Joven del Movimiento de los Focolares será beatificada en septiembre

Se trata de Chiara Badano, fallecida en 1990

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ROMA, lunes 22 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Chiara Badano, una joven italiana miembro del Movimiento de los Focolares que murió hace 20 años será beatificada el próximo 25 de septiembre a las 16:00 h.

Así lo anunció el obispo de la diócesis de Acqui, ubicada en la región de Piemonte, norte de Italia, monseñor Pier Giorgio Micchiardi.

La ceremonia se realizará en el santuario Divino Amore de Roma. La presidirá monseñor Angelo Amato, prefecto para la causa de la Congregación de los Santos en representación del papa Benedicto XVI

Luego a las 20:30 p.m. en el aula Pablo VI del Vaticano, los jóvenes del Movimiento de los Focolares celebrarán la beatificación de Badano. El domingo 26 de septiembre en la basílica San Pablo extramuros de Roma se realizará una misa de acción de gracias presidida por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de estado vaticano.

Dios es Amor

Esperada durante once años por sus padres, Chiara nació en Sassello, en el norte de Italia, el 29 de octubre de 1971. Desde muy pequeña mostraba un profundo amor por Dios.

A los nueve años conoció el Movimiento de los Focolares, al participar con sus padres en Roma en el Family Fest, encuentro mundial organizado por esta realidad eclesial, que tendría un impacto decisivo para los tres.

Chiara era sumamente activa en el Movimiento Gen (Generación Nueva), de los Focolares. Le gustaban el deporte, el baile y el canto. A los 16 años decidió consagrarse a Dios.

La prueba

Tenía 17 años cuando un fuerte dolor en la espalda, que sintió durante un partido de tenis, provocó sospechas entre los médicos. Éstpos, tras los primeros exámenes se dieron cuenta de que era cáncer de hueso.

Con el tiempo, se repitieron las hospitalizaciones y los tratamientos se hicieron cada vez más dolorosos. Chiara repetía: «Por ti, Jesús, ¡si tú lo quieres, yo también lo quiero!».

Pronto llegaría una de las pruebas más duras: Chiara perdió el uso de las piernas. Sin embargo, a una de sus amigas le confió: «Si tuviera que escoger entre caminar e ir al Paraíso, no tendría dudas, escogería ir al Paraíso. Ya sólo me interesa eso».

Chiara «Luz»

La joven Badano tenía una estrecha relación con Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, que murió en marzo de 2008.

En el verano de 1990, los médicos decidieron interrumpir los tratamientos, pues la enfermedad no tenía marcha atrás. «La medicina ha depuesto las armas”, decía Chiara a la fundadora, el 19 de julio.

“Al interrumpir los tratamientos, los dolores en la espalda han aumentado, casi no puedo moverme. Me siento tan pequeña y el camino que hay que recorrer tan duro… Con frecuencia, me da la impresión de que me sofoca el dolor. Es el Esposo que sale a mi encuentro, ¿verdad? Sí yo también repito contigo: ‘si Tú lo quieres, yo también lo quiero’… ¡Contigo estoy segura de que junto a Él conquistaremos el mundo!».

Chiara Lubich a vuelta de correo le respondió: «No tengas miedo, Chiara, de decirle ‘sí’, momento tras momento. Él te dará la fuerza, ten la certeza. Yo también rezo por ello y siempre estoy contigo. Dios te ama intensamente y quiere penetrar en la intimidad de tu alma y hacer que experimentes gotas de cielo. ‘Chiara Luz’ es el nombre que he pensado para ti. ¿Te gusta? Es la luz del Ideal que conquista el mundo. Te lo mando con todo mi afecto…».

Chiara falleció el 7 de octubre de 1990. Durante su enfermedad quiso preparar ella misma su funeral: los cantos, las flores, el peinado, el vestido –blanco, de bodas–… Las últimas palabras que le dirigió a su madre fueron: «¡Sé feliz, yo lo soy!». Unas 2.000 personas asistieron al funeral

Su padre le preguntó si quería donar las córneas de los ojos, y ella respondió con una sonrisa de aprobación.

En 1999 se inició su proceso de beatificación. El decreto sobre el milagro aprobado para su beatificación fue promulgado el pasado 19 de diciembre, por la Congregación de la Causa de los Santos.

Se trata de la curación imprevista de un niño de Trieste, afectado por una grave forma de meningitis fulminante. Los médicos le habían dado 48 horas de vida.

El obispo de Acqui aseguró que el testimonio de Chiara Badano “es significativo en particular para los jóvenes. Se necesita la santidad también hoy”, dijo. “Es necesario ayudar a los jóvenes a encontrar una orientación, un objetivo, a superar las inseguridades y la soledad, los enigmas frente a los fracasos, el dolor, la muerte y todas las inquietudes”.

“Es sorprendente – agregó monseñor Micchiardi – este testimonio de fe, de fortaleza de parte de una joven de hoy. Conmueve, determina a muchas personas a cambiar de vida, que tienen un testimonio casi diario”, concluyó.


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ZENIT Staff

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