Jóvenes del tercer mundo se preparan en Roma para evangelizar sus países

Estudian gracias a la asociación «Ayuda a la Iglesia Necesitada»

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ROMA, 10 diciembre 2001 (ZENIT.org).- Llegan de las Iglesias de frontera de todos los ángulos del planeta. A menudo pertenecen a congregaciones diocesanas todavía jóvenes con pocos medios económicos. Gracias a las becas de la asociación «Ayuda a la Iglesia Necesitada» unos 400 seminaristas, religiosos y laicos de todo el mundo pueden formarse en las universidades pontificias de Roma y luego regresar al país de origen para devolver todo lo que se ha aprendido.

A inicios de diciembre se han reunido en el Ateneo Pontificio «Agustinianum» de Roma, por segunda vez, después de un encuentro celebrado en marzo pasado.

«Los mismos estudiantes han pedido poder repetir la experiencia», explica Attilio Tamburrini, responsable del Secretariado italiano de la asociación, fundada en 1947 por el padre Werenfriend van Straaten en Alemania.

Durante el encuentro han tenido lugar diversos testimonios, entre ellos el del paquistaní que ha pedido permanecer en el anonimato, llegado a Roma gracias a una beca de estudio bienal post-licenciatura.

En su país, de 140 millones de habitantes, el 97% profesa el Islam y los cristianos son el 2,5%. «Actualmente hay más de 3 millones de refugiados de Afganistán», ha relatado, recordando también la muerte de 15 cristianos en una iglesia.

«No hay libertad de palabra ni de predicación ­-añade–. Además las instituciones cristianas han sido nacionalizadas pero estas restricciones han fortalecido nuestra fe».

Sin el apoyo de «Ayuda a la Iglesia Necesitada» un joven de su país nunca hubiera podido concluir sus estudios universitarios con un elevado nivel.

Problemática también la situación de Myanmar (ex Birmania), relatada por otro estudiante perseguido en su país, en el que de 52 millones de habitantes el 85% es budista y los católicos son sólo el 1%.

«El Gobierno considera la religión cristiana extranjera y colonizadora –relata–. Algunas iglesias han sido obligadas a cerrar, otras han sido destruidas o convertidas en almacenes militares. Todas las escuelas de los misioneros, profesionales o académicas, han sido confiscadas sin ninguna compensación».

Diverso es el panorama de Nigeria de donde llega sor Bridget de la congregación diocesana Sagrado Corazón de Jesús, nacida hace 25 años.

Estudia espiritualidad misionera en la Urbaniana para convertirse en formadora. «En mi país, los católicos son la mayoría pero hay otros problemas: hay sobre todo el de promover la dignidad de la mujer en la pastoral; a este fin en la parroquia hemos abierto un consultorio».

Mable, de las hermanas de la Misericordia, ha venido desde Zambia para estudiar Pedagogía. En Africa enseñará a los jóvenes de educación superior. «Entre los diferentes tipo de pobrezas, muchas familias no pueden pagar la escuela de sus hijos».

Para la brasileña sor María, de la congregación diocesana de Santa Teresa del Niño Jesús, que está acabando el doctorado en misionología en la Gregoriana, «la experiencia intercultural aumenta el espíritu de solidaridad».

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ZENIT Staff

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