Italia: Examen de conciencia en la TV tras un llamamiento episcopal

El cardenal Ruini constató la obsesión por el sexo y la violencia

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ROMA, 17 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Un llamamiento del cardenal Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, a mejorar la calidad de la programación televisiva ha provocado una inmediata respuesta en los responsables de la televisión pública y privada en el país.

«Mejorar la calidad de la oferta televisiva», explicó el vicario de la diócesis de Roma al intervenir este lunes ante el Consejo Permanente del episcopado, significa «dar más espacio a los testimonios y experiencias positivas de vida, evitando ese abajamiento sobre el sexo, sobre la violencia, y sobre los sucesos sangrientos y, más en general, sobre la cultura efímera, que hoy se constata con frecuencia».

Los presidentes de las dos principales redes del país, la estatal RAI y la privada Mediaset, fundada por el actual primer ministro Silvio Berlusconi, han respondido este martes al cardenal desde las páginas del diario Avvenire.

El presidente de la RAI, Antonio Baldassarre, ha anunciado que pronto se aplicará un doble control de la programación de las cadenas públicas: «uno externo [a la RAI] y uno interno para garantizar la protección de la infancia y de la calidad».

El problema es que, de hecho, estos códigos ya se habían creado en el pasado, pero después no han sido respetados. El presidente de la RAI, por tanto, propone que junto al código se cree un jurado con poderes concretos de control y de sanción, como se hace ya con la publicidad.

Por su parte, el presidente de Mediaset, Fedele Confalonieri, reconoce que comparte la preocupación del cardenal Ruini y promete hacer lo posible para responder al llamamiento.

«Tenemos ya un código de autorregulación interno que interviene más a menudo de lo que parece –dice–. Mediaset ha rechazado varias campañas publicitarias porque consideraba que el mensaje transmitido era nocivo. Sobre todo para los menores».

«No sólo eran publicidades violentas –sigue diciendo Confalonieri–. Se trataba de publicidades con significado ambiguo. Creo que hemos hecho un trabajo de prevención. Invisible y más útil que la censura».

Ahora bien, Confalonieri trata de quitarse de encima buena de parte de las responsabilidades que algunos le echan en cara, interpelando a la responsabilidad de las mismas familias.

«Si los niños están delante de la televisión por la noche, no se puede echar la culpa a Mediaset o a la RAI. La televisión no debe hacer irresponsables a las familias», afirma.

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ZENIT Staff

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