Investigación sobre el Niño Jesús

Entrevista al vaticanista Andrea Tornielli, autor de un libro sobre el tema

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ROMA, domingo, 11 diciembre 2005 (ZENIT.org).- ¿Quién era verdaderamente Jesús? ¿Existió realmente o su historia es un invento piadoso? A estas y otras preguntas intenta responder Andrea Tornielli, vaticanista del diario italiano «Il Giornale», con el libro «Investigación sobre el Niño Jesús» recién publicado en su país «Inchiesta su Gesù Bambino» (Gribaudi).

Para comprender las conclusiones a las que llega el libro, que será presentado en Roma en la Universidad Católica, el próximo 13 de diciembre, Zenit ha entrevistado al autor.

–¿Cómo nace este libro?

–Andrea Tornielli: El libro es una investigación periodística que, en lugar de tener como objeto un suceso actual, trata de seguir con los mismos criterios una noticia –mejor todavía, una «buena noticia»–, sucedida hace dos mil años: el nacimiento de Jesús en Belén, el acontecimiento que ha dividido en dos la historia de la humanidad.

–¿A qué conclusiones ha llegado al final de su investigación?

–Andrea Tornielli: He intentado responder a las clásicas preguntas contenidas en los manuales de periodismo: quién, qué, dónde, cuándo y por qué. Lamentablemente, también en el campo de la exégesis cristiana se tiende a menudo a considerar los Evangelios, y en concreto los evangelios de la infancia, escritos por Mateo y Lucas, como construcciones «teológicas» posteriores, llenas de símbolos que tienen muy poco que ver con la realidad. Con mi investigación, he tratado de demostrar en cambio que incluso los evangelios de la infancia tienen importantes enganches con la historia, y que los hechos relatados en esas páginas se inscriben muy bien en el contexto histórico, geográfico y cultural de la época.

–¿Puede dar un ejemplo concreto?

–Andrea Tornielli: Quien sostiene que los evangelios son una construcción intelectual de los «inventores» de la religión cristiana, de los «creadores» del mito de Cristo, debería explicar por qué estos inventores han dado a su mítico fundador, identificado como el Hijo de Dios, un nombre como el de Jesús, es decir, uno de los nombres más comunes de la Palestina de entonces. Sería como si hoy alguien en Italia fundara una nueva religión llamando a su Dios «Mario Rossi» (nombre tan frecuente en Italia como en España José García, ndr.).

Si de verdad los Evangelios fueran una invención, quien los escribió habría buscado un nombre más raro y original para el Mesías.

Otro ejemplo es el de los pastores: Lucas nos los presenta como los primeros adoradores del Niño de Belén. Para la sociedad de entonces, los pastores nómadas que vivían en las afueras de las ciudades, eran una clase poco recomendable. Se los consideraba ladrones que vivían de día y de noche con sus animales y que no se lavaban. Su palabra no tenía ningún valor en un tribunal. Algo similar sucederá en el momento de la Resurrección, un hecho del que las primeras testigos son mujeres. Tampoco ellas podían testificar en un tribunal porque, para la cultura judía antigua, su palabra no tenía valor. ¿Qué «inventores» habrían elegido testigos tan poco fiables como primeros testigos del nacimiento del Hijo de Dios y de su Resurrección?

–¿Podemos decir, por tanto, que la historicidad de la figura de Jesús de Nazaret emerge también de los Evangelios de la Infancia?

–Andrea Tornielli: A pesar de que haya quien sostiene lo contrario, también los dos relatos evangélicos de la infancia muestran serios y concretos enganches con la historia de la época. Basta pensar en el relato de Mateo, más antiguo que el de Lucas, y probablemente proveniente de la tradición familiar de José. El evangelista no oculta para nada la confusión causada por el embarazo de María, antes de que se celebrara la boda con José y vivieran bajo el mismo techo. Si de verdad los Evangelios fueran una invención de la primera comunidad cristiana, ¿por qué no censurar este detalle o, más sencillamente, anticipar en unos días el anuncio del ángel a José, evitando el mal rato de aquel embarazo que lleva al carpintero a tomar la decisión de repudiar en secreto a su prometida?

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación