Irak: “Los atentados de Mosul afectan a todos los cristianos”

Una bomba destruye una iglesia y daña una casa de dominicas

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MOSUL, viernes 27 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- “Los atentados de Mosul afectan a todos los cristianos”, titula L’Osservatore Romano un artículo sobre un atentado que destruyó la iglesia de San Efrén y dañó la casa madre de las hermanas dominicas de Santa Catalina, este jueves.

El texto, publicado este viernes en la edición diaria en lengua italiana del diario vaticano, se refiere a la explosión de una bomba en el distrito de al-Jadida, una zona pobre del centro de la ciudad de Mosul.

La iglesia católica de San Efrén quedó totalmente destruida, mientras que el convento de religiosas sufrió daños materiales. La explosión no causó muertos ni heridos.

El artículo recoge una información de la agencia AFP según la cual una campaña sistemática de violencia ha provocado, desde el año 2008, más de cuarenta muertos en Mosul y la salida de unos doce mil cristianos.

La organización humanitaria Human Rights Watch – también citada por L’Osservatore Romano– deploró, el 10 de noviembre, que las minorías, en particular la minoría cristiana, del Norte de Irak sean las víctimas colaterales de los conflictos entre árabes y kurdos por el control del territorio.

Benedicto XVI dio su consentimiento, el pasado 13 de noviembre, a la elección canónica, por el sínodo de los obispos de la Iglesia caldea, del padre Emil Shimoun Nona, del clero de la eparquía de Alqosh, como arzobispo católico de Mosul de los Caldeos.

Tras el atentado de ayer, el arzobispo electo declaró a la agencia Sir: “Han querido golpear un símbolo de la presencia cristiana y católica iraquí y no sólo de Mosul; vuelven a salir el miedo y la huida de los cristianos”.

“Han destruido los muros, las piedras de la iglesia; y ahora tenemos que reconstruir las de las personas que tienen miedo y están perdiendo la confianza y la esperanza -añadió-. Necesitamos oraciones, ayuda y apoyo moral y material”.

La sede de Mosul estaba vacante desde el asesinato de monseñor Faraj Rahho, secuestrado en febrero de 2008 y cuyo cadáver fue hallado unas semanas más tarde.

Tres diáconos que lo acompañaban fueron también asesinados. Ha sido difícil encontrar un sucesor.

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ZENIT Staff

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