Jesús, nos hace ver la relación entre Él y la Iglesia como una boda

En Santa Marta, el santo padre habla de la alegría de ser cristianos y de la tentación de echar la novedad del evangelio en odres viejos

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El matrimonio o la tentación de echar la novedad del Evangelio en odres viejos. Éstas son algunas de las ideas que han estado al centro en la homilía del papa Francisco Santa Marta de hoy.

«Cuando está el esposo no se puede ayunar, no se puede estar triste», ha recordado el santo padre. Hablando sobre el Evangelio de hoy, ha subrayado también que el Señor vuelve a menudo sobre esta imagen del esposo. Jesús, ha dicho, nos hace ver la relación entre Él y la Iglesia como una boda. «Pienso que este es precisamente el motivo más profundo por el que la Iglesia custodia tanto el sacramento del matrimonio y lo llama Sacramento grande, porque es precisamente la imagen de la unión de Cristo con la Iglesia».

Por eso Francisco se ha detenido sobre dos actitudes que el cristiano debería tener en estas bodas: sobre todo «la alegría, porque es una gran fiesta». Ha explicado que «el cristiano es fundamentalmente alegre. Y por esto al final del Evangelio, cuando llevan el vino, cuando habla del vino, me hace pensar en las bodas de Caná: y por esto Jesús ha hecho ese milagro; por eso la Virgen, cuando se ha dado cuenta que no había más vino, porque si no hay vino no hay fiesta… Imaginaba terminar las bodas, bebiendo el té o el zumo: no funciona…. es fiesta y la Virgen pide el milagro. Y así es la vida cristiana. La vida cristiana tiene esta actitud alegre, alegre de corazón».

Del mismo modo, ha señalado el papa que hay momentos de cruz, momentos de dolor, «pero siempre hay esa paz profunda de la alegría, porque la vida cristiana se vive como fiesta, como las bodas de Jesús con la Iglesia».

La segunda actitud que el cristiano debe tener se encuentra en la parábola de las bodas del hijo del rey. Ha explicado el papa: «A nosotros nos viene la idea: ‘pero, padre, ¿cómo es posible?’ Se han encontrado en los cruces de las calles y se les pide que vayan con vestido de fiesta? Esto no funciona…¿Qué significa esto? ¡Es muy simple! Dios solamente nos pide una cosa para entrar en esta fiesta: la totalidad. El esposo es el más importante, ¡el esposo llena todo!»

Sobre la figura de Jesús, Francisco ha añadido que es también la cabeza del Cuerpo de la Iglesia; Él es principio. Y Dios le ha dado a Él la plenitud, la totalidad, porque en Él se reconcilian todas las cosas.

Y ha insistido el papa, que si la primera actitud es la fiesta la segunda es reconocerle a Él como el Único. Así mismo ha recordado que no se pueden servir a dos patrones: o se sirve a Dios o se sirve al mundo.

Finalizando ha hablado sobre la tentación de echar el vino nuevo en odres viejos; «Los odres viejos no pueden llevar el vino nuevo. Y la novedad del Evangelio. Jesús es el esposo, el esposo que se casa con la Iglesia, el esposo que ama la Iglesia, que da su vida por la Iglesia».

Y para concluir recuerda que si «tenemos algo que no es de Él, arrepentirse, pedir perdón e ir adelante. Que el Señor nos de, a todos nosotros, la gracia de tener siempre esta alegría, como si fuésemos de boda. Y también tener esta fidelidad que el único esposo es el Señor».

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ZENIT Staff

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