Jerusalén y Estados Unidos lamentan la muerte de monseñor Sambi

El nuncio falleció anoche en un hospital de Baltimore

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ROMA, jueves 28 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Ayer por la noche, en el hospital Johns Hopkins de Baltimore, falleció monseñor Pietro Sambi, nuncio apostólico en Estados Unidos y Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización de los Estados Americanos (OAS).

El prelado se había sometido recientemente a una delicada intervención quirúrgica, tras la cual se produjeron una serie de complicaciones (ver www.zenit.org/article-40035?l=spanish).

El arzobispo nació en Sogliano al Rubicone, en la diócesis de Rímini (Italia), el 27 de junio de 1938 y fue ordenado sacerdote el 14 de marzo de 1964.

Entrado en el servicio diplomático de la Santa Sede en 1969, trabajó en las representaciones pontificias de Camerún, Jerusalén Cuba, Argelia, Nicaragua, Bélgica e India, recuerda L’Osservatore Romano.

El 10 de octubre de 1985 fue elegido a la sede titular de Belcastro y nombrado pro-nuncio apostólico en Burundi. El 28 de noviembre de 1991 fue nombrado pro-nuncio en Indonesia, y el 6 de junio de 1998 recibió el nombramiento de nuncio apostólico en Israel y Chipre y como delegado apostólico en Jerusalén y en Palestina.

El 17 de diciembre de 2005 se convirtió en nuncio de Estados Unidos de América y observador permanente de la Santa Sede ante el OAS, cargo en el que acogió en abril de 2008 al Papa Benedicto XVI con ocasión de su viaje a Washington y a Nueva York.

Como nuncio en Israel y delegado apostólico para Palestina, monseñor Sambi se empeñó profundamente en pedir la solidaridad de toda la Iglesia hacia Tierra Santa, exhortando sobre todo las peregrinaciones y siguiendo el difícil proceso de paz en la región.

“Es una situación dominada por el miedo, en ambas partes – subrayaba a los micrófonos de Radio Vaticano –, cada parte se atribuye todos los derechos y atribuye los errores a la otra parte”.

“Lo que me parece evidente es que ambos pueblos, israelí y palestino, están extremadamente cansados de esta situación de conflicto, de esta vida cotidiana en el miedo, de la incertidumbre del futuro y de la miseria, que está llamando a todas las puertas, tanto en Israel como en Palestina. Mi impresión, de los numerosísimos contactos que he tenido tanto con el pueblo palestino como con el pueblo israelí, es que la voluntad popular es que finalmente el paso se acelere u se llegue a la paz”, añadía en 2006.

Tierra Santa llora ahora la desaparición del arzobispo. El patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal, entrevistado por la agencia Sir, afirmó de monseñor Sambi: “Amó mucho a Tierra Santa y Tierra Santa le amó mucho a él”.

Por su parte, el presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos, monseñor Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, subrayó que monseñor Sambi “comprendió y amó” a la nación, que viajó “a menudo para asistir a la ordenación de los obispos, siempre feliz de encontrar a los fieles y de compartir con ellos el afecto que el Santo Padre tiene por ellos y por su país”.

“Cuantos encontraban o escuchaban a monseñor Sambi comprendían que en el corazón de todo lo que hacía estaba su amor por el sacerdocio y por Cristo Buen Pastor”, añadió.

Los funerales del prelado se celebrarán el 6 de agosto, fiesta de la Transfiguración, en la Basílica de la Inmaculada Concepción de Washington.

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ZENIT Staff

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