Jerusalén podría quedarse sin cristianos, advierte el rey de Jordania

Encuentro de Abdala II con obispos de Europa y América presentes en Tierra Santa

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JERUSALÉN/AMMAN, jueves, 19 enero 2006 (ZENIT.org).- Existe el peligro de que Jerusalén se vacíe de sus residentes cristianos y árabes por la creciente emigración, según ha advertido el rey Abdala II de Jordania a obispos católicos de Europa y América.

Del 14 de enero hasta este jueves se ha celebrado el sexto encuentro del Grupo de Coordinación de las Conferencias Episcopales europeas y americanas para el apoyo a la Iglesia en Tierra Santa y la Asamblea de los ordinarios católicos de Tierra Santa (Cf. Zenit, 15 enero 2006).

El apretado programa de estos días ha incluido por primera vez una visita del citado Grupo de Coordinación a Jordania.

«Nos entrevistamos con el rey Abdala II de Jordania y tratamos con él acerca de la presencia cristiana en Tierra Santa, de la esperanza de una paz justa y sobre su invitación a colaborar juntos en estos ámbitos», expresan los prelados en un comunicado final de este jueves –difundido por la Conferencia Episcopal Española–.

En la reunión, celebrada el martes, el rey de Jordania advirtió a la veintena de prelados del gran peligro de que se vacíe «Jerusalén de sus habitantes cristianos y árabes a causa de una emigración creciente», según cita «Asianews».

De acuerdo con la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras, el rey jordano ha invitado a las Iglesias occidentales a «alentar a los residentes árabes cristianos a permanecer en la Ciudad Santa, porque son custodios de su autenticidad e identidad».

Igualmente pidió mayor «coordinación y colaboración entre las Iglesias en Jordania y Tierra Santa con las Iglesias occidentales, en particular con la Iglesia Católica», a fin de afrontar «los desafíos de la paz en Tierra Santa».

El monarca subrayó que Jerusalén es «la ciudad de la esperanza y de la paz» para todos los fieles de las tres religiones monoteístas.

Citando estadísticas oficiales, la agencia del PIME recuerda que la población cristiana de Jerusalén es de 14.700 personas.

Fuentes franciscanas en Tierra Santa afirman que entre 1840 y 2002 la población cristiana de Jerusalén descendió del 25% al 2%. En el mismo período la población judía creció de 4.000 a 400.000 gracias a la inmigración; por su parte, la natalidad ha favorecido que la población musulmana haya aumentado de 4.600 a 143.000 personas.

En el Grupo de Coordinación de Conferencias Episcopales que ha realizado la sexta visita para apoyar a la Iglesia en Tierra Santa han estado representados el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas, la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea, y las Conferencias Episcopales de Austria, Canadá, Inglaterra y Gales, Francia, Alemania, Italia, España, Suecia, Suiza y los Estados Unidos.

«Como pastores nos dirigimos de nuevo a nuestros fieles para pedirles que se acuerden en su oración de la Iglesia en Tierra Santa, para que vengan aquí en peregrinación, para que apoyen generosamente a las instituciones de la Iglesia local y para que promuevan iniciativas que traigan la paz y la justicia a todas las gentes de esta Tierra», dicen en el comunicado final de este sexto encuentro.

En él, los prelados se hacen eco de las palabras de Benedicto XVI: En Tierra Santa «el Estado de Israel tiene que poder subsistir pacíficamente de acuerdo con las normas del Derecho Internacional; igualmente, el pueblo palestino ha de poder desarrollar serenamente las propias instituciones democráticas por un futuro libre y próspero » (Cf. Discurso al cuerpo diplomático, 9 enero 2006).

Los prelados reconocen «el legítimo derecho de Israel a usar medidas apropiadas de seguridad». «Pero dichas medidas –apuntan– deberían proteger la dignidad, los derechos humanos, la tierra y el agua del pueblo palestino».

«Hemos sido testigos de las duras condiciones y de la pobreza que sufren los palestinos como resultado directo de los controles de seguridad y del muro que dificulta el desarrollo económico y la libertad de movimientos –escriben–. La seguridad de Israel está vinculada con la justicia para los palestinos».

En la conclusión de su visita, los prelados dirigen «una exhortación moral a las autoridades públicas para que trabajen por una paz justa».

«Debemos trabajar por una paz justa que reconozca los derechos humanos de todos: seguridad para Israel; libertad para los palestinos; dos Estados viables y tres confesiones religiosas conviviendo en paz», recalcan.

En este sentido, «animaremos a nuestras respectivas comunidades y gobiernos para que ayuden a crear una resolución justa del conflicto, para que cada individuo en Tierra Santa pueda vivir en dignidad y desarrollar su potencial humano», concluyen.

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ZENIT Staff

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