Irlanda del Norte: Resuelta la disputa del colegio Holy Cross

Tras una reunión con los residentes protestantes

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BELFAST, 25 noviembre 2001 (ZENIT.org).- Las niñas de la escuela primaria Holy Cross de Belfast esperan regresar este lunes a la escuela con mayor tranquilidad, después de meses de agresiones verbales y físicas.

La solución de la disputa, que duraba ya doce semanas sobre el colegio, fue alcanzada la noche del día 23 de noviembre después de que residentes protestantes consideraran las propuestas del primer ministro David Trimble y el viceprimer ministro Mark Durkan del gobierno de Ulster. La solución surgió después de una reunión de dos horas con los residentes protestantes del barrio de Glenbryn.

El 5 de septiembre una bomba casera lanzada por los leales probritánicos explotó cerca del colegio católico, hiriendo a un policía y provocando el terror entre las niñas y sus padres.

El primer ministro y el viceministro enviaron una carta abierta a los padres de las alumnas, los residentes protestantes de Glenbryn y a políticos locales de Belfast del norte. Los detalles de la carta fueron discutidos en la reunión con los residentes de la zona.

Se cree que los residentes pidieron una serie de medidas a cambio de acabar su protesta. En ellas se incluye la instalación de controles de tráfico en la avenida protestante Upper Ardoyne, fuera de la escuela, así como la instalación de cámaras CCTV e incrementar las patrullas de policía.

Mientras tanto, una manifestación en apoyo a las alumnas de Holy Cross en el centro de Belfast el día 23 de noviembre logró reunir a más de 500 personas. El tráfico fue detenido durante media hora para que pudiera hablar una serie de oradores.

Una madre, Linda Bowes, dijo que seria equivocado premiar a los residentes en un intento de resolver la situación. Temiendo lo que estaba sucediendo dijo que «se debe preguntar a nuestros líderes políticos qué precedente están sentando», según publica este sábado «The Irish Times».

El padre Aidan Troy, presidente de la junta de gobernadores de la escuela describió a las alumnas de Holy Cross como «220 heroínas» y dijo que nunca había visto semejante «dignidad y enorme honor» por parte de los padres.

«Pienso que estamos cerca del final de la pesadilla y esperamos y oramos para que la próxima vez que nos encontremos sea una enorme manifestación de celebración», concluyó.

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ZENIT Staff

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