo. Me permito seguir su relación haciendo referencia al número 28 del Documento de Trabajo, que trata de la presencia y del papel de la Palabra de Dios en la historia de la Iglesia, con objeto de ilustraros cómo dicha función se ha desarrollado en la vida de la Iglesia en Vietnam.
El Evangelio fue proclamado por primera vez en nuestra tierra a comienzos del siglo XVI, en el doloroso contexto de una guerra intestina entre dos reinos de hermanos enemigos. Milagrosamente, gracias a esta coincidencia, dicha Palabra fue un gran consuelo para los primeros bautizados y, desde entonces, jamás ha dejado de representar un apoyo moral y espiritual, el principio de enriquecimiento para la Iglesia de Vietnam, una de las Iglesias que más persecuciones sangrientas e ininterrumpidas ha sufrido. Sumidos en una historia similar, entretejida de odio, guerras ideológicas y de limitaciones discriminatorias, nuestros cristianos están cada vez más convencidos de que sólo la Palabra de Dios les puede conservar en el amor, en la alegría, en la paz, en la comunión y en la tolerancia.
Desgraciadamente, Vietnam ocupa hoy el primer lugar en número de abortos. Y sin embargo, esta catástrofe ha hecho, paradójicamente, que naciera un movimiento «pro vida» entre los católicos, un movimiento que se ocupa sobre todo de recoger a los niños abortados en los hospitales, de bautizarlos si todavía dan una señal de vida, y de crearles cementerios para sepultarlos. Al principio, esta práctica fue considerada un crimen por las autoridades civiles y por los responsables de los hospitales, pues consideraban que los católicos actuaban clandestinamente. En la actualidad, esta práctica no está autorizada pero se tolera. Algunos cineastas realizan documentarios y los periodistas la elogian a través de los medios de comunicación. ¿Por qué esta evolución? La respuesta es que ahora se reconoce mucho más el testimonio de los cristianos, de quienes viven la Palabra y a la luz de esta Palabra, respetando la vida. Quisiera confirmar la idea que se expone en la Gaudium et spes, número 44: «la Iglesia confiesa que le han sido de mucho provecho y le pueden ser todavía de provecho la oposición y aun la persecución de sus contrarios»
Otro episodio merece ser citado para demostrar que la Palabra de Dios sigue sosteniendo a la Iglesia en Vietnam. Se trata de la conversión en masa de millares de personas pertenecientes a varias minorías étnicas, poco después de la canonización de los 117 Mártires de Vietnam en 1988. Lo curioso es que muchos admitieron haber escuchado la radio Protestante de Manila en Filipinas, pero que se convirtieron al catolicismo en Vietnam. De este modo, los protestantes siembran y los católicos cosechan. La Palabra de Dios, que resuena desde muy lejos alcanzando sus oídos, es la fuente de la esperanza para estas personas que viven en las montañas, empobrecidas y sin futuro.
Para concluir, quisiera subrayar, como cristiano y vietnamita, la convicción de que en las persecuciones nuestra gracia más grande es la fidelidad a la Palabra de Dios.

[00249-04.03] [IN197] [Texto original: francés]

– S. Em. R. Mons. Juan MATOGO OYANA, C.M.F., Obispo de Bata (GUINEA ECUATORIAL)

Geográficamente Guinea Ecuatorial ocupa una posición favorecida, que alcanzaron con facilidad, ya en el sig. XV, algunos misioneros. Sólo cuatro siglos más tarde, los evangelizadores pusieron pie firme y estable en ella. Les fue muy fácil abarcar sus pequeñas dimensiones para llevar la Palabra a todos sus moradores.
Pasado el período de esta primera evangelización, afrontamos, como los demás pueblos, el reto de profundizar en la Buena Nueva que ya recibimos. Más en concreto: como poner bajo la luz del Evangelio nuestras raíces culturales, nuestra tradición, para que lleguemos al «hombre nuevo» al que nos llama Cristo. -Cómo salir, con todos los hermanos, de la pobreza hacia mejores condiciones de vida, sin pesimismos fatalistas ni materialismos egoístas, para vivir, con la dignidad de los hijos de Dios. Y en este doble empeño, no faltan voces y realidades que se erigen en guías, ofreciendo diversos reclamos, con pretensiones de ser la solución adecuada en cada momento. Pero sus propuestas se suceden unas a otras, porque pronto se revelan tan incompletas como efímeras.
La Palabra autorizada. Ser cristiano desde las propias raíces y tradiciones culturales. requiere iluminar éstas con el Evangelio. Y eso sólo es posible cuando se va decididamente tras los pasos de quien enseñó a valorar adecuadamente ambos polos. Y por eso afirmo, por un lado: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los profetas … » (Mt 5, 17) y por otro,» Habéis oído que se os dijo … , pero yo os digo … «(Mt 5, 21 ss).
De igual modo, salir de la pobreza, en solidaridad con los hermanos, alejándonos, tanto del pesimismo fatalista como del materialismo egoísta, supone tener la base consistente en Aquél que enseño: «Donde está tu tesoro, allí está tu corazón» (Lc 12, 34)
La tarea continua de evangelizadores. Nos toca entonces imitar al Sembrador que esparce con abundancia la semilla de la Palabra (cf Mt 13, 1 ss ). Más aún, hemos de hacer nuestra la solicitud del obrero de la higuera, que pide nuevas oportunidades y se ofrece a desarrollar nuevas estrategias, para favorecer más intensamente el crecimiento de la semilla depositada en tierra, y consiguientemente poder esperar con fe activa el correspondiente fruto (cf Lc 13, 8-9).

[00210-04.07] [IN178] [Texto original: español]

AUDICIÓN DE LOS OYENTES:

– Sr. Andrea RICCARDI, Fundador de la Comunidad de San Egidio (ITALIA)

Gregorio Magno enseña que la Palabra crece con quien la lee. Ilumina a los pobres y nos hace comprender que estar cerca de ellos es estar cerca de Cristo. Hace aparecer la dimensión constitutiva del cristiano: el discípulo. Éste se hizo en el mar de Galilea, escuchando a Jesús, antes de ser llamado cristiano en Antioquía. En un tiempo lleno de torbellinos de palabras, la Palabra nos hace madurar en el silencio. De aquí emana una oración que custodia el mundo. A veces la Palabra está encadena por proyectos, protagonismo, lecturas ideológicas. Actualmente la gente se encuentra perdida, tiene miedo al futuro. Hablamos de las dificultades para evangelizar. Pero la gente quiere escuchar. ¿Cómo ayudarla? Nutriéndonos nosotros mismos de la Palabra de Dios. El pueblo escucha a quien la ama. En algunos cristianos y ministros de la Palabra, no se siente este gusto. No hay más que escuchar algunas predicaciones. Sólo existe una manera para todos: la asiduidad de la lectura durante toda la vida. Quien escucha la Palabra sabe hablar a los corazones. Evangelizar no es una técnica, sino un desbordamiento de la Palabra. El Sínodo puede ser el momento oportuno para hacer madurar en el pueblo de Dios una nueva época de amor por la Escritura. Animados por un siglo de cultura bíblica, ¿no es ti
empo de extender la devoción de la Sagrada Escritura entre el pueblo de Dios? El hombre y la mujer cristianos se volverán entonces – dice Crisóstomo – «sencillos con inteligencia» en un mundo complejo.

[00226-04.03] [OD003] [Texto original: italiano]

– Sra. Maria VOCE, Presidente del Movimiento de los Focolares (ITALIA)

Desde los albores del Movimiento de los Focolares, Chiara Lubich, junto a un pequeño grupo de compañeras, emprendió un camino espiritual signado por un profundo redescubrimiento y vida del Evangelio.
Como resultado de esta vida nació una comunidad formada por aquellos que, al entrar en contacto con ellos, comenzaban a su vez a vivir el Evangelio con empeño y entusiasmo, comunicándose entre ellos las numerosas experiencias sorprendentes.
Aún hoy la Palabra de Dios ocupa un lugar central.
Se experimenta la Palabra como una fuente de Dios (cf. DV 7) en la cual saciamos nuestra sed, nutrimos el alma como con la Eucaristía (cf. DV 21).La costumbre de comunicarse mutuamente las experiencias que nacen de la vida de la Palabra, contribuye a suscitar una evangelización cada vez más auténtica.
Sólo así se puede comprender el anhelo de Chiara por dejar a quien la habrían seguido únicamente el Evangelio. «Lo que permanece y permanecerá siempre – ha dicho – es el Evangelio que no sufre el desgaste del tiempo» (…) » de esta manera, la Obra de María quedará en la tierra verdaderamente como otra María: todo Evangelio, nada más que Evangelio y, porque es Evangelio, no morirá» (Cf. C. Lubich. Essere tua Parola, Roma, p. 85).

[00227-04.03] [UD004] [Texto original: italiano]

– Sr. Luis Fernando FIGARI RODRIGO, Superior General del Sodalitium Vitae Christianae (PERÚ)

El Papa Pablo VI ponía de relieve la dimensión comunicativa de la revelación divina, en la Ecclesiam suam. Esto mismo se expresa en aquel bello pasaje del Éxodo donde se nos dice que «Dios conversaba con Moisés cara a cara, como con su amigo». Llegada la plenitud de los tiempos, Dios pronuncia Su Palabra, que está en Dios desde el principio y que es Dios, y se encarna en la Inmaculada Virgen María, por obra del Espíritu Santo. La Palabra Eterna encarnada habla en lenguaje humano y manifiesta el misterio de Dios y su Plan, así como el misterio del ser humano, la grandeza de su vocación y el horizonte de su realización personal.
La Palabra de Dios escrita por inspiración del Espíritu, interpela lo profundo del ser humano y lo invita al apasionante e indescriptible encuentro con el Señor Jesús.
En este camino es fundamental la maestría en un silencio activo que implica no sólo escuchar debidamente sino hacerlo in Ecclesia, abriendo el corazón a la interiorización y adhesión a la Palabra de Dios. La Palabra escuchada y acogida, alimenta en nosotros la fe en la mente, transformando nuestros criterios hasta llegar a tener «la mente de Cristo»; despierta la fe en el corazón hasta llegar a «tener entre nosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús»; y nos impulsa a la fe en la acción, conscientes de que son bienaventurados aquellos que «oyendo la palabra la ponen en práctica». La Virgen María es el modelo de escucha, y respuesta a la Palabra de Dios.

[00228-04.03] [UD005] [Texto original: español]

– Sra. Michelle MORAN, Presidente del Consejo del Servicio de Renovación Carismática Católica Internacional (I.C.C.R.S.) (GRAN BRETAÑA)

Mi comentario versa sobre la relación fundamental que existe entre el Espíritu Santo y la palabra de Dios (IL 3). Renovación Carismática ayuda a promover una nueva apertura a las gracias y a los dones del Espíritu Santo. Está trabajando para producir recursos que ayuden a las personas no sólo a tener acceso a las Escrituras, con todo lo que tiene de importante, sino también a vivir experiencias que cambien su vida a través del encuentro con la Palabra de Dios en la potencia del Espíritu Santo.
Cuando las personas se llenan de fe, sienten hambre de la Palabra de Dios. Algunos no consiguen saciar esta hambre a causa de una predicación en las homilías insuficiente. Sin duda hay que trabajar más en el ámbito de la formación para las homilías de los presbíteros. Sin embargo, para que la predicación sea algo vivo se requieren apertura y docilidad a la fuerza del Espíritu Santo. Querría sugerir que se ofreciese a todas las personas comprometidas en el ministerio de la predicación y de la proclamación la posibilidad de experimentar en su vida una renovación del Espíritu Santo.En la parte tercera del Documento de trabajo, «La Palabra de Dios en la misión d ela Iglesia», se nos dice que, antes de empezar su ministerio público, Jesús estaba lleno de Espíritu Santo y era conducido por el Espíritu (cfr. Lc 4, 1). Así pues, el Espíritu Santo es un requisito fundamental para una evangelización y una misión eficaces. La atención orante hacia la Palabra de Dios, guiada por el Espíritu Santo, nos protegerá del excesivo activismo y nos llevará a un compromiso misionero fecundo para el mundo.

[00240-04.03] [OD017] [Texto original: inglés]

– Prof. Thomas Hong-Soon HAN, Profesor de Economía del «College of Business and Economics», «Hankuk University of Foreign Studies» (Seul); Presidente del Consejo del Apostolado de los Laicos Católicos (COREA)

Mi ponencia se refiere a los acápites 38, 39 y 41 del Documento de Trabajo.
Existe la necesidad urgente de una sólida formación del fiel de Cristo en la Palabra de Dios. Ésta debería ser más que una mera transmisión de conocimientos. La formación en la Palabra de Dios debe ser «performativa» (Spe Salvi nº 2). Debe ser capaz de transformar la vida y debería aspirar a combatir «estructuras de pecado» para crear un mundo mejor en el cual vivir.
La formación performativa en la Palabra de Dios debería comprender una sólida formación en la doctrina social de la Iglesia. En este sentido, el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia puede constituir un válido instrumento. Tenemos necesidad de educadores competentes en el campo de la doctrina social y en el estudio de la Palabra de Dios. La Iglesia debería invertir recursos humanos y financieros en la formación de educadores.
Una formación performativa en la Palabra de Dios exige que toda la Iglesia y todos sus miembros den testimonio con las acciones. Debemos ser conscientes de que se persuade a la gente más con la santidad de vida que con la discusión intelectual.
Los jefes de la Iglesia deben hacer un serio examen de los estilos de vida y de los bienes en el seno de la Iglesia a la luz de la Palabra de Dios, para tomar todas las medidas posibles y promover la doctrina social. Además, cuando se cierran contratos comerciales, la Iglesia debe garantizar que contengan principios de justicia, retribuciones suficientes para vivir y buenas condiciones de trabajo. Desgraciadamente los antecedentes de la Iglesia no siempre han sido satisfactorios.
Espero que el Sínodo promueva un estilo de vida bíblico, propio de una Iglesia que da testimonio y promueve una formación performativa de los laicos.

[00225-04.03] [UD002] [Texto original: inglés]

– Rev.da Hna. Evelyne FRANC, F.d.C., Superiora General de las Hijas de la Caridad de San Vicente de’ Paoli (FRANCIA)

1. La Palabra de Dios en el centro de nuestra vida (Documento de Trabajo n 24, 38, 52)
La Palabra nos despierta cada mañana y nos acompaña durante la jornada con la Liturgia de las Horas, la Eucaristía, los tiempos de oración y de servicio. Ella es al mismo tiempo dulce como la miel y amarga como la hiel; ella consuela y también nos conmueve, nos impulsa mar adentro, nos desestabiliza.
Compartir la Palabra (Lectio divina) aviva nuestro compromiso apostólico, es factor de unidad y camino de perdón, de reconciliación y de discernimiento. Es aún más necesaria en nuestra época en la cual, en los cinco continentes, las Hermanas, cercanas en el corazón y en la vida a los pobres enfrentan a veces situaciones de extrema dificultad . Compartir la Pala
bra refuerza, entonces, su sentido de pertenencia a Cristo, las une a la comunidad que las envía a la misión de la Iglesia.
2. El anuncio de la Palabra a través de nuestro servicio a los pobres (Documento de trabajo n. 36, 39, 43, 44).
La Palabra nos impulsa a servir no sólo para combatir el hambre material, la miseria; nos impulsa también a trabajar por un mundo en el que todos sean respetados, nos impulsa a denunciar las injusticias.
Se impone una doble lectura de la Palabra: leer la vida de los pobres a la luz de las Escrituras y leer las Escrituras desde el punto de vista de los pobres; los pobres que nos evangelizan son sacramento de Cristo en medio de nosotros.
Para terminar, quiero decir algo sobre el anuncio de la Palabra en la pastoral de los jóvenes y en la piedad popular.
Los jóvenes de los cinco continentes responden con entusiasmo a los desafíos lanzados en ocasión de las JMJ: «Vosotros sois la sal de la tierra…Vosotros sois la luz del mundo» (Mt 5, 13-14) en Toronto; «Hemos venido a adorarle» (Mt 2, 2) en Colonia; «Recibiréis una fuerza, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros y de este modo seréis mis testigos»(Hch 1,8) en Sidney. Los jóvenes esperan de nosotros tales desafíos y están dispuestos a acogerlos si caminamos junto a ellos, vivimos de esta Palabra y sabemos transmitirla.
El número 36 del Documento de Trabajo cita la piedad popular, doy un ejemplo: la medalla milagrosa ofrecida a tantas personas en el mundo es un humilde instrumento de catequesis, un resumen de la historia de la salvación que permite anunciar la Palabra de Dios.
Esta Palabra, María, la mujer eucarística, nuestro modelo de vida espiritual, la recibió plenamente y la comparte plenamente con nosotros.

[00237-04.03] [UD014] [Texto original: francés]

– Prof. Rafael Chainarong MONTHIENVICHIENCHAI, Vice Canciller de la Universidad de San Juan, Bangkok (TAILANDIA)

Nunca se subrayará suficientemente el papel de los padres en el desarrollo de la fe de los hijos. Como en el pasado, todavía hoy la mayoría de los padres católicos enseña a sus hijos a hacerse el signo de la cruz y a recitar oraciones sencillas, y esto incluso antes de que vayan al colegio.
Para la mayoría de los padres, desgraciadamente, su papel disminuye sustancialmente en cuanto los niños comienzan a ir al colegio. Los maestros tienen una influencia mayor que los padres, especialmente por lo que se refiere a la formación de la fe en los niños.
Una educación católica y catequistas/maestros, con dedicación y una metodología pedagógica eficaz, pueden ayudar a formar una fe duradera y sólida en los jóvenes alumnos para que se refieran de modo natural a la Palabra de Dios cuando los tiempos son buenos y la apliquen cuando surjan problemas.

[00242-04.03] [UD020] [Texto original: inglés]

– Sr. Moysés Louro DE AZEVEDO FILHO, Fundador y Moderador General de la Comunidad Católica Shalom (BRASIL)

A través de los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades, miles de personas han realizado un camino de encuentro con Jesucristo vivo y han descubierto la alegría de ser Iglesia. Este encuentro personal con el Resucitado que ha pasado por la Cruz y que insufla el Espíritu Santo es el evento que transforma a la persona en discípulo, haciéndole descubrir la belleza y la fuerza de Su Palabra.
A partir de esta experiencia nace en el corazón del discípulo de Cristo la necesidad vital de alimentarse de la Palabra de Dios y al mismo tiempo se siente impulsado a encontrarla en una lectura orante de la Sagrada Escritura, en la Liturgia Eucarística, y en el compromiso misionero de testimoniar la Palabra con firmeza y valor, es decir, con parresía.
En la experiencia de la Comunidad Católica Shalom, el discípulo recorre a nivel personal y comunitario un itinerario formativo sistemático y orante, y su relación con las Sagradas Escrituras se produce a la luz de la Tradición viva de la Iglesia y según la orientación de Su Magisterio. De esta forma alimenta su inteligencia y su corazón y la Palabra de Dios se vuelve la fuerza poderosa que cambia su vida, a nivel personal, comunitario y social, empujándolo de modo urgente a la misión.
Estamos convencidos de que, en realidad, alcanzamos la plena comprensión de la Palabra de Dios cuando, por la fuerza del Espíritu, la ponemos en práctica en nuestra vida cotidiana y la compartimos con los demás. La Palabra acogida y transmitida con fe convierte al discípulo en un testigo.
Es impresionante ver cómo el contacto con el testigo alimentado por la Palabra, por la oración y por la Eucaristía, se puede transformar en una experiencia con Cristo mismo, en un encuentro capaz de cambiar la vida.
Hoy contemplamos una multitud que sufre de hambre y sed de la Palabra de Dios.¡ Estos rostros nos piden que vayamos a su encuentro y, como testigos apasionados, con parresía y creatividad, les hagamos amar y conocer en profundidad la Palabra que se hizo carne! Es esta nuestra única respuesta. Gracias

[00224-04.03] [UD001] [Texto original: italiano]

– Sra. Ewa KUSZ, Presidente de la Conferencia Mundial de los Institutos Seglares (C.M.I.S.) (ITALIA)

En este Sínodo represento a los institutos seculares, cuyos miembros quieren ser un signo de las ilimitadas formas que asume la pertenencia a Cristo en el mundo.
En mi intervención deseo dedicar atención al hombre, que debe acoger y vivir según la Palabra de Dios. Para escuchar al otro – ya sea que se trate de Dios o de un hombre – la persona debe haber hecho la experiencia de haber sido escuchada por alguien. Vivimos en un mundo en el que se dicen demasiadas palabras que nadie escucha, porque es casi imposible encontrar un espacio silencioso en el cual poder escuchar. Es un mundo en que el hombre escucha, sobre todo, a sus propias exigencias y trata de satisfacerlas.
1. Si entonces queremos hacer que las personas escuchen la Palabra de Dios, aquellos que la proclaman deben antes ejercitarse en la escucha de la Palabra. Deben aprender a escuchar a Dios y a los hombres. Considero que la formación en los seminarios mayores, pero también la formación permanente de los sacerdotes, no debería transmitir solamente el conocimiento intelectual de la Sagrada Escritura, sino también hallar tiempo para el encuentro con Dios y para ejercitarse en la capacidad de escuchar su Palabra. Además de las habilidades para la comunicación sería necesario desarrollar sobre todo la disponibilidad y la capacidad para escuchar.
2. El Documento de Trabajo anima a los laicos a «proclamar la Buena Noticia a los hombres en sus propias situaciones de vida». Quisiera subrayar que esta «proclamación» de la Palabra de Dios por parte de nosotros laicos a menudo se realiza sin palabras. Se efectúa, de hecho, a través del simple testimonio cotidiano en la casa, el trabajo, el vecindario. Este apostolado «silencioso», comparable a la función de la levadura, es nuestra principal tarea. Sólo en segundo lugar, algunos de nosotros nos desempeñamos como animadores en los diversos círculos bíblicos de las parroquias o en otros sitios. Pido entonces que los responsables otorguen mayor confianza a nosotros los laicos, para que desarrollemos de verdad, en la vida cotidiana, el «servicio de la Palabra» oculto. Considero importante que la experiencia de los laicos comprometidos en la Iglesia sea tomada en serio y que por lo tanto, juntos, busquemos y encontremos formas adecuadas de «proclamación», ya que en la vida estamos más cerca a aquellos a quienes se proclama la Palabra.

[00229-04.03] [UD006] [Texto original: alemán]

– Rev.da Hna. Jocelyne HUOT, S.F.A., Presidente General del Movimiento «Les Brebis de Jésus», Québec (CANADÁ)

«Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia» (Jn 10,14).
Ésta es la Palabra fundadora del movimiento de evangelización Les Brebis de Jésus (nacido en abril de 1985). El Amor se revela, el Amor tiene sed de nosotros.
¿Quién, pues, acoge esta revelación de dulzura y de fuerza al mismo tiempo? El niño, porque tiene sed de ser amado. «Heme aquí, Jesús, soy tu oveja. Por tu Santo Espíritu, ¡condúceme al corazón del Padre!». Esta imagen bíblica del pastor y la oveja no está afectada por la rotura de la relación padre-hijo. Ofrece, por tanto, un maravilloso camino de descubrimiento del amor de Dios para cada uno de nosotros.
Toda la pedagogía del movimiento se basa en el poder de la Palabra de Dios, que se presenta como una semilla de vida llamada a dar su fruto. Pide, por tanto, ser acogida en un corazón abierto y atento. Cada encuentro que se establece favorece esta escucha y nos pone en presencia del Amor.
La Palabra de Dios se presenta también como alimento que el Pastor prepara con amor para su Oveja. Cada experiencia evangélica es comparable a una comida en la que el alimento se ofrece a cada niño personalmente, compartido y comido en una atmósfera de alegría y de comunión.
La Palabra de Dios, por último, se presenta como una luz de amor. Al mismo tiempo que la inteligencia es iluminada, el corazón se inflama de un fuego nuevo que lleva dentro un soplo misionero. El movimiento crece mediante la fuerza del testimonio y en el misterio de la Cruz.

[00230-04.03] [UD007] [Texto original: francés]

– Sra. Agnes Kam Leng LAM, Presidente de la Asociación Católica Bíblica de Hong Kong (CHINA)

1. La Palabra de Dios para que la Iglesia guíe a la gente de hoy en el mundo de hoy
La Iglesia debería responder al esquema de comportamiento cotidiano de la gente de hoy, adaptando su manera de presentar la Palabra de Dios, para que la gente de hoy pueda conocer a Cristo, seguirle y encontrar en él la meta de su vida.
– Un método simple para un mundo complejo. Ejemplos de método simple: recitación, Lectio Divina.
– Leer la Biblia es como comer: una sopa casera preparada con amor y paciencia es deliciosa, mientras que la comida rápida precocinada no tiene sabor.
– Esforzarse por vivir la Palabra de Dios e invitar a participar en la vida y la misión de la Palabra de Dios.- Invitar al Santo Padre a abrir un blog plurilingüe para guiar al mundo actual: publicar cotidianamente versículos de las Escrituras, con reflexiones sencillas, textos breves y muchas imágenes.
2. La Palabra de Dios para que la Iglesia guíe a los fieles de hoy
Formación bíblica para los laicos.
– Formación a escuchar atentamente la Palabra de Dios: «Leer la Biblia, entrar en el corazón del Señor» (sor María Ko, FMA, cfr. Jn 14, 20; Flp 2, 5).
– Formación básica para acercarse al Libro de la Biblia, incluida la formación sobre la actitud para leerla: poner atención en lo que la Biblia dice, más que en la exégesis.
– Instrumentos indispensables para el conocimiento bíblico básico.
– En vista de la exigencia de rapidez, rendimiento, variedad e influencia en la vida, intentar estimular en los laicos un interés estable por la lectura de la Biblia, mediante un programa bíblico básico, suficientemente largo, para que los laicos puedan acostumbrarse a ponerse al servicio de la Palabra de Dios.
Promover grupos de lectura de la Biblia.
– Los laicos necesitan una experiencia comunitaria o un grupo de apoyo para leer y compartir la Biblia.
– Recordar las capacidades y la actitud a la hora de compartir la Biblia.
– La formación al ministerio de pastoral bíblica para quienes facilitan la lectura de la Biblia o los grupos para compartirla, incluido el desarrollo de métodos para compartir la Biblia, deberían ser hechos a medida de la situación local, partiendo de ella o en respuesta a ella.
Propongo adoptar el «método simple para un mundo complejo».

[00231-04.03] [UD008] [Texto original: inglés]

– Sra. Teresa Maria WILSNAGH, Directora Regional de la «Catholic Bible Foundation» (C.B.F.) de Cape Town, Durban y Johannesburg (SUDÁFRICA)

No son muchos los que conocen la Federación Bíblica Católica, que el año próximo celebrará su Cuadragésimo aniversario. La FBC trabaja en el apostolado de la pastoral bíblica con miembros en todo el mundo. En la FBC existe una densa red de sostén entre sus miembros, en relación a los diversos medios para llevar la Escritura a todos.
En Sudáfrica hemos elaborado de manera creativa, varios programas para llevar la Biblia a todos de una manera que resulte estimulante.
La palabra «formación» no me gusta mucho. Prefiero utilizar «responsabilización». Ofrecemos a las personas de todas las edades – desde el más joven al menos joven – un encuentro con la presencia viva de Dios/Jesús en la Biblia. Muchos tienen miedo de abrir sus propias Biblias y nosotros les acogemos tal cual ellos son; Dios nos habla en nuestra vida cotidiana, Dios nos habla a través de los otros, y Dios nos habla a través de Su palabra.
Considero imposible compartir la Escritura con los demás si antes no la he hecho mía, si no la he interiorizado y escuchado! La siguiente observación fue realizada en el Sínodo: nuestras vidas son un testimonio para los demás; lo que hacemos es mucho más potente que lo que decimos!. Nuestros programas contienen métodos simples de estudio de l a Biblia, de la puesta en común y de la oración. Les mostramos a las personas que no es necesario ser un experto para oír a Dios que nos habla. En la Lectio Divina ellas descubren cómo abordar un pasaje repetidas veces: leer, meditar y acoger el mensaje que Dios les transmite a través de un texto específico.
Invitamos a los jóvenes a compartir de manera creativa – por ejemplo con cantos, dramatizaciones, marchas de protesta, etc – la propia comprensión de un texto específico. Se ha desarrollado hasta una Lectio Divina simple para los jóvenes.Las personas son estimuladas a utilizar la lectura evangélica del domingo sucesivo, de manera que cuando participan en la Misa ya le hayan dedicado un poco de tiempo a la Palabra. Dios les habla nuevamente cuando la Palabra se proclamada y cuando se explica en la homilía. Hemos encontrado personas que no saben ni leer ni escribir, pero que han aprendido pasajes bíblicos de memoria; el amor que tienen por la Palabra es potente. Hemos tenido la oportunidad, cuando nos fue posible durante la Misa, en el momento de la Homilía, de presentar nuestro programa a los parroquianos. Como sabemos, para la mayor parte de ellos la Misa representa el único encuentro con las Escrituras y muchos recorren a pie grandes distancias para poder celebrar la Eucaristía y la Palabra.
Responsabilizamos a las personas para que tomen las Escrituras y las hagan propias; responsabilizamos a las personas para que lleven la Escritura a los demás enseñándoles nuestros métodos, de modo que la Palabra pueda difundirse aún más!.
La palabra de Dios es poderosa, es capaz de cumplir todo aquello por lo cual nos fue transmitida. Basta solamente recibirla con fe!

[00232-04.03] [UD009] [Texto original: inglés]

– Sr. Amel Diockel SARR, Catequista de la Archidiócesis de Dakar (SENEGAL)

Participo 03 este Sínodo como catequista oyente, propuesto a la Santa Sede para estas reuniones por el Eminentísimo Cardenal Théodore Adrien Sarr, Arzobispo de Dakar. Nuestra intervención se centra, claramente, sobre la Palabra de Dios, pero creemos que no podemos pronunciarnos sobre esta Palabra sin aludir a quienes os ayudan de manera particular a difundir el mensaje del Señor: nosotros, los catequistas.
Inspirándonos en la Verdad: «Jesús Verbo o Palabra de Dios por excelencia», decimos con frecuencia a los catequistas que formamos que, a fuerza de anunciar el Evangelio (o la Palabra de Dios), sobre todo con los actos, el catequista se convierte él mismo en Evangelio o palabra, es decir, en un modelo.
Esto significa que el catequista, él mismo iniciado en la Iglesia y ya formador, tiene que ser el primero en respetar la Palabra de Dios y en vivir lo que enseña; tiene que ser su propio catequista.
En pedagogía catequética, decimos también que la catequesis no se enseña solamente entre cua
tro paredes. La enseñanza tiene que seguir en la vida pública, mediante el testimonio.
Los catequistas están entre los «pioneros» de la primera evangelización en muchos países. Impregnados de nuestras diversas culturas, vinculados al Evangelio, han sido y siguen siendo los colaboradores indispensables en la traducción y transmisión de la Palabra de Dios.
Por eso, si hemos tomado la palabra, es para pediros, queridos Padres sinodales, una mayor atención y apoyo para su formación y su ministerio.
Santo Padre, de parte de todos los catequistas, le deseo larga vida y buena salud, en vista de la misión. Rezamos cada día por Usted, en unión con nuestros obispos y sacerdotes.

[00234-04.02] [UD011] [Texto original: francés]

– Sr. Daniele BOSCARO, Jefe de Clan de la Asociación de Guías y Scouts Católicos Italianos (A.G.E.S.C.I.), Padua (ITALIA)

El scoutismo posee entre sus características: el contacto con la naturaleza, el primado de la educación a través de la experiencia, el espíritu de comunidad y el servicio a los hermanos. Esto puede concretarse de las siguientes formas: en la búsqueda de las huellas de la Palabra de Dios que se encuentran en el mundo creado, en la capacidad de releer nuestra historia como historia de la salvación, en el compartir la vida con los hermanos y elegir servirlos. La óptica de referencia es que no puede existir una educación global de la persona sin una propuesta de fe integrada en ella.
Nuestra experiencia nos hace ver lo urgente que es que la Palabra de Dios envuelva a toda la persona, de la cabeza al corazón, para comprometer existencialmente a las personas en sus decisiones fundamentales que afectan a su propio ser antes que a su hacer. Ello significa trabajar para una integración entre Fe y Vida que sea capaz de ofrecer un acercamiento al texto bíblico desde las perspectiva de la plena realización del hombre: hoy, las nuevas generaciones perciben a menudo Dios y Felicidad como dos cosas separadas, y así alimentan ilusorios intentos de autosalvación. A la cabeza y al corazón se le pueden añadir las manos: estas demuestran la necesidad de una fe que tenga en el servicio al prójimo su natural cumplimiento, de esta forma la fe será transmitida con la acción.
La exigencia primordial es la relación personal con el Dios vivo, y por esto hay que comenzar por el anuncio de la Buena Noticia. Recorridos kerigmáticos y catequísticos, sobre todo si son sostenidos con un acompañamiento personal, pueden conducir a una nueva lectura de la historia de la salvación referida a nuestra propia historia personal. Por esto, a partir de la centralidad de las Sagradas Escrituras, pueden ser útiles acercamientos al texto que alcancen dimensiones más interiores de la persona a través de la utilización de técnicas activas (dramatizaciones, expresión corporal, juegos).
Con los jóvenes el punto central es que ellos son los cristianos adultos de mañana ¡y si está presente la Palabra de Dios en el momento de las decisiones fundamentales de su vida, la guardarán y serán Iglesia viva y apasionada!
Sobre los laicos y la definición de «gigante dormido» escuchada en esta aula: el término «gigante» indica la fuerza y la visibilidad que ellos pueden suponer para la iglesia, pero también la necesidad de espacio para moverse. El estar «dormido» demuestra la necesidad de una llamada a despertarse y, probablemente, el tiempo de preparar y organizar una agenda de las cosas que hay que hacer.

[00235-04.04] [UD012] [Texto original: italiano]

– Rev.da Hna. M. Clare MILLEA, A.S.C.J., Superiora General de las Apostolas del Sagrado Corazón de Jesús (ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA)

El Documento de Trabajo, con sus siete referencias relativas a la vida consagrada así como las tres relativas a la vida comunitaria, invita claramente a nuestras congregaciones y a cada uno de nosotros personalmente a dar su propia contribución en este evento eclesial. Como religiosas, seguir a Cristo como enseña el Evangelio es nuestra regla suprema y la unión a Dios con la profesión de los consejos evangélicos es nuestra razón de ser ( Perfectae Caritatis 2 a; e)
Los fundadores y las fundadoras de las congregaciones religiosas fueron iluminados por una chispa de la Palabra de Dios que el Espíritu Santo encendió en sus corazones, haciendo que cada carisma y Regla surgiese de esta Palabra y fuese una expresión de ella ( cf. CIVCSVA, Caminar desde Cristo 24).
El carisma de la Sierva de Dios Clelia Merloni, fundadora de las Apóstolas del Sagrado Corazón de Jesús tiene origen en el Corazón de Cristo atravesado en la cruz para la redención del mundo (cf Jn. 19,34). Ella exhorta a sus hijas a llevar a todos la Palabra que ilumina, la fe que salva, el ejemplo que convence, el sacrificio de sí mismo que redime y el infinito amor misericordioso que surge del Corazón de Jesús.
Con ocasión de la preparación y de la celebración de este Sínodo, muchas de nuestras comunidades locales se han comprometido nuevamente en la Lectio divina personal y comunitaria y están buscando formas para promover la lectura orante de las Escrituras entre las personas a quienes sirven, especialmente jóvenes.
Hemos iniciado también una campaña de solidaridad, a nivel de la congregación, para proveer de Biblias a los jóvenes y a las familias que no se las pueden comprar y que están dispuestas a aprender a leer y rezar la Escritura con nuestras hermanas.
Apóstoles provenientes de 13 países de Europa, Asia, África, América del Norte y del Sur han compartido conmigo sus experiencias de transformación personal a través de la potencia de la Palabra, también en la vida de no cristianos.
Estamos agradecidas por el estímulo y la oración del Sínodo por todas nosotras que hemos elegido seguir a Cristo en el camino de los consejos evangélicos. Les prometemos nuestra obediencia y nuestra alegre colaboración en la gran misión evangelizadora de la Iglesia.

[00236-04.03] [UD013] [Texto original: inglés]

– Rev.da Hna. M. Viviana BALLARIN, O.P., Superiora General de las Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Siena, Presidente de la Unión de las Superioras Mayores de Italia (U.S.M.I.) (ITALIA)

Hago referencia a los nº 25 y 52 del Documento de trabajo.
Existe un vínculo misterioso y muy estrecho entre la Palabra y la mujer.
Es la experiencia de una multitud de mujeres consagradas que, al sentirse llamadas por su nombre, no resistieron al atractivo de esa Palabra divina pronunciada en su vida, mujeres que con la diligencia de María corren por los senderos de múltiples historias humanas llevando en su seno la Palabra y ofreciéndola a quien tiene hambre y sed de verdad, a todos, incluso a quienes no saben que la están buscando. Mujeres conscientes y felices de poner a disposición sus energías para que la esperanza, el amor, la dignidad, la ternura y también la belleza puedan habitar en cada corazón humano.
En una sociedad huérfana y replegada en sí misma, las mujeres consagradas son una exégesis viviente de la Palabra de Dios, que sigue haciéndose carne en lo concreto de su vida entregada, itinerante, repleta de buenas obras, totalmente dedicada, a veces hasta el martirio.
Y lo son para todos, también para aquellos que no las reconocen o para aquellos hacia los que es difícil y peligroso dirigirse, aquellos hacia los que a veces se evita ir. Llegan hasta lo más recóndito de la existencia humana, espacios o situaciones en las cuales no se pueden pronunciar sermones, sino sólo gritar con la fuerza de un silencio que se hace presencia y acompaña, acción y servicio, caricia que se hace cargo de ellos.
Una multitud de mujeres consagradas/religiosas incansables testigos, dispensadoras de la Palabra de Dios que es Padre y madre. Viven entre los pupitres de las escuelas y en las cárceles, entre las camas de los hospitales y por las calles, al lado de los drogadictos, los enfermos de SIDA, las mujeres explotadas en la prostitución, al lado de los ancianos y los niños que han sufrido abusos,
las familias destruidas o sin casa o trabajo, los enfermos de toda clase, tierna presencia en cada rincón de la tierra. Esta multitud de mujeres incansables dispensadoras de la Palabra con manos y corazón de madres, son el rostro de la Iglesia madre, son su seno fecundo, espacio en el que Dios puede encontrar al hombre y el hombre a su Dios.
Que este rostro y corazón de madre, reflejo de un Amor apasionado que busca a sus hijos, pueda ser expresado con eficacia en el documento final del Sínodo sobre la Palabra de Dios y, aún más, en las palabras cotidianas de la misma Iglesia.

[00238-04.03] [UD015] [Texto original: italiano]

– Sra. Natalja FEDOROVA BOROVSKAJA, Profesora de la Universidad Estatal Rusa de Humanidades de la Academia Rusa de Bellas Artes (FEDERACIÓN RUSA)

Soy profesor de Historia del arte, de manera que mi intervención hace referencia al nº 22, apartado d, del Documento de trabajo, en el que se define el arte como «un fecundo testimonio de lectura espiritual» de la Biblia. Acabamos de escuchar las hermosas reflexiones de los excelentísimos obispos de Rumania y Alemania sobre el papel del arte en nuestra relación con la Sagrada Escritura. Para mí, el arte cristiano, especialmente los iconos rusos y los cuadros del Renacimiento italiano, se ha convertido en un camino hacia el espacio de la vida de Dios. Nací en la URSS, el país del ateísmo de estado. Nunca pensé en Dios y nadie me habló de Él, excepto las obras de arte, la música y la literatura.
Hoy enseño Historia del arte. La principal pregunta que me planteo es qué métodos y qué concepción de la enseñanza pueden ayudar a mis alumnos a encontrar el amor de Dios a través de sus estudios. Es evidente: encontrarán a su Padre sólo si yo soy capaz de permanecer en el ámbito de Su Palabra. Pero ¿cómo permanecer allí durante una clase o un seminario, cuando hay que decidir sobre problemas profesionales concretos? En esta situación son importantes tres aspectos:
1. Acoger la obra de arte en nuestro corazón como una oración del pintor. Enseñar a comprender que estamos inmersos en la atmósfera de esta oración, como un sacerdote para su celebración litúrgica está inmerso en la oración eterna de Cristo.
2. Mirar la historia del arte con atención espiritual, intentando leer su profundo simbolismo religioso. Pienso que la Iglesia tendría que rezar constantemente por todos los maestros y los historiadores del arte, porque la vida del arte en el mundo es la historia sagrada de la misericordia de Dios.
3. Mirar la persona del artista a la luz del amor de Dios. Vemos que con frecuencia la biografía del pintor es un viacrucis, y que el contenido de la cruz consiste en sus pecados, errores y tentaciones, que desgraciadamente son demasiado notorios. No todos los pintores vivieron como Fra Angélico. ¿Por qué, a pesar de las oscuras circunstancias de su vida, supieron crear obras de alto valor espiritual? El concepto de este fenómeno no es solamente científico. Es una historia del arte como historia de la Palabra de Dios, la historia de la salvación, para la cual la Palabra Eterna – Jesucristo – está dispuesta a sufrir, a ser crucificado y a morir en el alma de cada pintor, para hacer crecer su talento, que fue creado por el Padre como lenguaje de su Hijo predilecto.

[00239-04.03] [UD016] [Texto original: inglés]

– Sra. Silvia SANCHINI, Presidente Nacional Femenino de la Federación Universitaria Católica Italiana (F.U.C.I.) (ITALIA)

Dos consideraciones fundamentales: la importancia de la Palabra en la vida de los jóvenes y la unión entre Palabra y vida y por lo tanto también entre Palabra y estudio.
La Palabra puede y debe ser una verdadera lámpara en el camino de los jóvenes, en sus discernimientos y en el descubrimiento de su vocación, sobre todo en esta difícil fase marcada por la que el Papa definió una verdadera «emergencia educativa», caracterizada por nuevas formas de malestar y violencia.
También el estudio puede ayudar en el descubrimiento de la importancia de escuchar y vivir la Palabra.
Evangelio y Cultura, fe e inteligencia no son, de hecho, opuestos. Es más, pueden alimentarse recíprocamente y fomentar la formación de una conciencia madura y creyente.
Sugiero que se piensen propuestas serias y cualificadas para favorecer el encuentro de los jóvenes con la Palabra. Lo primero de todo, la experiencia de la Lectio divina, para la oración personal y comunitaria, pero también jornadas y semanas de estudios bíblicos dirigidas a los jóvenes, preferiblemente en colaboración con las comunidades monásticas. Hago votos para que un cada vez mayor número de jóvenes descubra el primado y la centralidad de la Palabra en sus vidas.

[00241-04.04] [UD018] [Texto original: italiano]

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ZENIT Staff

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